CAPÍTULO CATORCE Catalina seguía a Lisare mientras esta la guiaba por la isla de las sombras, no se acababa de fiar de ella, pero también suponía que la sacerdotisa, o lo que fuera que era, representaba su mejor ocasión para encontrar la piedra que podía ayudarla. Por lo menos hasta el momento, Lisare no había mostrado ninguna señal de traicionarla, pero Catalina sabía lo rápido que podía cambiar eso. La gente te traicionaba, o se iba, o se perdían. —Debemos movernos con rapidez —se giró Lisare gritando hacia ella—. En esta isla hay muchas cosas que nos verán como débiles si nos quedamos quietas durante mucho tiempo. Catalina casi lo deseaba. Dejar que algo las atacara y ella… ¿qué? ¿Qué haría ella? Todavía estaba demasiado débil para proteger a las personas que le importaban. Antes, h