7. AMIGOS CON DERECHOS

1247 Words
MAXIMILIANO Después de regresar del nido de víboras los días y luego los meses transcurren como me gustan, en calma, bueno toda la calma que implica ser el mejor amigo de Helena Hernández. Me acostumbré a que desayunemos juntos gracias a su servicio de cafetería a domicilio matutina que comparte conmigo, almorzamos en la universidad porque nuestros horarios coinciden, también porque no hay forma de alejarla de mi mesa y yo cocino nuestras cenas para que no muera antes de los 30 años o incendie el edificio. Dos días a la semana lavo mi ropa en su casa, esos días le doy clases de cocina, me muestras sus locos proyectos preparando su portafolio para irse de intercambio en el último año y de paso quedarse a hacer su maestría, mientras yo le enseño mis fotografías. Hacemos recorridos fotográficos juntos, compramos juntos, limpiamos juntos y me ayuda a ahuyentar a las chicas que quieren más con una gran actuación de mejor amiga que es el amor de mi vida y yo por mis traumas aún no lo acepto del todo. Lo único malo es el idiota que sigue volviendo de vez en cuando, dejándola en medio del drama de llanto e historias largas que me toca escuchar, dos cosas que odio. Para complicar el asunto esto la deja mal, lo cual intento no me interese, pero siempre me termina conmoviendo, así que, o llega a mi puerta con almohada en mano llorando, lo que me hace decirle que pase y se duerma, o que me pida ir al suyo a poner una película y terminar durmiendo ahí. Honestamente, no pensé me sentiría cómodo solo durmiendo con alguna mujer, es que ella no es cualquier mujer, es especial, por primera vez me siento en paz cerca de una que no sea mi mamá, quizás por la falta del lado romántico ya que no soy su tipo. Todo cambia cuando días antes de finalizar el que es nuestro segundo año toca mi puerta. - ¿Pesadilla? ¿El idiota? ¿Volviste a olvidar pagar la luz? – digo con desgano, es tarde y tengo sueño, buena combinación para ponerme de mal humor. - Sé mi amigo con derechos – intenta entrar en mi casa. - ¿Ah? – pongo mi mano sobre su frente evitando pase - ¿enloqueciste o qué? - Anda, sé mi amigo con derechos. ¡Ayúdame! - Si esto es una broma tonta voy a enojarme mucho, pasa y explícame porque no entiendo nada. Entramos, luce nerviosa, camina de un lado a otro teniendo una conversación en su cabeza, no sé qué pasó, pero necesito saberlo pronto para volver a dormir. Me mira fijamente, se sienta en el piso y empieza el trato más absurdo de mi vida. HELENA Se preguntarán cómo terminé proponiendo este “trato”, o quizás ya me deben estar juzgando. Créanme, es más complejo de lo que piensan y todo tiene una explicación, no muy lógica, pero la tiene. El último año y medio mi relación con Bruno ha sido intermitente. Ha tenido meses que no se apareció por aquí, o se comunicó conmigo de alguna forma, otras veces llegaba de improviso, pero estas últimas semanas ha venido algunos fines de semana, dejando ropa y otras de sus cosas en mi departamento para estar más cómodo. Su relación con Camila no ha ido bien, terminaron incluso y ella parece estar con alguien, en este tiempo me pidió cenar con su familia en su restaurante cuando han venido todos a la ciudad. La verdad todo se está acomodando para que al fin tengamos una oportunidad y aquí viene lo bueno, en estas vacaciones me ha pedido ir una semana de viaje con él, obviamente nuestras familias y amigos no deben saberlo, o sea, imaginen el revuelo de un viaje solos los dos cuando no somos novios formales. Este viaje solo puede significar que vamos a tener sexo, sí, el momento ha llegado. Yo sé que Bruno nunca me ha creído que soy virgen por mi forma de ser, no le importa eso me ha dicho, pero yo sé que parte del encanto de Camila es ese, él nunca me lo ha ocultado, es más, me lo contó orgulloso cuando éramos solo amigos, que ella lo llevaba al cielo y pues esta es mi oportunidad de llevarlo a otra galaxia. El problema es mi nula experiencia, he intentado hacer cosas, solo que no me salen, mi imaginación no da. La parte buena, mi mejor amiga y mi mejor amigo son un par de facilones. Ahora, Mar me explicó la teoría, pero necesito algo de práctica y nadie mejor que Max para eso, así que estoy aquí rogándole me ayude. Después de explicarle todo, TODO, viendo pasar sus expresiones del humor a curiosidad, luego confusión, risa, más risa y nuevamente confusión, parece dispuesto a aceptar. - Déjame ver si entiendo – lleva su mano a su frente para acariciarla, mientras se burla de la situación – quieres que sea tu amigo con derechos. O sea, literal que te enseñe lo que es tener sexo, sin tener del todo sexo. - Ajá – asiento. - Que te enseñe de buenos besos, oral, masturbación, pero sin que te lo meta – me mira como si todo fuera un chiste. - Ajá – asiento de nuevo. - ¿Por qué? O sea, entiendo el por qué, pero por qué – me mira como si estuviera completamente loca. - No puedo quedar mal – hago un puchero – no puedo perder la oportunidad de llevarlo a otra galaxia, de ganármelo. - Deberías hacerte ver, esta obsesión es otro nivel. Además, no crea que debas “ganártelo” – hace comillas con sus dedos – si te quiere, sería tuyo sin tanto drama. Para mí la virginidad es nada, es más, no me gustan las vírgenes porque conlleva una responsabilidad muy grande, ni siquiera quiero ser el segundo, prefiero ser del tercero para arriba para evitar el apego emocional por la emoción. Pero para ti es importante, la darás por un tipo que no vale nada. ¿No has pensado venderla? Al menos ganarías algo – habla sin darle importancia al tema. - Ya sé que estoy loca, ya sé. Por favor, solo ayúdame, prometo no apegarme emocionalmente y acosarte. También que iré a terapia, solo, por favor – pongo cara de perrito regañado. - No, no me arriesgaré a perder nuestra amistad y el derecho a usar tu lavadora secadora – me carga en peso dejándome fuera de su departamento, olvidando que tengo llaves las cuales uso. - Por favor. - ¡No! Y ya ándate a dormir – vuelve a sacarme y me quita las llaves, toco a su puerta insistente. - Por fis, no seas egoísta. Las personas buenas deben compartir lo que tienen, te pondré una maldición, haré que se te caiga por egoísta. - Despertarás a los vecinos – me dice desde adentro, sé que me ve por la mirilla así que me apego. - Por favor, juro que no voy a dañar nuestra amistad y fingiré ante tu mamá que soy tu novia para que no sospeche de tu regreso anticipado ya que te toca trabajar. - ¿Me ayudarás a regresar acá para poder trabajar extra y comprar una cámara? - Sí, y en un viaje al exterior de papá le diré la compre allá para que consigas un gran precio – escucho quitar su seguro y sonrío, lo he logrado.
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