—Haré lo que tenga que hacer —pronunció Thomoe con indiferencia, mientras sus ojos, sombríos analizaban un punto fijo en la pared. —¿La odias tanto como para entregarla? —preguntó Dan, con una mirada inquisitiva que buscaba penetrar en el alma de Thomoe. Las palabras de Thomoe se quedaron atascadas en su garganta, como si lucharán por encontrar el coraje para escapar de su prisión interna. —Siento que tú la amas, a pesar de todo. Ella no recuerda nada. Quizás sea un nuevo comienzo, Thomoe —murmuró Dan con una voz cargada de esperanza, mientras observaba la expresión impasible de Thomoe con atención. —¿Un nuevo comienzo? —preguntó Thomoe con curiosidad, sus ojos mostrando un destello de incertidumbre ante la posibilidad de un cambio. —Sí, bueno, me voy. Thomoe —anunció Dan, con un gest