CAPÍTULO CINCO Luna y los moteros huyeron de los controlados a medida que se acercaban, abriéndose paso hacia sus motos, tratando de llegar a ellas antes de que la gran velocidad de los controlados por los alienígenas los acercase demasiado. Luna corrió hacia el lugar donde se había detenido su propia moto, que ahora estaba tumbada de lado con sidecar en el aire, obviamente había volcado en el caos que había seguido al momento en que la habían agarrado. Se esforzó por enderezarla, empujando todo su cuerpo contra ella, el peso de la moto la hacía sentir como si estuviera empujando una pared sólida. Luna sintió que se movía un poco mientras seguía empujando, y luego la enderezó de un golpe, levantando una pequeña nube de polvo al caer en el suelo junto al camino. ―Súbete Bobby ―le gritó a