Capitulo 39.
NARRA ERYX PARTE 3.
Una semana paso sin que me diera cuenta, no tenía indicios de Ali, puse a detectives a búscarla pero no habían conseguido nada, su celular estaba apagado e imposible de rastrear, sus padres no hablaban, estaba desesperado, no sabía que más hacer, había estado vigilando al estúpido doctor pero tampoco se encontraba con el, sabía que no se había ido del país, ya que ningún aeropuerto nacional había registrado su salida.
Tenía que verla, necesitaba tenerla a mi lado, quería ir y matar con mis propias manos a Camile y luego matarme a mí por seguirle el juego, no sabía que mi mujer actuaría de esa manera, era lo menos que esperaba de ella, que se fuera sin pedir explicaciones, estaba frustrado la cabeza me dolía y no me podía concentrar en nada.
-Señor Andreato, le traigo noticias- dice el detective entrando a mi oficina.
-Hable de una vez- no estoy para formalidades solo necesitaba saber en dónde estaba mi chica.
-La señorita Davis antes de desaparecer se hizo una prueba de embarazo en el hospital.
-Y cuál fue el resultado?- el hombre se muerde el labio y yo solo quiero que hable de una maldita vez.
-Positivo, la señorita Davis está embarazada.
Mí nunca se vino abajo, ella sabía que estaba embarazada por eso se fue así, sin esperar explicaciones, se llevó a nuestro retoño lejos, estaba seguro que su reacción fue por querer proteger a nuestro hijo.
Al quedarme solo una idea cruzo mí mente, tenía que desacerme de Camile para que mi futuro hijo tuviera calidad de vida, tenía que hacer que ella desapareciera del mapa para que así mi mujer y mi hijo no corrieran peligro, salí de la oficina y me dirigi al apartamento de la loca porque sabía que estaba ahí, la tenía rastreada.
En el camino pensé como actuaría que haría para que ella confiera en mi y así poder lograr mi objetivo, no la mataría, yo no era un asesino, pero si ella se atrevía a ponerle una mano encima a mi familia lo pagaría con su sangre, así como ella tenía dinero para cometer un crimen y salir impune yo también podía hacer lo mismo, debería de agradecer que no soy un loco, porque si lo fuera no hubiese dudado en poner un balazo entre sus cejas.
-Eryx mi vida- me saluda al abrir la puerta y le sonrió aunque por dentro la quiera ahorcar
-Hola Camile, vine para hablar sobre nuestro matrimonio.
Ella chilla y pasa toda la tarde hablándome de todo lo que debíamos de hacer, comprar y el dinero que hacía falta, estaba loca sin duda, hablaba sin parar y yo solo le sonreía y asentia, hizo varias llamadas buscando el sitio perfecto para comprar su vestido, tenía dolor de cabeza de solo escucharla e imaginar que tendría que pasar tiempo con ella, pero todo era para el bienestar de mi hijo y mi mujer.
-No pareces muy feliz, no opinas en nada- hace un puchero, y yo le sonrió.
-Solo me importa que tú seas feliz cariño - ella chilla y se lanza a mis brazos.
-Ya te olvidaste de Alyn?
-No- soy sincero, pero pronto me reprendo mentalmente - pero entendí que lo mejor para mí eres tú Camile, a tu lado lo puedo tener todo, la mujer más hermosa del mundo, una compañera, sexo increíble...
-Hablando de eso- toca mi pecho sin disimulo y con cuidado aparto su mano.
-Aun no cariño, no te quiero para eso, te quiero para toda la vida- casi vomito cuando ella se lanzó a besar mis labios.
Llegué a mi apartamento el cual se sentía vacía sin ella, tome una botella de whisky y me la empine, quería calamar el dolor que había dejado su partida así fuera solo por poco tiempo necesitaba eso, pero en mi estado de alcoholismo solo me la podía imaginar por todos lados.
Camile había insistido en invitar a los padres de Ali a la ceremonia, deseaba que ellos fueran lo suficientemente inteligente para no asistir, le había pedido al padre de Ali que la escoltara al altar pero este se negó diciendo que ella tenía su padre que no era justo con el , sabía que ella lo hacía solo para a Ali.
Los días siguieron pasando y no tenía ni idea de en dónde estábs mi chica, me sentía frustrado, la quería a mi lado, la loca cada día decía que estaba más enamorada de mi y yo le agarraba más odio, la detestaba no la quería cerca, quería meterla en un psiquiátrico y que muriera encerrada.
Estaba a un mes de mi vida con Camile y ella había insistido en qué viviéramos juntos, no podía decirle que no porque eso sería que desconfiara de mi y era lo menos que quería, no la lleve a vivir a mi departamento ya que ese lugar le pertenecía a Ali y mis hijos así que fui a vivir con ella a una costasa casa que rente porque ni loco compraría algo con ella, la hice firmar la separación de bienes porque cuando me divorciara no iba a dejar que tocará ni un centavo de mi dinero, ya tenía el sitio al cual la llevaría cuando me firmara los papeles que me convertían en algo así como su tutor porque ella no estaba capacitada para tomar desciciones por ella sola, tenía su informe médico hecho por su propia psiquiatra en dónde la incapacitaba mentalmente.
-Hijo- me saluda mi padre al entrar al cuarto en dónde me arreglaba para casarme- estás seguro de esto?
-Porsupuesto.
-No siento que Camile esa la mujer para ti hijo.
-No necesito tus consejos.
No le podía decir a nadie mis verdaderos planes tenía que ser cuidadoso porque las paredes tenían oídos y las personas son traicioneras, no quería que nadie le fuera con el chisme a Camile, todo tenía que salir bien o sería una total perdida de tiempo.
Al entrar al lugar en dónde se celebrará mi matrimonio ya se encuentran varias personas las cuales me saludan y felicitan estoy nervioso, no porque me vaya a casar si no porque quiero que todo salga bien que la ilusa se coma el cuento enterito, voy a mi posición y la marcha nupcial comienza, Camile no tiene amigas por lo cual el área de damas de honor está desocupado y a mi no me interesaba este teatro por lo cual el área de mis padrinos también estaba vacío.
-Te amo- murmura ella al decir el si y yo solo puedo sonreírle porque la verdad no podía pronunciar esas palabras.
No podía decirle te amo a otra mujer que no fuera Alyn, y por más que trate que las palabras salieran para tener a la loca comiendo de mi mano no lo logré, ella tendría que conformarse y yo tendría que esforzarme más para que ella me creyera todo mi cuentito, porque de algo estaba seguro, de que ponía a Camile encerrada en un psiquiátrico lo hacía o me dejaba de llamar Eryx Andreato.