CAPÍTULO TRECE Sofía estaba en la cubierta del barco del Alto Comerciante N’Ka, deseando que este fuera más rápido. De hecho, obligándolo a ir más rápido, pues su magia empujaba al viento hacia sus velas donde, de otro modo, no hubiera habido ninguno. Sienne estaba en lo alto, encaramada en medio de los mástiles con una pata colgando hacia abajo perezosamente. Hubiera sido una escena idílica si el Alto Comerciante N’Ka no pareciera tan furioso mientras pisaba fuerte por cubierta. —Si llevarnos de vuelta a mi reino iba a molestarte tanto —dijo Sofía—, no deberías haber accedido a ello. —¿No debería haber accedido, su majestad? —respondió el comerciante—. Cuando una mujer con sangre reciente encima y una docena de guerreros a su lado hacen una petición, ¿usted realmente piensa que un homb