Capitulo 21.
Tenía una semana viendo con Betsy tuve que contare de mi embarazo y ella estuvo feliz aunque le aclare que no era de su hermano, eso la decepciono un poco pero no borro su gesto de felicidad, me ofreció trabajo en una tienda que tenían en el pueblo, mi trabajo era de cajera nada forzado, la paga no se comparaba con lo que ganaba en la empresa, pero por lo menos tenía unos cuantos ahorros que me ayudarían mucho, de todos modos había enviado mi carta de renuncia a la empresa, y en unos 15 días me enviarían a mi cuenta bancaria el dinero de mi renuncia.
Hable con mis padres, le dije que no podía decirles en donde estaba, pero que estaba bien, no les comente nada de mi embarazo, eso lo tenía que hablar con ellos en persona, ellos me comentaron que Eryx fue a casa a buscarme, no les dio muchos detalles solo que necesitaba saber en dónde estaba, pero ellos no lo sabían. Me aprecia un ridículo que él me buscara cuando él había terminado con todo lo que teníamos, era un idiota, de seguro me buscaba para que fuera su amante, y eso no lo iba a permitir.
Alejandro me había estado insistiendo de que fuera a la ciudad a controlarme el embarazo, pero no quería por los momentos quería mantenerme lo más alejada posible de Eryx y Camile, tenía que sanar primero todas mis heridas. Pero eso no significaba que no me controlaría ya había hecho cita con un doctor acá en el pueblo, necesitaba saber cuántos meses tenia y en el estado en el cual se encontraba mi hijo o hija.
A la cita fui con Betsy, la cual estaba muy emocionada, incluso más que yo, lo poco que había logrado conocer de ella me había encantado, era una persona muy genuina, ella y su esposo hacían una pareja maravillosa en donde el amor les sobraba y educaban a sus hijos de una manera maravillosa, eran una familia muy linda, deseaba algún día tener algo como lo que ellos tenían.
- Con mi primer embarazo aprendí muchas cosas- me dice mientras estamos en la sala de espera- mi esposo y yo no teníamos el nivel económico de ahora, pero lo logramos, siempre buscamos una manera.
- Yo, a veces pienso que no voy a poder con todo esto Betsy, nunca me había planteado ser madre, y menos en estas condiciones, no sé si seré capaz de decirle algún día a Eryx que estoy esperando un hijo de el- le comento y ella toma mi mano de una forma cariñosa.
- En algún momento le tienes que decir querida, el es el padre, tiene todo el derecho de saber sobre su hijo o hija, independientemente de lo que haya pasado con ustedes- siento que se me resbala una lagrima y niego.
- Ojala fuera tan fácil como decirlo- le comento y limpio mi lagrima- Eryx destrozo mi corazón, el jugo conmigo, y ahora se va a casar con otra, yo no signifique nada en su vida, solo caí en su juego, no creo que le importe tener un hijo conmigo, al final solo fui un capricho para él.
Antes de que Betsy me pueda responder nos llaman para que entremos a la consulta, el doctor era un señor de unos 50 años el cual con mucha carisma me hizo todas las preguntas pertinentes sobre mi salud, me mando una seria de laboratorios y me hizo los récipes de las vitaminas que debía de empezar a tomar, al igual que una lista de cosas que podía y no comer, me sentía abrumada con toda la información que me daba agradecía tener a Betsy a mi lado, aunque lo que de verdad necesitaba era tener a mi madre.
Luego de toda la charla el doctor hizo que me acostara en una camilla alzo mi camisa revelando mi vientre, el cual yo lo veía como siempre, no notaba ni un pequeño abultamiento, el puso un gel frio y luego empezó con el aparato y ver buscar y a decir un montón de cosas que no entendí, hasta que sonrió.
- Felicidades, usted va hacer madre de dos hermosos niños- en ese momento quede en shock como si no fuera suficiente estar embarazada de uno, ahora eran dos.
No sé en qué momento me desmaye, solo sé que cuando me desperté estaba acostada en una camilla y me pasaban algo por la vena, a mi lado sentada estaba Betsy mientras veía algo en su celular, lo primero que hice fue tocar mi vientre, Dios, son dos, voy a tener dos hijos, ¿Cómo iba hacerle? Era mucha responsabilidad para una persona como yo, que apenas podía cuidar de mi misma, ahora tenía que cuidar de dos personitas que dependían de mí para vivir.
- ¿Cuánto tiempo llevo así?- le pregunto a Betsy la cual me sonríe y se para.
- No mucho, como 10 minutos, el doctor dijo que era normal ya que no te esperabas la noticia, pero ambos bebes están bien, pero… tendremos que llevarte a una consulta a la ciudad, ya que al ser un embarazo gemelar es un poco más complicado y lo mejor para los niños es que los vea un especialista.
- Está bien- si es por mis hijos haría cualquier cosa, lo único que tenía claro es que los defendería a capa y espada de cualquiera que los quisiera lastimar
Luego de que nos dejaran salir Betsy fue a la casa y yo a la tienda, pase la tarde trabajando tratando de alejar mis pensamientos lo mas que podía de Eryx, conocí a las personas del pueblo, las cuales eran muy reservadas pero educadas, no veía el momento de ver a mis padres y contarles la noticia, sé que no estarían súper felices, porque no era lo que ellos querían para mí, pero sabía que me apoyarían en todo.
Necesitaba más ingresos porque con lo que ganaba no me daba para hacer todo lo que debía en mi embarazo, pero no tenía ni idea de quien contrataría a una mujer embarazada, y estaba más que consiente que mi embarazo era delicado, no podía hacer muchas cosas que otras embarazadas si podían.
Me encontraba en una encrucijada, por un lado tenia la opción de tratar de darles todo lo que estaba a mi alcance a mis hijos, y por otro lado estaba la opción de ir y decirle a Eryx y que el respondiera por sus actos, pero la verdad tenía miedo, no sabía cómo iba a reaccionar el o su prometida, no sabía cómo iba a reaccionar yo.
Por los momentos tenía que seguir los consejos médicos y ya más adelante vería como salía de esto, estaba segura que yo podría, pero iba a necesitar mucha ayuda.
- Te voy a programar una cita para la semana que viene- me dice Alejandro mientras acaricia mi panza y le sonrió.
- Gracias por todo.
- No tienes que agradecer nada, lo hago porque quiero, porque me nace, solo espero que nunca me alejes de estos niños- acaricio su barbilla en un gesto de cariño y sé que él lo disfruta porque cierra los ojos.
- ¿tu quieres ser su padrino?- suelto sin pensar y el abre sus ojos sorprendido- si no quieres no hay problema, yo solo pensé…
- Claro que quiero cariño, no hay nada que me haga más feliz- le sonrió y el sigue acariciando mi panza inexistente.
El día de mi cita llego de manera rápida, Betty me acompaño a la ciudad como si fuera mi madre en el camino fuimos hablando sobre porque se habían mudado tan lejos de la sociedad y su historia de amor con su esposo, en la cajuela estaban mis maletas, aunque no quería sabia que lo mejor para mí y mis hijos era vivir en la ciudad por cualquier evento que se pudiera presentar, así que después de la consulta iría a casa de mis padres, les diría lo que pasaba les contaría todo, y esperaba que ellos me entendieran y me dejaran quedarme con ellos.
Al entrar al hospital ale nos esperaba tenía un uniforme gris y lucia un poco cansado eso no evito que nos sonriera y nos abrazara a ambas para luego guiarnos al consultorio en donde ya nos esperaba el doctor, al entrar a la sala vi un doctor muy guapo, en otro momento no hubiese dudado en coquetearle, aparentaba unos 40 años pero de seguro tenia mas, sus facciones eran finas y sus ojos azules.
Vio mi cuerpo alzando una ceja como si me analizara, Alejandro nos tenía a ambas tomadas de la cintura y este no paso ese hecho ya que dejo su mirada ahí por unos segundos para luego sonreír y pararse.
- Buenas, soy el doctor Harry Fox- se presenta y nos extiende la mano- ya aquí el doctor me dio un pequeño avance del caso, y para mi seria un placer atenderla a usted y al embarazo gemelar- asiento tomando su mano- siéntense por favor.
- Yo tengo consulta, ¿me cuentas después si?- me pide ale y le sonrió asintiendo, deja un pequeño beso en mi mejilla para luego irse.
La consulta transcurrió tranquila entre los eco las indicaciones y millones de termino que dijo el doctor, tenia 6 semanas de embarazo, mis pequeños apenas eran embriones, estaban empezando a formarse y yo ya quería que estuvieran lo suficientemente grandes para verlos bien, acordamos que vendría a control cada mes si todo estaba bien, pero si había alguna complicación tenía que comunicarme con el doctor y venir de manera inmediata al hospital, agregue su número en mi teléfono, tenía un nuevo chip que estaba a nombre de Alejandro para evitar que Eryx lo encontrara y empezara a acosarme.
- ¿me indicas como llegar a la casa de tus padres?- me pregunto Betsy y suspire.
- ¿no puedo volver contigo y ya?- ella sonríe y toma mi mano.
- Si claro que puedes, tu sabes que puedes quedarte conmigo el tiempo que quieras, pero igual debes de hablar con tus padres deben de estar preocupados por ti.
- Tienes razón- ella me sonríe y me guía a la salida.
El camino a casa de mis padres me parece demasiado rápido, cuando estacionamos en el estacionamiento del edificio sentía que iba a colapsar en cualquier momento, vi como Camile se montaba en su coche con una sonrisa, parecía feliz, no entendía que hacía en casa de mis padres pero de seguro no era haciendo nada bueno.
De seguro ya había metido sus garras de arpía hasta lo más profundo, de seguro ya puso a mis padres en mi contra y quedo ella como la mujer buena que siempre aparenta ser.