VOLUNTAD

1212 Words
—Espera Luisa, por favor, hablemos. —Por supuesto que sí, Luis, desde que no quieras insistir, con eso, de que yo deje a Guio, y tú dejas a Angie y seamos solo novios, podemos hablar de lo que quieras menos de eso… —No, no es de eso, te quería preguntar ¿cómo están en tu casa? —Bien, ¿por qué? —No, por nada, solo es que escuche… —Vamos, dilo, de una vez escúpelo, entre más rápido, mejor. —Que peleaste muy duro con tu papá. —Sí, es que pensaba tomarse el dinero de la reubicación que les dieron los maestros por la casa y eso significaría que dejaría a mis hermanos sin hogar. —Muy complicado, tenaz, eso es muy duro, qué situación tan difícil. —Me parece que esperas que te contara lo que se susurra por ahí, y si es cierto, totalmente. —No te lo puedo creer. —En serio, llegue a la casa, ya que el gran maestro me dio permiso y hallé a Carl, que es mi padrastro. Lo encontré en el cuarto con alguien y yo me ofendí, sencillamente, cómo es que mi mamá hace poco se murió y él ya le tiene reemplazo. Es inconcebible, entre a la casa y escuché unos gemidos, abrí la puerta y le jale las cobijas que tapaban esos dos cuerpos y casi me echo para atrás. Yo no supe qué hacer, te juro; salí y volví a entrar varias veces, salté, lloré, reí, me agarré la barriga, pensé que se me saldría el alma por la nariz; fue muy duro. —¿Qué fue lo duro?, dime Luisa, no te entiendo. —Pues mi padrastro no estaba con otra mujer. Se hallaba con otro hombre. ¿Qué complicado? Nunca lo creí capaz de eso; me sentí mal por mi mamá y por nosotros. —Vamos, no es tan malo, la vida sigue y ese señor tiene que seguirla. Ahora está de moda que los viejos salgan del closet. Lo que pasa es que ellos nacieron en una época llena de tabús y prejuicios. Antes no era fácil ser gay; los padres botaban a los hijos, por eso incluso en épocas algunos los fusilaban o quemaban. Mientras lo asimilas debes tolerarlo, lo preocupante son sus hermanos. —Si reflexionaba en eso, supongo que tendré que renunciar a la liga de guerreros. —No, Luisa, debes de buscar otro método; no considero que puedas salir viva y mucho menos a una vida normal; lo mejor sería si te llevas a tus hermanos a los cuarteles. Tocaría a ver si de pronto el gran maestro accede. —Eso sería muy cruel, que pase por ese entrenamiento tan riguroso, que limita con lo inhumano. —Escuche que Angie era suave contigo. —¿Quién te lo dijo, ella? Siento que se puso más estricta desde que un día me encontró viéndote entrenar y tú lo empeoras ofreciéndote como mi escolta; pienso que sus celos serán un látigo en mi espalda. —Perdón, yo nunca quisiera hacerte daño. —Lo sé, Luis, tú siempre tienes buenas intenciones; recuerda que el infierno está empedrado de buenas intenciones. —Hablando de infierno, ¿tú iras a ese viaje con el gran maestro? —No sé, me hubiera gustado, desconfió que alguno me pueda matar cuando se vaya el gran maestro. —tranquila, yo no me alejaré de ti, siempre seré tu protector. —No deberías, Luis, es más, tampoco deberías verme. —No puedo. —No puedes o no quieres. —Si quisiera, tampoco podría, mi corazón no entiende que no te puedo ver, mi alma insiste en sentirte cerca, es cruel escuchar tu dulce voz sin poder callarla con un beso, tratando de absorberla para tenerla en mi interior, diciéndome que me ama a toda hora. —Luis, eso es muy cursi, pareces de la época de los caballeros. —Razón tiene mi padre cuando dice que los caballeros se extinguieron porque los mataron las brujas; eres muy insensible. —No es eso, es que la vida me forzó a madurar, no puedo seguir siendo una niña ilusa, debo de dejar de pensar en bobadas, incluso estoy contemplando dejar a Guio, únicamente me voy a dedicar a entrenar y si es el caso a cuidar a mis hermanos, no tengo ahorita cabeza para el amor. —Yo también estoy considerando terminar con Angie, la verdad, estoy con ella por una cuestión de tragos y sé de primera mano que ella sigue enamorada de su primer novio. —Luis, de manera que de no ser por eso seguirías con ella. —No, la razón principal es que estoy enamorado de otra. —Vaya, entonces tienes otras opciones, pues cuádratela, pídele que sean novios. —Me gustaría, aunque ahora resulta que ella no quiere nada con nadie. —Ah, estás hablando de mí, tan chistoso. —Si eso es verdad, desde siempre me has gustado, por eso me gustaba jugar contigo al papá y a la mamá, ¿recuerdas como los besitos que nos dábamos debajo de la mesa? —Por supuesto, Luis, mis primeros besos, tiernos e inocentes, siento cosquillas en el estómago al recordarlos. —No te conformes solo con recordarlo, mira—, se le acercó Luis intentando besarla, como un torero le hace pases al toro; ¡ole!, ella se hizo a un costado y furiosa le dijo: —Qué atrevido debería de cachetearte; yo tengo novio y lo sabes; además de él y tu novia son de la liga; tú sabes que incluso nos pueden matar por esas faltas. —No me importa, una cachetada tuya será para mí como una caricia; de seguro me llevaría al cielo; en cuanto a lo otro, si es complicado, tendríamos que hablar con ellos; sé que Angie entenderá. —Guio no y la verdad está un poco pesado, insistiendo en llevarme a la cama. —Qué grosero y atrevido. —Ni lo uno ni lo otro, se supone que somos novios y tener intimidad no es ningún irrespeto, en cambio, besarnos nosotros, eso sí, es un irrespeto. Apuesto a que tú ya estuviste con Angie. —No, la verdad no lo he concebido. —No mientas, o sea que sigues jugando a los novios, con solo besitos. —La verdad, me he concentrado en entrenar; tengo que ser el mejor para protegerte. —Luis, eres muy tierno, solo que te falta algo. —Tú eres lo que me falta y yo lo tuyo; ambos nos complementaríamos. —Sigues con tu cursilería; aunque da resultados, quizás pudiéramos hacer un trato. —¿En qué consistiría? Luisa de mi corazón. —Te propongo esto, sigamos con nuestras parejas, sin acostarnos con ellos, de aquí a un mes y entrenamos muy duro; al cabo de ese tiempo pelearemos en un combate, si tú ganas haremos el amor y si yo gano… —Luisa, dime ¿qué pasa si tú ganas? —Luis, sencillo; si gano me dejarás en paz. —Es una buena apuesta, ojalá todo siga a mi favor. —No te confíes, me convertiré en la guerrera más poderosa gracias a los celos de Angie. Te voy a vencer, te lo prometo, ya lo veremos, tengo la voluntad del guerrero.
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