Antes de quedarme dormida, repasé todo lo sucedido en la noche. Lo que se suponía era una simple cena termino siendo una mierda. William Russo puso sus ojos en mí, Peter lo hizo mucho antes, por lo que dejo claro que pelearía por mí y no por el puesto de mi padre. Me aterra que algo malo pudiera pasarle al único que estuvo conmigo cuando más necesitaba contención. Y ahora, aunque no lo merezca, temo por Alexander. ¿Siento rabia por lo que me hizo? ¡Claro que sí! Pero. no por eso lo quiero muerto. Yo fui lo suficientemente ingenua para confiar en alguien que desde el principio me dijo que no iba a cambiar su vida por mí, pero él es el responsable de mi estado emocional. Antes de subir al avión, me anestesiaron el brazo y me quitaron el dispositivo anticonceptivo. ¡Él no me dio a elegir!