2. EL INICIO DE TODO

1288 Words
HELENA No es que me guste el chisme… a quién engaño, me encanta, pero Camila siempre le fue infiel a Bruno. Mar y yo lo sabíamos, porque tras esa apariencia de solo salgo con mi novio, llegué virgen hasta él, se mantenía comunicada todo el día, MENOS cuando visitaba a su tía en la playa. ¿Necesitamos más pruebas? Un amigo de Mar la vio con otro chico y no jugando cartas precisamente. ¿Necesitamos más pruebas? Bruno algunas veces le descubrió chats románticos con otros, fotos comprometedoras y borracho nos confesó que siempre lo trataba mal y lo hacía de menos porque su familia venía de orígenes humildes, pero siempre volvían, y como no eran noticias que llegaban a nuestra ciudad, pues su imagen de mujer de bien estaba intacta. Me parecían tóxicos, que él no merecía ese trato, solo que decidí no meterme, porque los cachos sonde quien los lleva y en la universidad empezaría de 0, dejando ese amor imposible en el pasado, hasta que no fue tan imposible. A 2 semanas, solo 15 días de irme llegó a contarme que terminaron… POR VEINTEABA VEZ, trayéndome regalos, invitándome a salir y es así como terminé aquí. - Y señorita, lista para empezar en la universidad de sus sueños. - Sí, lista para alejarme al fin de aquí. - ¿No quieres volver nunca? – se ve triste. - Tampoco nunca, solo creo que este no es mi lugar. Por eso en unos días inicia mi plan de libertad – lo miro fijamente – empezaré de 0, tendré mi propio departamento, iré a una universidad a conocer gente nueva,y quién sabe, capaz al fin empiezo a tener citas – su rostro hace un cortocircuito. - ¿Vas a conseguirte un novio? - No, dije citas. Aunque supongo que al salir con chicos en algún momento tendré uno – le resto importancia. - Si vas a empezar a salir con gente vas a necesitar aprender algunas cosas. - ¿Cómo cuá?… No termino de hablar porque sus labios se posan frente a los míos y me callan, se separa de mí, nos vemos sorprendidos por lo que acaba de pasar, hasta que me muestra una sonrisa, sonría que le devuelvo sonrojada y él lo entiende, quiero besarlo, así que regresa a mis labios. Besé un solo chico, un solo chico y solo una sola vez antes de salir de corriendo como alma que lleva el diablo, porque lo crean o no soy demasiado tímida cuando alguien me gusta de verdad, siendo inexperta en temas del amor, ahora en el juego… también tengo mala suerte ahí, así que no entiendo. - Mierda, no sé qué estoy haciendo – pongo una sonrisa avergonzada sin separar mis labios de los de él. - Solo sigue mi ritmo, pronto serás una experta como en todo lo que haces – me sonríe y vuelve a besarme. Tenemos la sesión de besos más increíble de mi vida, bueno, la única que he tenido en realidad. En el trayecto a mi casa toma mi mano, la besa a momentos y aprovecha cada semáforo para besarme más, haciendo que los carros detrás de nosotros suenen sus cláxones para apurarnos, reímos cuando eso pasa. Llego y me encierro en mi habitación, llamo a Mar, gritamos juntas mientras le cuento cada detalle, me extraña que él no me escribe a darme las buenas noches, finalmente a la media noche me envía un mensaje: - Buenas noches preciosa, disfruté nuestra sesión de besos de hoy, espero estés lista para la próxima clase mañana – sonrío como estúpida. - Lo estaré profesor. Paso las 2 semanas más increíbles del mundo, ¡tengo novio! Bueno, no es mi novio exactamente porque nadie excepto Mar saben de nosotros, pero vamos, viene a diario a mi casa, nos besamos todo el tiempo, estamos casi todo el día juntos… hasta las 5 de la tarde, y bueno, fue a una fiesta el fin de semana, le dije para ir, insistió que nunca la paso bien desde que se fue Mar, así que no me llevó… pero vamos, me escribió toda la noche. Bueno, bastante durante la noche… ok, algo durante la noche. Tengo muchas dudas, solo que me da miedo hablar y arruinar lo más bonito que he tenido. Llega el día de despedirnos, viene a mi casa a ayudarme a subir todo lo que necesito al carro de papá, él me va a ir a dejar solo porque mi madre está enojada. Estamos por salir de mi habitación llevando la última maleta cuando la suelta, se da la vuelta y me besa, tiene lágrimas en sus ojos las cuales seco. - Te voy a extrañar – digo llorando - Pórtate bien, estudia mucho y escríbeme todos los días. Yo te llamaré cada lunes para ver cómo empezó tu semana, miércoles para saber cómo vas y domingos para confirmar terminó sin novedad. - Contestaré todas, tú también hazlo bien en la Universidad. Eres inteligente, no dejes que nadie te haga creer lo contrario – sonríe. - Gracias por siempre creer en mí. Terminamos de subir todo, entro al carro y se despide de mí. Mientras avanzamos veo cómo va quedando atrás, al igual que mi antigua vida. - Cuando alguien es para ti, es para ti – dice papá – tenía miedo de que te haga perder el valor de abrir tus alas. - Ningún amor merece que corte mis alas y mis sueños, tú y yo trabajamos mucho por esto. - Esa es mi reina, una mujer decidida. - Voy a extrañarte papito. - Yo a ti mi reina. Llegamos al que será mi nuevo hogar, a pesar de la tristeza estoy emocionada. Es pequeño, sencillo, pero tiene potencial, además está cerca de mi universidad, podré ir caminando. Salgo a despedir a papá, evitando llorar porque no quiero hacerlo más difícil, tiene el don de verse tranquilo, aunque su alma se esté rompiendo, así que debo ser fuerte para que sus miedos no crezcan. - Cierra bien la puerta antes de dormir. - Lo haré. - Si tienes algún problema habla con la casera, si no se soluciona llámame, a cualquier hora, vendré en ese momento. - Está bien. - Si tienes miedo, si te hacen algo, si no estás feliz, dímelo y vendré por ti. - Ok. - Cuentas conmigo para siempre. - Lo sé. Lo abrazo con fuerza, cuando escuchamos que en el departamento del frente sale una señora con su hijo. - Llámame, a la hora que sea – dice la señora. - Sí – responde él sin ganas. - No olvides comer. - Sí. Los cuatros nos quedamos viendo al reconocer que estamos viviendo una escena similar. Todos sonreímos, menos su hijo que se ve fastidiado. - ¿Vas a la universidad capital? – pregunta la señora sonriente. - Sí, seguiré publicidad. - Mi hijo va a fotografía, saluda Maximiliano – lo empuja - ella es tu vecina y compañera de universidad. - Mucho gusto, Maximiliano Morán – está avergonzado, nos ofrece su mano – un placer señor. - Yo soy María Morán – saluda entusiasta – qué alegría que nuestros hijos no estén solos en este camino, deberíamos intercambiar números entre todos. - ¡Mamá! ya no es el colegio – luce más avergonzado. Me río, provocando que me mire mal. - Por supuesto señora – respondo sonriente – me parece una excelente idea. Converso un largo tiempo con ella, sacando temas vergonzosos para su hijo. Me gusta verlo enojado, suelo hacerme amiga de los chicos muy fácil y es la primera vez que uno me odia tan rápido, es divertida la situación. Al final nuestros padres se van él me mira con cara de querer matarme.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD