La decepción de Guillermo

1737 Words
El médico le habló con franqueza: — Entiendo tu preocupación por tu padre, pero realmente yo no puedo hacer nada porque no voy a operar solo, pudiera colaborar exonerando mis honorarios médicos, pero lamentablemente no puedo exonerar los demás gastos de la clínica, estamos hablando de una suma fuerte de dinero y lamentablemente no puedo hacer nada al respecto, solo me queda decirles que si no toman una decisión a tiempo, tendremos que exigirles que se lleven al paciente de la clínica pero bajo el riesgo de que pueda perder la vida en cualquier momento. Emperatriz enseguida comenzó a llorar amargamente mientras decía entre sollozos: — ¡Nooo! ¡Mi papá no puede morirse! ¡No lo puedo aceptar! Por Dios que desesperación me causa todo esto. — Señor Rogelio, esta fue la razón por la que me tomé el atrevimiento de llamarlo por encima de mi marido, pero basándome en una propuesta que usted le hizo a él antes de que toda esta tragedia ocurriera, yo quiero que usted y yo lleguemos a un acuerdo y de antemano le digo que estoy dispuesta a aceptar lo que usted disponga. — Entiendo su angustia señora Cimarro, pero sin embargo he hablado tantas cosas con mi querido amigo Miguel, que no sé específicamente a qué propuesta se refiere. — le dijo Rogelio fingiendo totalmente el no saber el porqué lo había llamado, él solo quería que las cosas quedaran muy claras y que fuera ella la que le dijera con puntos y señales qué esperaba de él. — Pues bien señor Salinas, tengo entendido que usted le hizo una propuesta a mi marido de casarse con nuestra hija Emperatriz a cambio de saldar toda la deuda de la hipoteca tanto de la fábrica como de nuestra mansión, por supuesto ahora se suma la deuda de la clínica ya que no esperábamos que a Miguel le podía dar un infarto de esa índole, y como ya escuchó al doctor Sierralta, Miguel necesita una operación de emergencia o de lo contrario lo perderíamos. Maruja al ver que Emperatriz había salido corriendo, enseguida dijo molesta mientras trataba de llamarla para que ésta regresara: — ¡Emperatriz! ¡Emperatriz! ¿A dónde vas? Por favor regresa en este preciso momento. — Rogelio enseguida intervino diciendo: — Por favor señora Cimarro, déjela tranquila por un momento, entiendo perfectamente que no ha de ser fácil para ella lo que usted acaba de decir, y no pretendo atormentarla más de lo que ya debe estar con la enfermedad de su padre, digo, así como debe estar usted de preocupada porque se salve Miguel, ¿No es así? — Pero por supuesto que estoy tan atormentada como mi hija Emperatriz, todo esto ha sido realmente una tragedia totalmente inesperada, y de verdad de no ser porque está en juego la vida de mi querido esposo, yo sería incapaz de aceptar esta propuesta que usted le hizo horas antes de su infarto. Pero considero que en vista de la emergencia hay que tomar una decisión lo más rápido posible ¿No le parece señor Salinas? — Efectivamente señora Cimarro, hay que decidir todo esto inmediatamente, en realidad quiero casarme con Emperatriz, es una mujer realmente fascinante y desde que la vi la primera vez quedé totalmente impactado con su belleza, así que no quiero perder más el tiempo porque mientras más esperemos corre más riesgo la vida de Miguel y creo que ya estamos claros en nuestros propios intereses. —Perfecto señor Rogelio, no hay nada más que decir, le entrego a mi hija Emperatriz en matrimonio a cambio de que nos ayude económicamente. Rogelio la miró y enseguida pensó en sus adentros: “Esta mujer es una cínica, es más peligrosa de lo que yo me imaginaba, no le importa el dolor de su hija con tal de lograr alcanzar el estatus alto al que Miguel la tenía acostumbrada, pero me conviene que actúe de esa forma porque eso puede ayudarme muy bien a conquistar a Emperatriz”. (…) Una hora después… Ya el acuerdo estaba listo, Emperatriz había aceptado forzosamente casarse conn Rogelio para salvar la vida de su padre. Se encontraban aún en la sala de espera cuando de pronto se percataron de la presencia de un joven muy apuesto, aproximadamente de la misma edad de Emperatriz, vestido modestamente con un pantalón jean color azul y una camisa manga corta muy sencilla que aparentaba ser bastante vieja. Sin embargo a pesar de lo sencillo y modesto que se veía el joven, se notaba que era una persona decente. Llegó a la sala de emergencia y se acercó a Emperatriz mientras esta lo abrazaba fuertemente y al mismo tiempo se ponía a llorar inconsolablemente. Por supuesto Maruja sabía perfectamente de quién se trataba y era nada más y nada menos que Guillermo, el novio de Emperatriz, por su parte Rogelio lo miraba fijamente con el ceño fruncido y con una mirada que realmente podía matarlo si fuera posible. Su curiosidad no se hizo esperar y enseguida se dirigió a Maruja y le preguntó: — ¿Se puede saber quién es el sujeto que está al lado de Emperatriz? — Maruja se puso muy nerviosa puesto que ella estaba al tanto de todo y no quería que Rogelio se diera cuenta de quién era realmente el joven, así que le respondió llena de mucho nerviosismo y más ahora que habían sellado el convenio y Rogelio había pagado toda la deuda de la clínica. — ¡Ah! Si claro, ¿Usted se refiere a el joven que acaba de llegar? — Pero por supuesto que me refiero a ese joven que está abrazando a Emperatriz, ¿Acaso hay alguna otra persona cerca de ella? Por favor señora Cimarro, no soy ningún imbécil, me gustaría saber Quién es ese joven y qué hace abrazando a Emperatriz? — Por favor señor Salinas no se ponga así, el chico creo que estudia con ella en la universidad, la verdad es que no lo conozco muy bien pero me imagino que debe haberse enterado del infarto de su padre y vino a brindarle apoyo solamente. Maruja se levantó sonriente ante la mirada de Rogelio, el cual se había dado cuenta perfectamente de lo que estaba pasando, él era un hombre demasiado inteligente y persuasivo, nadie lo podía engañar y mucho menos el nerviosismo tan evidente por parte de ella. Maruja se acercó a Emperatriz sin saludar al joven que estaba sentado al lado de ella y el cual enseguida al ver a Maruja se levantó de la silla y le extendió su mano diciéndole: — ¿Cómo estás señora Maruja? — ella lo miró de arriba abajo con una mirada totalmente llena de desprecio, enseguida le dijo a Emperatriz dejando a Guillermo con la mano extendida: — Se puede saber qué hace este joven aquí? Guillermo se sintió bastante incómodo al ver que Maruja lo ignoró totalmente, pero le llamó la atención la presencia de aquel hombre elegante y misterioso que no dejaba de mirarlo. — ¿Pero y quién es ese hombre que no me ha quitado la mirada desde que llegué? Maruja no perdió tiempo y enseguida dijo de la forma mas sarcástica: — Emperatriz, ¿Acaso no piensas decirle a tu amiguito, quien es Rogelio Salinas? Guillermo miraba a Emperatriz totalmente extrañado y confundido, él no tenía la menor idea de lo que estaba pasando, sabía la mala situación económica por la que estaban pasando los padres de Emperatriz, pero jamás le pasaba por la mente lo que pretendía hacer Maruja con su hija. Al ver el silencio de Emperatriz, Guillermo muy inquieto le preguntó: — ¿Pero por qué no respondes Emperatriz? ¿Dime qué es lo que está pasando? ¿Quién es ese señor? Maruja miraba a Emperatriz con la ceja levantada y la mirada penetrante, esperando a la reacción de su hija, pero Emperatriz solo mantenía la mirada fija en el piso, tratando de evadir ver a Guillermo a los ojos. — Bueno, ya veo que mi hija no tiene el valor de decirte la verdad, pero yo te la voy a decir y créeme que me lo vas a agradecer toda la vida. — en ese momento Emperatriz llena de temor ya que no quería perder el amor de Guillermo y además no quería que él pensara que ella prefería venderse por dinero, antes de continuar con él, le dijo entre lágrimas suplicándole: — ¡Mamá por favor cállate! No lo hagas te lo pido por favor. Guillermo se quedaba mirando a Emperatriz sin entender por qué estaba así tan angustiada, mientras tanto Rogelio observaba todo desde el otro extremo de la sala de espera, ansioso por saber qué estaba pasando. — ¡Por favor ya basta! No entiendo nada, Emperatriz dime ¿Qué es lo que pasa? O al menos deja que tu madre me diga lo que está pasando, creo que merezco una explicación. Todo esto me tiene realmente confundido, yo solo vine a penas me dijiste lo de tu padre, pero jamás me imaginé que me iba a encontrar con semejante situación. — Pues yo te voy a decir qué es lo que pasa, Emperatriz se va a casar dentro de unos días con Rogelio Salinas. — ¿Cómo? No comprendo, pero ¿Cómo que te casas dentro de poco? Pero nosotros tenemos un compromiso, además ni siquiera te has graduado de enfermera, ya eso lo habíamos planificado, casarnos después de que ambos termináramos de graduarnos, entonces no entiendo lo que está diciendo tu madre. Emperatriz solo lloraba amargamente sin poder decir palabra alguna, ella sentía que la vida de su padre estaba primero que su felicidad y por salvarlo estaba dispuesta a todo. Maruja de la forma más fría le dijo a Guillermo: — Creo que no es muy difícil de entender, es que está muy claro todo, mi hija ya no quiere ningún tipo de relación contigo porque está comprometida para casarse con Rogelio Salinas, justamente el hombre que está sentado allá, ¿Te quedó claro? — ¿Pero qué está diciendo señora Maruja? Eso no puede ser, Emperatriz es mi novia y nos vamos a casar, díselo Emperatriz, por Dios no te quedes así callada, habla, di algo, cualquier cosa, lo que sea. — le gritaba Guillermo con lágrimas en los ojos. Por su parte Emperatriz no paraba de llorar y solo esquivaba la mirada de Guillermo.
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