Cap 6

1885 Words
Hasta que me libre de ella en la adolescencia, ya no estaba obligado a ir la mansión Caparano. Disfrutaba de mi libertad a los 16, al iniciar la adolescencia, ya no estaban tan pendientes de mi salvo por mi educación. Visitaba la empresa de mi familia y le di dos ideas a mi padre y, carajo. No pensé que las llevaría a cabo, nos impulsó tanto en el mercado que gracias a eso, somos una de las marcas más prestigiosas del mundo. Bebo directamente de la botella, llevo meses igual, recordando. Cierro los ojos otra vez y voy al siguiente recuerdo. Mi madre llora en brazos de mi padre después de recibir una llamada. Recuerdo ese día, fue cuando me arrepentí de ser un cretino con la niña de ojos café. Bárbara tenía 12 y acababa de perder a su madre en un accidente de tránsito. Días después de esa llamada mi padre y mi madre estaban listos para asistir al funeral, no podía dejar de ir a ver como estaba Bárbara. Sorprendidos por verme con mi traje n***o impoluto, solo asintieron sin decir nada al respecto. La pequeña había crecido un poco, su cabello largo y rojizo cubría gran parte de su rostro y no me permitía verla bien desde lejos. No me gusto la mirada cargada de desprecio que John le da a la niña, trata de disimular ante las personas, pero no es un secreto de que el bastardo nunca la quiso realmente. Ahora tiene que hacerse cargo de Bárbara, ya que es la única heredera de la fortuna que dejo Susan. Intente acercarme a ella y recuerdo como salió corriendo a los brazos de mi madre. Las visitas a la mansión Caparano eran más seguidas, mi madre creía que tenía una obligación con Bárbara por ser la hija de su difunta amiga, asique se encargó de educarla como lo hacía su madre, hasta que John, ya no se lo permitió. Antes de que Bárbara viaje a Alemania, fuimos invitados a la mansión. John insistió en que quería hablar con mis padres urgentemente, pero con la excusa de que era una fiesta de despedida para Bárbara, mi madre quiso asistir, y yo... También. Se había convertido en una chica preciosa, dejo atrás los vestidos infantiles, se cortó el cabello y vestía como una adolescente más. Pero su mirada era triste, ya no brillaban sus ojos y se la veía muy sola aun estando rodeada de tantas personas. La observe más de lo que me gustaría admitir hasta que me acerque más a ella, ya no era un mocoso imbécil que quería hacerle la vida imposible, bueno, no de esa manera como cuando éramos niños. Una gran mancha asomaba su muñeca, un moretón fresco. Ese hijo de perra la golpeaba y me alegre de que se fuera y se aleje de ese hombre que solo quería su dinero. Tenía que vivir una vida normal. La urgencia de John de hablar con mis padres era el pedido de un préstamo, muy elevado que seguramente no iba a poder devolver. Mi padre se había negado a entregarle tanto dinero y John sugirió darnos como parte de p**o a la hija de Susan, para unir ambas familias. Mi madre estaba de acuerdo, esos habían sido sus planes desde siempre y mientras esperaban a que dé mi opinión... acepte sin dudarlo. No lo hice por las familias, lo hice por Bárbara. Esta era la mejor oportunidad para que salga de ese infierno, y después de verla golpeada, supe que era la mejor de las decision que pude tomar en mi vida. Recuerdo cuando tome la mano de mi madre y le quite su anillo de compromiso. "Nuestro compromiso empieza hoy, la dejaras ir a la universidad y al volver, se casara conmigo. Pero si llego a enterarme que le pusiste una mano encima otra vez, será una boda y un funeral." Las palabras que le dije ese día a John fueron suficientes para él. Obtendría una parte del dinero y la segunda, se entregaría el día de la boda. Me comprometí y en su ausencia aproveche para entrar a su habitación. Lo poco que había ahí me sirvió para conocerla más, su librero estaba repleto de libros y fotografías de ella, su madre y su fascinación por los atardeceres. No hay amigos, no hay nada que indique que tenía algún pasatiempo más que leer. Su vida era esa habitación. Leí cada uno de los libros, mire todas las películas que habían sobre su reproductor para tener de que hablar cuando regresara. Sabía lo que hacía en Berlín, no iba a dejarla sola del todo, tenía que saber cada uno de sus movimientos. No interferí en su vida hasta que supe que tenía un novio. Lo deje pasar hasta que se graduó y tuve que hacerle una visita a Steven, su ex novio. Resulto que él, no estaba tan enamorado de Bárbara como ella creía. Cuando llegue a su apartamento me encontré con que estaba casi desnudo con la mejor amiga de mi pequeña. Tuve una maldita ayuda del cielo. Le exigí que debía dejarla, le conté sobre el anillo en el dedo de Bárbara y aceptó no decir nada de mi por unos cuantos miles de euros. Recibí el llamado de John hace cinco meses, ella estaba de camino a su casa, ya habíamos acordado que ese día me casaría con ella y me la llevaría lejos de ese hijo de puta. Me asegure de que todo salga bien y así lo hice, estaba todo listo hasta que la vi llegar, deslumbrante como siempre. Los cuatro años fuera de Londres le sentaron muy bien, ahora es una mujer. Su cabello volvió a crecer tanto que le llegaba a la cintura, su maquillaje era suave y sus labios rosados eran seductores, como toda ella. Bárbara es preciosa. Un momento después la vi bajar la escalera con un hermoso, pero sencillo vestido blanco. No era necesario, pero John se encargó de hacerla sentir miserable una vez más. Cuando me vio, vi en sus ojos rencor, todo lo que le había hecho cuando era un estúpido, un pendejo, estaba reflejado en su rostro. Me odiaba, y tenía motivos para hacerlo. Reconozco que me molesto como me miro y cuando supo que se casaría conmigo, no solo vi tristeza en sus ojos, vi algo más. Como si algo se terminara de romper dentro de su cuerpo. Hable con ella de la misma manera, no iba a cambiar eso después de la postura hostil que tenía conmigo, asique fingí ser el mismo hijo de puta de años atrás. No le di opción y cuando termino de firmar los documentos y el acta, la saque inmediatamente de su casa sin darle la oportunidad de llevarse nada. Puedo darle todo lo que quiera, no necesita nada que le recuerde su pasado. Pero me co porte como un cretino, una vez mas. El mes en la isla empezó mal, comenzó a beber, todos los días salía con una botella para contemplar las puestas de sol. Bebía tanto que terminaba dormida en la arena hasta que me canse de llevar la misma rutina. No hablamos las primeras semanas hasta que le deje saber que no la volvería a llevar a su habitación. Esa madrugada me insulto y reclamo por haber sido un verdadero cretino, bueno, en realidad me llamo "HIJO DE PUTA, MIMADO DE MAMI." Entre otros agravios, después confeso que se sentía atraída y cuando intente levantarla de la arena me jalo del brazo, me tomo por sorpresa su rápida maniobra y cuando caí junto a ella, me beso. Esa no era la Bárbara que conocía, rechacé su beso y la tome en brazos para llevarla a la cama. Se durmió en cuanto subí la escalera. Lo que comenzó como un regaño termino en sexo. No negare que es una mujer que despierta tentación, pero no negare que verla me despertaba ciertas... sensaciones. Acordamos que lo nuestro sería algo físico y nada más, no quería arruinarla yo también, no estaba dispuesto a abandonar mi vida ni mis actividades con otras mujeres por ella. Hasta ese día, hace tres meses. Dejó una nota sobre el escritorio de mi secretaria junto a los dos anillos, el de compromiso que pertenecía a mi madre y antes de ella a mi abuela, y ahora solo le pertenecia a ella, con el que le di en la isla, el de nuestro matrimonio. Supe que la había cagado en grande, no tiene caso ocultarlo ahora, llegue a apreciarla, luego a quererla y ahora, estoy como loco, solo quiero volverla a ver y pedir perdón. Ahora solo me la paso bebiendo como si eso fuera a ayudarme con el arrepentimiento. Si ella me quería y yo a ella ¿Por qué me deje tentar por la secretaria? ¡Porque pienso con la v***a cuando de mujeres se trata! Lleno con sexo el vacio que tengo dentro de mi ser. Nunca sere como mi hermano, por mas que lo intente siempre seré el premio consuelo de mis padres. Salí detrás de ella en cuanto mi ex secretaria entro con el rostro palido, la nota y los anillos y cuando abandone el edificio, vi el auto de Robert estacionado. Suspire, al parecer todavía no se había marchado, o eso creí hasta que abrí la puerta y le di un susto horrible a mi chofer. Robert me dijo que esperaba a mi esposa, la cual nunca vio salir. Él se había ido a cargar combustible mientras ella estaba en mi oficina. Desde ese día no sé nada de ella, no se llevó nada de la casa, no uso las tarjetas de crédito ni tampoco el dinero que tenía en efectivo. Todo estaba tal cual ella lo habia dejado. El primer mes fue una mierda, me arrepentí de ser un completo imbécil cuando comencé a extrañarla, aun lo hago. Pero, lo que me volvió loco fue cuando entre al vestidor y vi en uno de sus cajones mal cerrados, una pequeña caja color rosa. Lo abrí y casi se me escapa el alma, había varias pruebas de embarazo y todas las tiras mostraban que eran positivas. Bárbara me abandono y se llevó a mi hijo con ella. El recibo de compra coincide con el día que se fue. Fue a darme la noticia y me vio con esa puta en mi oficina. No hay día que no piense en ella. No hay día que no piense en mi hijo creciendo en su vientre. No hay día en que no me arrepiento de ser un hijo de puta. La perdí, me dejo y se llevó a mi bebe. No encuentro a Bárbara por ningún lado, su pasaporte está aquí junto con su documentación, eso me alivia, al menos no salió del país. Ya no sé qué hacer conmigo mismo, debe tener al menos cuatro meses de embarazo y me estoy perdiendo de eso, ver crecer a mi bebé. ¡Jodida vida! Me lo merezco. He contratado a tantas personas que ya he perdido la cuenta, he buscado en cada rincón de Londres y ciudades vecinas. ¡Hasta su maldita foto aun sale en televisión! Ya no sé qué hacer. La quiero de vuelta para pedir perdón, para que vuelva conmigo y para ver nacer a mi hijo.
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