No tengo recuerdos de haber tenido que convencer a los padres de una chica que yo era el mejor partido para su hija. Sin embargo, con tal de que no obliguen a Nayla a casarse con ese tipo, estoy dispuesto a responder a cada una de las preguntas que ellos puedan tener. —Por lo que nos has contado, tienes una familia bastante grande —comenta su padre y asiento. —Así es señor Andrej, tengo seis hermanos de sangre y dos a quienes considero como mis hermanos —le cuento. Él sonríe y me mira de una manera bastante peculiar. —¿Tienes hermanas? ¿o son todos hombres? —continua. —Tengo tres hermanas —explico. Andrej mira a Nayla y luego mira a su esposa para después volver a verme a mí. —Entonces supongo que entiendes lo importante que es para un padre o un hermano asegurarse de que su hija