17. CONFUSIÓN

1264 Words
HELENA Pasamos un fin de semana mágico, montamos a caballo, bebimos vino, nadamos, bebimos vino, comimos, bebimos vino. Terminando estos días Mar debió quedarse a trabajar, nosotros decidimos hacer un recorrido por pueblitos alquilando un carro, conociendo lugares únicos, disfrutando del paisaje, tomando muchas fotos, durmiendo juntos y abrazados como antes, cuando yo llegaba con pesadillas o él a ver una película. Jamás me he reído tanto. Caminando tomados de la mano, la cual él busca hasta debajo de la mesa en los sitios donde paramos a comer. Vemos los más bellos atardeceres, guardando en la memoria cada uno de los recuerdos, que al final serán lo que quedarpa. Pero los días pasan, teniendo que regresar a Francia. Todo el viaje en autobús, el cual elegimos más que por economía para mantenernos juntos más tiempo, nos abrazamos sin hablar, compartiendo auriculares para disfrutar nuestras canciones, nuestra banda sonora propia de estos días. En mi pequeño departamento, en medio del sonido de la lluvia, me recuesto en su pecho escuchando su corazón, mientras él acaricia mi cabello, ambos sabemos que eso, de lo que no hablamos, finaliza en el aeropuerto. Así estoy aquí, despidiéndolo, abrazada de su cuello frente con frente, sin hablar una palabra, pero diciéndolo todo. Me da un último beso, un pequeño rose, tan dulce, tan suave. Se separa de mí, coloca la correa de su bolso en el hombro y haciéndome de la mano desaparece por la puerta de abordaje. MAXIMILIANO De regreso al país me ha costado concentrarme, no dejo de pensar en mis días junto a Helena y eso me está molestando. Para ordenar mis pensamientos decidí marcar un poco de distancia, necesito entender lo que sucede conmigo antes de contarle a mi mejor amiga que ando medio obsesionado con ella. Confío en que entenderá, confío también que pasará, porque no quiero ilusionarla, o dañarla, quiero que resolvamos todo juntos, con la verdad. Pensando bien si arriesgamos todo por una loca idea que quizás nace de nuestra soledad. Durante el mes cruzamos mensajes como antes, sin tocar el tema del viaje, o lo que hicimos en el viaje, o si sentimos algo en el viaje. Memes, chistes, nuestro día a día y fotos, en eso se basan nuestras conversaciones. Es viernes, no tengo turno en el trabajo, estoy editando algunas de las fotografías del eurotrip, las que no he visto hasta sentirme cómodo. Me sirvo una cerveza y empiezo a seleccionarlas, hay un montón de Helena, es increíble que no notara cuántas imágenes le tomo. Son pocas en las que posa, la mayoría han sido espontáneas, con ella riendo, frunciendo el ceño o concentrada, sea viendo el paisaje, el cielo o un árbol. Otras comiendo, durmiendo, esas son medias de acosador, lo sé, pero se ve tan linda. Es como un diario gráfico de mis días a su lado, decido que es momento de hablarle, de explicar la confusión que tengo en mi cabeza desde que la volví a ver al bajarme de ese avión y de besarla, al compartir esas semanas juntos y la conexión que tenemos, a pesar de la distancia, así me mande al diablo. Camino de un lado al otro con el teléfono en la mano. Es extraño, suelo ser muy directo cuando hablo con una mujer, no siento nervios, inseguridad, no me pregunto qué pensará de mí o si algo sale mal. Lo intento, si funciona voy al grano, si no funciona sigo con algo más, pero ahora estoy nervioso. Nunca había tenido una mejor amiga y no quiero perderla, se volvió una persona demasiado importante. ¡Maldición! Timbra la llamada tres veces, a la cuarta conecta, miro la pantalla esperando ver su rostro sonriente, sorprendida de que la llame de forma espontanea, soñolienta porque allá aún no es hora de que despierte, capaz me insulta pues es mal dormida. Pero no, está en un lugar ruidoso. - Hola, no pensé me llamarías. - Así veo, ¿una buena noche? - Un compañero me invitó a bailar – no debí ilusionarme, es obvio que conseguiría alguien mejor. - Ya veo, no quiero interrumpir tu noche. - No – camina hasta un lugar al aire libre donde podemos hablar sin tanto ruido – tú eres más importante. - Yo solo quería decirte… que te quiero. - ¿Qué me quieres? - Que te quiero agradecer por llevarme a esa exposición. - Oh – si está decepcionada no se le nota – fue un placer, ya sabes que te quiero. - Lo sé, también te quiero. - ¿Llamabas solo a agradecer? - No… - me arrepiento, ella merece algo mejor que un quizás – también a contarte me ofrecieron un proyecto de 2 años. Harán un programa y me quieren ahí documentándolo, primero será un recorrido por Latinoamérica y luego por Asia. - Wow, eso es increíble – se ve feliz. - Lo es, todo gracias a ti. Te dejo para que termines tu cita. - Gracias, supongo vas a celebrar. - Sí, tengo planes para celebrar. - Au revoir - me lanza un beso. - Au revoir ma Jolie – le lanzo otro. Cortamos la llamada y es mejor así. El destino se encargó. HELENA La llamada de Max me desconcertó, al principio me ilusioné, pensé que me confesaría sentía algo, me imaginé sentía algo, solo que no, las cosas no son siempre como parece. En cuanto llegó país nuestra relación volvió a ser la que era. Su viaje me alegra, es su sueño que empieza a cumplirse, será más difícil hablarnos, pero confío en nuestra conexión, en que sea el destino el que decida por dónde nos lleva. Durante sus 2 años de viaje la fama de Max se dispara. El programa genera millones de vistas y esto se transforma en millones de seguidores en sus r************* , lo que genera al final contratos, marcas interesadas en él y que su rostro esté en todas partes, así como los rumores. Se lo vincula con varias modelos (novedad), actrices, nada confirmado por él, pues se mantiene en su decisión de no tener relaciones serias. Las únicas mujeres constante en su vida somos su mamá y yo. Viene a visitarme por un fin de semana que está de paso con una de sus conquistas. Conoce al que es mi novio, tenemos una cena muy divertida, donde sin entender cómo terminamos sosteniendo nuestras manos bajo la mesa, un gesto inocente, créanme, pues extrañamos el contacto. Al final cada uno se va a dormir por su lado, coincidiendo en balcones continuos donde pasamos unas horas charlando sobre cómo hemos vivido este tiempo. Yo voy ascendiendo en mi trabajo, el cual amo. Pasan más años y en un parpadeo cumplo 31, he pasado al tercer piso como le dicen, despierto con Max cantándome el cumpleaños feliz por una pantalla, ha cambiado tanto, por lo menos conmigo. Después de años de recorrer el mundo, convirtiéndose no solo en un fotógrafo muy cotizado sino en toda una celebridad, ha regresado a nuestro país, a la que fue la ciudad donde nos conocimos, para abrir una galería donde se exhiba y comercialice el trabajo de artistas independientes. No solo le compró la casa de sus sueños a su mamá, cosechó una gran fortuna, producto de la buena cabeza que tuvo al invertir lo que generó, gracias a los consejos de los amigos que hizo trabajando me dijo. Con tanto cambio en nuestra vida podrían creer nos distanciamos, pero no. Seguimos enviándonos fotos de nuestro día a día, teniendo videollamadas cada vez que podemos y nuestra amistad es más fuerte que nunca.
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