Sé mi amigo con derechos

3. NUEVA VIDA

HELENA

- Mi mamá es amable, yo no, así que ocúpate de tus asuntos y haré lo mismo con los míos. Si le llegas a ir con chismes lo lamentarás – su voz es fría y muy seria.

- No soy chismosa, tranquilo, pero te advierto, me terminarás amando – sonrío - seré la mejor amiga que hubieras deseado en la vida – se acerca a mí hasta que no hay casi espacio, coloca su mano junto a mi cara arrinconándome contra la pared, noto una hermosa sonrisa coqueta.

- Bueno, si tienes tanto interés en mí, puedo darte una probada entonces.

Intenta intimidarme, mi apariencia tímida confunde a cualquiera. No sabe que soy tímida únicamente cuando me gusta un chico y él no me gusta, así que me empiezo a reír.

- Jajaja esa es la peor línea de coqueteo del mundo – pone una cara de confusión única, con una mueca de enojo.

- No funcionó porque no me gustas, si me gustarás ya estaríamos besándonos – retrocede.

- Te voy a aclarar algo – me acerco – no eres mi tipo – lo empujo señalándolo con mi dedo, haciendo que retroceda más. - Estás guapo, bastante sexi, pero para tu mala suerte no quiero coquetear, ni tengo tiempo de hacerlo – luce realmente fastidiado.

- Mantén tu distancia y yo mantendré la mía, ¿ok? – se va a su puerta.

- No – camino hasta la entrada de mi departamento, regreso a verlo - porque haré que me quieras y seas mi amigo – le saco la lengua y cierro mi puerta antes de que pueda contestar. Va a ser divertido tenerlo de vecino.

Me pongo a organizar todo, cuando recibo un mensaje de Bruno:

- Espero hayas llegado bien, te quiero hermosa, te llamo en la noche :D

Le respondo enviándole un beso y una foto de mi nuevo hogar, bailo emocionada mientras recorro cada parte, hago una lista de lo que veo me falta y voy al supermercado que está a pocas cuadras. Me pongo audífonos y camino hasta llegar, recorro los pasillos sintiéndome en una película, cuando el principal inicia una nueva vida, en una enorme ciudad, asimilando que estoy cumpliendo mi sueño hasta que choco contra un carrito frente al mío al formarme en la caja.

- Lo siento – me quito los audífonos y reconozco a mi vecino favorito.

- Tú otra vez – vira los ojos – eres mi karma.

- Sí, el destino quiere que seamos amigos.

- Realmente tengo mala suerte – cierra los ojos y suspira - podría ser vecino de una modelo, una actriz, una bailarina exótica, pero no, me toca la loca.

- Muy buena suerte diría yo.

Caminamos juntos hasta el edificio, bueno, yo lo seguí porque hizo lo posible por evitarme. Así inició mi nueva vida.

MAXIMILIANO

Es mi primer día de clases y voy tarde, no puedo arruinar esta oportunidad, a pesar de que conseguí una beca completa mi mamá trabaja duro para mantener mis gastos, solo somos ella y yo en el mundo. Necesito tomarle el ritmo a las clases rápido para poder conseguir un trabajo por horas que me permita ayudarle, ella no lo aceptaría, pero no necesita saberlo.

No avanzo a desayunar, salgo a toda prisa, si no me detengo a comprar nada llegaré 5 minutos antes. Me topo con la loca que vive al frente, se ve recién bañada, con un café y un pan de una cafetería que hace domicilios, estoy seguro que no necesita preocuparse de nada en la vida pues antes de que llegara le dejaron instalando todo el mobiliario, no le tocó amanecerse como a mí armando una cama, el escritorio y limpiando. Mi estómago ruge.

- Ten, es para ti.

- ¿Quieres envenenarme? – da un sorbo al café y una mordida al pan.

- Al parecer no – dice con la boca llena.

- No necesito favores.

- Cómelos o bótalos, es tu problema – los pone en mis manos, se coloca sus audífonos y se va.

Mientras camino me termino todo, admito están deliciosos. Tiene buen gusto, menos para los chicos porque ya me dijo no soy su tipo. Recibo mis primeras clases y es grandioso, un sueño estar aquí, tengo tanto que agradecerle a mi mamá por nunca rendirse conmigo.

Las siguientes semanas el destino nos vuelve a juntar, en todos lados la veo con esa enorme sonrisa que me dedica a pesar de mi mala cara.

- ¿Por qué insistes en estar cerca de mi?

- Me caes bien.

- Pero si te paso ignorando – le viro los ojos.

- No sé – mueve los hombros – solo me caes bien.

- Eres masoquista.

- Puede ser.

- Vas a rendirte pronto.

- O quizás te rindas tú – se aleja bailando, siempre baila.

Suelo tener cara de pocos amigos, a menos que le coquetee a una chica cuando tengo ganas de sexo, es algo que las vuelve locas. El chico frío, inexpresivo, inalcanzable, que te presta tención. No me crean un patán tampoco, siempre les digo desde el inicio lo que quiero y nada más, gracias a la liberación que ahora tienen muchas no dudan en aceptar, admiro eso, una mujer que se sale del qué dirán y disfruta sin complejos. Solo que otras veces mis planes fallan y recibo cachetadas o incluso me han lanzado agua, rara vez debo decir. Soy guapo, de buen cuerpo, con cabello y ojos oscuros, además de inteligente, no quiero sonar arrogante, pero soy un gran partido así sea por una sola noche. ¿Mi único defecto? La pobreza, algo que cambiaré cuando sea un fotógrafo famoso, ¡lo sé!

Pasa mi primer mes de clases y al fin consigo un trabajo, es en un bar. Será cansado, pero las propinas lo valen, no interfiere con mis estudios y es más fácil conseguir chicas como las que me gustan. Tengo cómo regresar en la noche gracias a mi moto, es una clásica, mi padre la dejó cuando nos abandonó y mi mamá me la regaló por mi cumpleaños 18, a pesar de las crisis nunca la vendió porque sabía yo la amaba. Ella no lo sabe, pero trabajé en secreto para arreglarla, ahorré un poco de todos los trabajos que tuve a escondidas, le di mantenimiento mientras aprendía mecánica por videos y asía de asistente en un taller, soy un autodidacta. Se sorprendió cuando le dije que aún funcionaba, es una suerte que no sepa de mecánica.

Conforme pasan los días la loca se hace tolerable, no es mucho de fiestas, pero tiene bastantes amigos, siempre está rodeado de chicos, veo que es de las que se lleva más con hombres. Quizás por eso insiste en que yo sea uno de ellos, algo que no quiero. Desde pequeño no tengo tiempo para perder con “amistades”, nos mudábamos mucho huyéndole a los problemas que dejó mi padre, así que mi enfoque está en convertirme en fotógrafo y ayudar a mi madre, nada más, ojalá esa molestosa lo entienda pronto.