El médico le habló con franqueza: — Entiendo tu preocupación por tu padre, pero realmente yo no puedo hacer nada porque no voy a operar solo, pudiera colaborar exonerando mis honorarios médicos, pero lamentablemente no puedo exonerar los demás gastos de la clínica, estamos hablando de una suma fuerte de dinero y lamentablemente no puedo hacer nada al respecto, solo me queda decirles que si no toman una decisión a tiempo, tendremos que exigirles que se lleven al paciente de la clínica pero bajo el riesgo de que pueda perder la vida en cualquier momento. Emperatriz enseguida comenzó a llorar amargamente mientras decía entre sollozos: — ¡Nooo! ¡Mi papá no puede morirse! ¡No lo puedo aceptar! Por Dios que desesperación me causa todo esto. — Señor Rogelio, esta fue la razón por la que me