Amor en Zona de Guerra

2. LA DOCTORA MANZUR

[MAËL]

La improvisada oficina que utilizamos los doctores en este refugio está completamente vacía, y dado el horario, es normal —¿Le duele mucho?— Le pregunto mientras que le doy una venda y hago que la sostenga sobre la herida mientras que preparo todo.

—No, y puedes tutearme, es más fácil así— Comenta ella.

—Está bien, hablas español increíblemente bien, ¿Dónde aprendiste?— Averiguo en un intento por distraerla un poco de todo lo que seguramente esta pasándole por la mente.

—Provengo de una familia que tenía un buen estatus económico y mis padres afortunadamente creyeron que la educación de todos sus hijos era muy importante. En mi cultura no es muy común que un padre deje ir a su hija a estudiar al extranjero, pero el mío solo quería verme feliz. Estudié en España un tiempo, allí aprendí español, inglés y francés, ya luego con todo esto de la guerra me fui a Turquía y aprendí su idioma también— Me cuenta y por supuesto que me sorprende todo lo que me dice.

—Entonces, ¿hablas árabe, español, inglés, francés y turco?— Hablo sorprendido y asiente.

—Si, ¿y tú?— Cuestiona cuando retiro la venda con mucho cuidado.

—Nací en Estados Unidos, y mi padre es francés, así que hablo solamente español, inglés y francés— Digo divertido y es que a pesar de todo lo que vemos aquí, tenemos que poder mantener nuestro ánimo para seguir adelante.

—Padre francés, que interesante—

—Si, es interesante crecer entre dos culturas, ¿y tu familia donde esta? ¿están bien?— Indago con un poco de dudas ya que no sé ni siquiera si están vivos.

—Si, ellos están bien. Afortunadamente el gobierno alemán ha ayudado mucho a mi país y ellos han podido ir allá.—

—Qué bueno, entonces ¿tienes hermanos?— Pregunto y ella cierra sus ojos cuando limpio su herida con alcohol.

—Tres hermanos varones y mayores que yo, como puedes imaginarte, jugar a las muñecas no era muy fácil— Me cuenta con una hermosa sonrisa en su rostro.

—Me imagino, yo también vengo de una familia numerosa… bastante numerosa— Aclaro y me mira con esos ojos negros profundos.

—¿Qué tan numerosa? — Inquiere y ahora soy yo quien sonríe.

—Cuatro hermanos, dos medios hermanos, y dos hermanos que no son de sangre, pero son parte de mi familia— Resumo y abre sus ojos de par en par.

—¡Guau!— Es lo único que dice.

—Aha, guau— Repito y le muestro los parches de sutura —Usare esto porque no quiero que te quede una cicatriz, ¿sí?— Explico y asiente levemente.

—Soy doctora, ¿lo olvidas?— Responde y sonrió.

—Perdón—

—Además, las cicatrices ya no me duelen— Expresa y me la quedo mirando con dudas.

—¿Por qué lo dices?— Le pregunto con dudas.

Ella con cuidado se levanta un poco la blusa que trae puesta y me muestra una cicatriz en su costado derecho —Hace un año recibí un disparo cuando trataba de sacar a un niño de un edificio que estaba cerca de un refugio— Relata haciendo que mi corazón se haga pequeño.

—¿Hace cuanto que haces esto?—

—Un año y medio, ¿tu?— Pregunta acomodándose la blusa.

—Dos— Contesto con un poco de melancolía.

—Te queda poco tiempo…— Susurra y asiento.

—Seis meses, quisiera que lo extendieran, pero no lo quieren hacer, dicen que no pueden permitir que los doctores nos quedemos aquí pasado ese periodo— Le cuento un poco cabizbajo.

—¿Y qué harás cuando te saquen de aquí?— Indaga.

—Estoy tratando de tramitar el traspaso al hospital que desplegaron en Turquía, tal vez desde allí pueda seguir ayudando— Explico y sonríe.

—Yo estaré allí cuando mi termino aquí acabe— Me deja saber.

—Entonces supongo que si todo sale bien trabajaremos juntos allí en un tiempo— Comento.

—Parece que si— Dice cuando termino de colocarle el parche —Ya esto está listo— Anuncio.

—¿Podemos ir a comer entonces?—

—Por supuesto, vayamos a alimentarnos para que mañana podamos continuar ayudando a toda esta gente— Menciono y la ayudo a bajarse de la camilla para luego ir de regreso a la tienda de campaña donde está el comedor.