||SOFIA||
Suspire sin darme cuenta de mis traviesos pensamientos; Deniel últimamente solo en él podía pensar; Verlo distraído era medicina para mi, eran tan parecido y diferente a ellos.
Me dolería el saber que era como ellos, no dejaba de comparar aquel parecido y me negaba a aceptar que él se destruía como ellos, por que no me permitiría amar y caer otra vez con alguien que no se ama así mismo.
Tal vez sea como ellos pero no puedo aceptarlo porque estoy volviendo a creer y... todo gracias a él.
Miré a Dante tomar una pastilla para no desmayarse, después Amon quien se mantenía pérdida en su mundo... Sin dudas estaba mejor sin ellos, pues solo eran unos perdidos.
—¿Sofía, enserio crees que necesitas un nuevo auto?— preguntó papá mientras sonría hacia mí, aquella idea loca no dejaba en paz mi cabeza.
—Claro siempre ha querido uno Camaro— exclamó Amon, pues ella había sido la primera en obtener un Camaro rojo, aquella vez había sentido molestia por no ser mayor como ella.
—¡Silencio Amon!— ordenó papá, de solo ver las facciones de Amon podía darme cuenta de que se sentía retada.
—Si papá enserio quiero uno— respondí feliz, después de pensarlo era una buena opción tener un auto mas "Rápido".
—Perfecto, te lo mereces hija me has ayudado tanto, Dante llevarás a tu hermana...— ordenó.
—Estoy ocupado llevaré a Amon...— lo mire, era enserio que no me ayudaría.
—Perfecto, vayan los tres— propuso serio papá colocarse su saco perfectamente, llegaría tarde a su trabajo si seguía con nosotros.
—¿entonces como le hacemos?— preguntó Dante mientras miraba a Amon con molestia, ¿yo era la molestia?-
—No lo sé... no te preocupes por mí puedes llegar a Sof— balbuceo esta mirando el desayuno, la interrumpida de golpe.
—Primero vamos por mi auto y después a donde ustedes quieran— propuse y estos accedieron.
[...]
—Dios Sofi vas a tener un Camaro— exclamó más que emocionada Mariana quien no dejaba de fingir desmayarse.
—Si, tu sabes que siempre me han gustando— afirme.
—Desde que lo tuvo Amon podría decirse— soltó burlona, gire los ojos harta. —Mira quién viene— la voz de Mari hizo que volteara, mi hermana pasaba mas que sería con Lina a su lado.
—No se por que no le gusta que la miren— le dije a mi amiga probando un poco de comida, después de tres horas de ecología me lo merecía.
—Dios le encanta que lo hagan— hablo Mari girando los ojos, sin más me despedí de ella para caminar con mis hermanos. —¿Dante cual es mejor?— pregunte fingiendo estar confusa aunque la mirada de todos me avergonzó en segundos.
—No lo sé Sofía...— dijo mi hermano con una sonrisa mientras me invitaba a sentarme a su lado. —Ayúdenla chicos, hoy Sofía escogerá su nuevo auto—
—Un Camaro— la voz Deniel nos interrumpió haciendo que sonriera.
—¿En serio? — insistí dejando caer mi cuerpo sobre la mesa.
—Corren de lujo, tienes que comprarte el de este año SS C y no RS B o un convertible— dijo cosas raras pero eso a mí no me importaba el modelo en realidad... solo miraba aquellos ojos negros.
—Nos puedes Acompañar Deniel— solté.
—Claro— murmuró el chico para seguir comiendo, tenía tanta suerte de estar a su lado.
||AMON||
Mire como Lina besaba la pantalla de su móvil y todo gracias a un canadiense llamado Shaw mendes. Mi amiga estaba mas que embobada mirando todas las fotos del chico.
—¿Es hermoso cierto?— preguntó fin dejar de ver la pantalla, accedí.
—Si, es lindo— murmuró guardado mis cosas, las clases habían terminado hace minutos.
Esperaba a Dante quien no tardó en aparecer por la puerta, detrás de él... mire aquel tatuado completamente serio. La noche había sido rara y un poco incomoda gracias a su presencia.
—Nos vemos, te escribo más tarde— abrace a Lina para salir detrás de mi hermano.
—¿vamos? — preguntó este para caminar a mi lado.
||SOFIA||
Mis ojos recorrieron el establecimiento lleno de autos de cualquier tipo; un Mustang último modelo nos daba la bienvenida, mis pasos fueron apresurados como si no me sobrara tiempo.
—Hola hermosa ¿qué se te ofrece?— habló un morocho, era lindo pero no más que Deniel.
—mmm... quiero ver el Camaro de este año— esté me regalo una sonrisa coqueta para dirigirnos a ellos.
—acaban de llegar hace unos días, sus precios son únicos por la temporada.— informó el morocho, miré el azul pero el amarillo me llamaba la atención completamente.
—Quiero ver ese— pedí mientras señalaba uno al interior de la tienda, a mi lado Dante parecía concentrado en su móvil sin prestarme ningún tipo de atención.
—Claro hermosa acompáñame— seguí al chico sin dudarlo.
—Dios Sofi ese está hermoso, pero esté gana— Amon señalo diferentes con entusiasmo no me había percatado de su presencia.
—mucho gusto... soy Oscar— se presento el chico.
—Amon, Oscar me enseñas este por favor— pidió mi hermana dejándome sola con aquel auto; Sin importancia seguí con lo mío.
—El chico es increíble — con fastidiado Dante guardo su móvil para mirar a su amigo con una mueca.
—Míralo creyendo que puede lograr algo— musitó Deniel.
||AMON||
—Es muy hermoso— hablé enamorada de aquel auto en el cual estaba sentada, los asientos eran tan suaves.
—No tanto como tú... eres linda— la voz del tipo llamo mi atención, intente ignorarlo para ver el estéreo.
—¿Entonces Amor te gustó este, sabes no... estás embarazada y esté puede ser peligro— Mi boca se abrió por completo mirando al tipo petrificada, en verdad había hecho eso.
Ni siquiera teníamos algún tipo de confianza o amistad para jugar una broma.
Mire como el sujeto se introducía al auto mientras miraba de mala manera al trabajador.
—No— pronuncie mirándolo fijo, estaba más que impresionada con aquella confianza.
—Somos esposos...— negué confusa. —¿Esto no es apropiado verdad?— insistió intimidando al chico quien nos miraba frenético.
—Oh disculpe señor, no, ese no es adecuado... con su permiso, veré a la otra señorita ahora regreso— apenado dirigió sus pasos a Sofía.
Después de mirar con furia al tipo baje al auto buscando a mi hermano, nunca me habían avergonzado tanto en la vida.
Las risas de mi hermano me descontrolan aún más, había visto toda la escena y no había hecho nada al respecto.
—¡Son unos mal paridos!— exclamé a ambos chicos quienes parecían estar satisfecho con aquella escena; eran tan infantiles.
—Ya lo escogí, pero tendré que traer papeles así que es todo por hoy— Aviso Sofi con una alegría increíble, la cual ignore para pasar a su lado, quería golpear a alguien.
Sin darme cuenta había chocado con una persona. —Disculpa— escupí intentado no tener mas contacto.
—Amon— conocía esa voz, al levantar el rostro me encontré con un Mario sonriente.
—Adiós— murmuré para seguir con mi camino, cosa que el tipo no permitió.
—¿Qué haces aquí?— preguntó acariciando mi cabello, sin perder la oportunidad vi de reojo a mis acompañantes.
—Sofía tendrá un nuevo auto— conté sin entusiasmo.
—Eso es genial... vengo a observar los recientes— sonrió —¿Que tal si me ayudas a elegir?— propuso a lo cual accedí después de pensarlo, no tenía nada que perder.
—Solo iré por mi bolso— informe para darme la vuelta y buscar a mis hermanos.
—¿Y bien ya no estás molesta?— pregunto mi carismático hermano, accedí no podía enojarme con él.
—No... el asunto es que me quedaré con Mario, avísale a papá— murmuré, discretamente miré al chico de inmensos tatuajes; su mirada estaba fija en mí causando un escalofrío en mi cuerpo. —Nos vemos más tarde— me despedí.
[...]
Llegué a casa desde de casi dos horas en las cuales estuve con el hombre perfecto para la sociedad, Mario era famoso y no por su aspecto sino por su riqueza... era el único hijo varón de la familia más incluyente del país.
Dejé de pensar en el sujeto para abrir la puerta de la gran residencia solo pensaba en ir a descansar.
—¿Dónde fuiste?— sonreí para acercarme a la sala.
Miré como mi padre escribía en una hoja; tal vez sus siguientes robos.
—¿Qué haces papá?— pregunté para sentarme a su lado.
—Nada, solo estoy ensayando un discurso— accedí con una mueca, yo no pedí una vida rodeada de mentiras como esta pero después de tanto me había acostumbrado.
Mis ojos pudieron alcanza a leer "impuesto de obras públicas" años antes había visto a mi padre alterar esta.
—Lo harás bien— ignore aquellos recuerdos para recostar mi cabeza en su hombro.
—¿Que tal te fue con Mario? Dante me ha contado que se saliste con él—intento cambiar de tema, suspire cansada.
—Nada interesante...— conteste dejándolo libre, me incorporé de inmediato para por fin ir a descansar.
—Es un progreso— bufo incómodo con una sonrisa.
—Si, me iré a dormir— avise.
—descansa cariño— accedí para dirigirme a las escaleras.
Al llegar a mi habitación todo cayó sobre mis hombros, odiaba a la persona que era. Odiaba sobre pensar todo, odiaba no tener a mamá conmigo... y era difícil explicar lo que realmente pasaba por mi cabeza.
Ya que me encontraba en ese momento donde nada tiene sentido y la soledad me abrazaba... me coloqué los auriculares para escuchar un poco de música y despejar mi mente.
Anhelaba tener problemas como la gente prometió, anhelaba tener una vida normal.
Odiaba ser reconocida en cualquier lugar al que fuese, odiaba aquellos objetivos que las personas me daban.