—¿A dónde? —preguntó Celeste, con tristeza al imaginarlo partir. —A mi departamento —respondió Thomoe, sintiendo un peso en el pecho al tener que separarse de ella, aunque fuera temporalmente. Tomó su mano y la sacó de su casa, llevándola consigo hacia su próximo destino. —¿Qué? ¿A dónde me llevas? —preguntó Celeste confundida, dejándose llevar por Thomoe sin resistencia. —Te dije que me voy y tú vendrás conmigo —declaró Thomoe, sintiendo que era lo correcto. —Sí —asintió Celeste con una sonrisa, confiando en él y dispuesta a acompañarlo. Caminaron hacia el auto de Thomoe y se dirigieron hacia su casa, llenos de expectativas y emociones encontradas. Al llegar, Celeste fue la primera en bajar del auto y entró corriendo a la casa, sintiendo un ligero nerviosismo por lo que les deparab