Seis meses despues : junio 10
Izmir, Turquia
Los últimos seis meses de mi vida han sido caóticos, una vez más he cumplido años en medio de aquella guerra, vi mucha más gente muriendo por los fuertes bombardeos, y tuve que irme a la fuerza a causa de la estipulación de nuestra asignacion. Hace una semana, la ciudad de Izimir en Turquia se convirtió en mi nuevo hogar, y este hospital en el sitio donde espero que pueda continuar ayudando a todos los afectados como parte del acuerdo que tienen ambos países.
Camino por los pasillos hasta el salón de juntas donde estarán presentando a los nuevos doctores, y al entrar veo que el doctor Sahir junto a los nuevos médicos, y sonrio cuando la veo a ella —Les presento a la doctora Nayla Manzur— Dice él y la mira —Ella ya tiene experiencia trabajando en Turquia y entiende perfectamente el idioma, por lo tanto, si necesitan algo, le pueden pedir ayuda— Explica y mi mirada se cruza con la de ella —Doctor Gagnier— Me llama el doctor Sahir —La doctora Manzur estará en su equipo— Anticipa y asiento levemente para despues seguir escuchando lo que tiene que decir de los otros nuevos médicos.
Una vez que él concluye con las presentanciones, saludo a varios de mis colegas y luego me acerco a ella —Que bueno verte de nuevo— Digo y sonríe.
—Lo mismo digo, despues de aquella noche en Athmeh todo se volvió caotico y no pudimos volver a conversar en calma como lo hicimos el día que nos conocimos— Comenta.
—Lo sé, pero ya nos pondremos al día, ¿Cómo te has adaptado a este nuevo cambio?— Indago mientras que caminamos por los largos pasillos.
—Volver a Turquia ha despertado muchos sentimientos distintos en mi, pero al menos mi prometido esta feliz de que este de regreso— Menciona tomándome por sorpresa.
—No sabía que estabas comprometida, muchas felicidades— Digo animado y de pronto levanta su mano izquierda mostrándome el imponente anillo que lleva.
—No lo podía usar en Siria, pero él insistió en que lo usara ahora— Explica.
—Claro, fueros meses muy complicados— Resumo —Lo bueno es que él te ha esperado y apoyado en lo que hacías— Asumo, pero una sarcástica sonrisa se dibuja en sus labios.
—Sinceramente no me ha apoyado mucho con mi trabajo en Siria, pero no le ha quedado otra opción más que aceptarlo, yo no estaba dispuesta a negociar con eso— Expone y me gusta que sea una mujer tan decidica con su carrera y sentir.
Abro la puerta del área de emergencias y continuamos caminando —¿Es sirio?— Averiguo, pero ella niega.
—Alemán— Responde haciéndome reír por lo extraño que me resulta imaginarla con un hombre alemán —¿Qué es lo gracioso?— Me pregunta a modo de queja.
—Perdón, es que no sé, me resulta extraño, ellos son bastante estructurados, y tú eres una doctora sin fronteras, es decir una aventurera— Me explico.
—Lo sé, pero me conquisto y ya— Se defiende para luego mirarme de una forma extraña —¿Y tú que?— Cuestiona y me la quedo viendo.
—¿Qué de que?— Respondo confundido.
Nayla sonríe —¿Tienes novia? ¿Prometida? ¿Esposa?— Cuestiona finalmente, pero simplemente niego con la cabeza —Eso es imposible— Declara sin mirarme y entrecierro mis ojos.
—¿Por qué es imposible?— Averiguo y sonríe.
—¿Quién no quiere estar con un doctor como tu? Estoy segura de que de donde tu eres todas las chicas hacían fila para estar contigo— Bromea.
—Por supuesto que no, era simplemente uno más del montón. Ademas, ninguna mujer ha supido entenderme todavia—Confieso con un poco de melancolia.
La sala de urgencias pareciera estar bastante tranquila el dia de hoy, tan solo nos entregan los partes médicos de algunos pacientes mientras que ella me sigue observando —¿Eso quiere decir que lo has intentado?— Presiona.
—Digamos que tuve una novia por casi todos los años que estuve en la universidad y ella se decepciono un poco de los planes que tenia para mi vida— Hablo y no sé si me he atrevido a contarle esto a alguien antes, pero con ella siento que puedo hablar de muchas cosas que nadie más podría entender.
—¿Por qué?— Insiste y sonrio.
—Ven, tomemos un café mientras se despiertan los pacientes y te cuento— La invito y comenzamos a caminar rumbo a la maquina de café.
—Solo trato de conocerte—Se justifica.
—No te preocupes, creo que despues de todo lo que pasamos en Siria es normal que busquemos despejarnos un poco—Explico y asiente —Estuve con Luana durante cinco años, estudiamos juntos y ella pensó que mis planes al finalizar la universidad serían abrir una clínica privada. No es es que quiera alardear, pero vendo de una familia de dinero, y podría haberlo hecho si hubiese querido, pero mi corazón no estaba ahí. Yo no estudie medicina por ser un doctor famoso y rico, estudie medicina porque quería ayudar a la gente. Cuando le conte que iría a Siria, ella decidio terminar conmigo, asique ya sabes, decidí quedarme solo y cumplir mis sueños— Resumo lo que fue una historia un tanto complicada.
—Es una lastima que no supiera ver que todo esto que haces vale más que todo el dinero del mundo— Menciona y tengo todas las intenciones de rebatir a sus palabras cuando una enfermera viene a nosotros anunciando que la ambulancia esta llegando con dos pacientes muy graves que posiblemente deban ser intervenidos. La vida de nosotros es asi, no hay calma más que por unos pocos minutos, y cuando la hay, debes aprovecharla.