POV'S Kenna:
...Tengo que tener mucho cuidado en lo que digo...
Respiro profundo y decido ser completamente honesta.
—Estaba muy desesperada esa noche, mi mente me llevó a ideas locas que poco a poco fueron teniendo razón, pero era aterrador— confieso y siento como mi respiración se vuelve irregular— No quería venderme entera a un hombre que ni siquiera conocía, nunca había idealizado mi primera vez, pero definitivamente no quería entregarle mi preciada virginidad a un hombre que me compró como si yo fuera un trozo de carne— Aslan me escucha atentamente y, aunque yo no me encuentro apoyada contra él, su brazo aún rodea mis hombros— Sabía que no podría escapar de esa boda, así que quise, por lo menos una vez en mi vida, elegir que hacer y con quien hacerlo y ahí apareciste tú…
Lo recuerdo llegar tan misterioso con un antifaz para hacerme compañía aquella noche de angustia total. Es como alguien que ayuda a cargar un peso enorme sobre los hombros de otra persona, puede que no haya solucionado mi vida, pero si hizo que me sintiera mejor.
—Sinceramente tuve mis dudas al principio, no quiero que pienses que te utilicé como un juguete, porque esa noche te convertiste en mi única salida— expreso con sinceridad temiendo que él se enoje debido a mis palabras— No niego que me azotó un impulso de sentirme dueña de mi destino al menos por unas horas y es por ello que me atreví a hacer esa locura…
—Entonces ¿Por qué yo?— me pregunta de pronto y parece que mis palabras son un total enigma para él.
¿Por qué él?
Lo miro directamente a sus ojos azules que se encuentran plagados en dudas y curiosidad de saberlo todo. La verdad, él es el único hombre que se ha acercado a mí sin intenciones extrañas o con alguna intención oculta, fue el único que me habló con sinceridad y me hizo sentir escuchada y fue el único con el que sentí seguridad, como si supiese de antemano que él jamás podría hacerme daño.
—Porque eres la única elección que he hecho en mi vida— de pronto me siento tímida al soltar a esas palabras— Y no me arrepiento de haberte elegido a pesar de todo.
Sus cejas se elevan un poco, mientras sus ojos se agigantan luciendo sorprendido, pero veo como esa sonrisa se extiende por la comisura de sus labios ¿Acaso dije algo que lo hizo feliz? Eso parece por la expresión de su rostro. La verdad, no estaba obligada a acostarme esa noche con él, sí quería perder mi virginidad, quería perderla con un hombre que me gustara y ese hombre apareció cuando menos lo pensé.
—Yo tampoco me arrepiento de nada— me dice con una dulce sonrisa y con su mano libre acaricia mi rostro— Porque también te elegí a ti y no sólo para esa noche…
Frunzo mi ceño confundida por sus palabras, mientras su mirada parece trasmitir algo más profundo.
—¿Qué quieres…?
No soy capaz de terminar mi pregunta porque de pronto algo nos interrumpe.
—¡Señorita Kenna! ¡Señorita Kenna…!
Escucho a alguien llamarme de manera apresurada y distingo la voz de Amy, es así como la burbuja en la que nos encontrábamos Aslan y yo ¡Por Dios! Estaba tan a gusto que olvidé por completo mi situación actual, si alguien me ve así con Aslan empezarán rumores que podrían arruinar todavía más mi vida.
Me levanto de mi lugar como si mi columna se hubiese convertido en un resorte, mientras siento como todo el color abandona mi rostro. Esto es un problema, estoy en problemas, pues escucho como Amy se acerca.
—Kenna…— oigo a Aslan llamarme, mientras se levanta de su asiento e intenta tomar mi mano— Cálmate…
—¡No me toques!— le pido exaltada y me giro a verlo con los ojos bien abiertos y asustados como si estuviese en a punto de descubrir un asesinato o algo— Si nos ven juntos nos van a malinterpretar y mi vida aquí sería más difícil…
—Por favor, cálmate…— insiste preocupado, intentando tocarme, pero yo me aparto.
—¿Cómo quieres que me calme?— le pregunto alterada— Si Amy nos ve así va a pensar…
—¿Señorita Kenna…?
Oh, no.
Me giro aterrorizada y veo a Amy parada en la entrada al jardín, justo el inicio de la vereda de piedra antes de entrar al césped y a esta área de bancas. Ella parece sorprendida mirándonos a Aslan y a mí y yo me encuentro avergonzada sin saber que excusa decir. Me imagino todas las cosas atroces que debe estar pensando a hora mismo de mí ¿Por qué me siento como una novia infiel? No hice nada malo, pero me siento tan culpable ahora.
—Tranquila— siento que susurra Aslan a mis espaldas y yo lo miro de reojo sorprendida por su tranquilidad— En toda esta mansión, en la única que puedes confiar ciegamente es en Amy…
¿Eh?
Lo miro confundida tratando de entender porqué se encuentra tan tranquilo. Sé que no estábamos haciendo algo malo, pero que estemos a solas es un indicio de cercanía y para las demás personas nosotros no somos tan cercanos.
Abro mi boca para preguntarle, pero alguien me interrumpe.
—Joven señor Aslan…—escucho a Amy hablar y noto que su respiración es irregular y jadeante— Buen día, no sabía que estaba por aquí…
¿Por qué Amy también luce como si no hubiese visto nada raro?
Arqueo una de mis cejas tratando de entender el comportamiento de ambas personas, pero decido que es mejor desviar el tema por el momento.
—¿Qué ocurre, Amy?— le pregunto acercándome a ella— ¿Por qué me estabas buscando?
La mujer de cabellos castaño me mira como si hubiese recordado algo importante y de inmediato se pone nerviosa. Es obvio que ella ha corrido hasta aquí, su rostro está sonrojado por el esfuerzo, su cabello un poco desordenado, su respiración jadeante y también hay sudor perlando su frente. Sea lo que sea por lo cual ha venido debe ser algo muy importante.
—El…El joven señor Aston…¡El joven señor Aston está en la mansión y quiere verla!— exclama abriendo sus ojos, mirándome preocupada y mi mundo de inmediato se detiene.
—¿Qué?— pregunto sin aliento y sin querer creer lo que ella me dice.
¿Tan temprano? ¿Qué hace aquí? ¿Por qué quiere verme?
—Me apresuré a entrar al jardín y encontrarla porque él quería hacerlo, pero lo detuve y le aseguré que la encontraría, he tardado más de lo que pensé en encontrarla y temo que él venga personalmente— habla tan rápido que a penas la entiendo— Así que debe ir con él ahora.
¿Debo hacerlo?
Me giro asustada mirando a Aslan que continúa en su lugar y que la noticia que ha traído Amy le cae como una patada al hígado, pues su semblante se ve completamente descompuesto y también veo como aprieta sus manos a sus costados haciendo un par de puños. Otra vez Aslan me regaló un momento agradable, un momento en el cual pude dejar sonar mi voz y sacar todo esto que se haya enmarañado dentro de mí, me parece increíble que los momentos con Aslan sean tan buenos y que me hagan olvidar un poco mi horrible realidad, pero, como todo sueño, debo despertar.
Lo miro sintiéndome triste y me giro a ver a Amy frente a mí.
—Está bien, vamos— le digo y ella asiente.
Ambas empezamos a caminar, pero no hemos dado ni un paso cuando siento que alguien retiene mi muñeca haciéndome detener enseguida. No tengo que girarme para saber de quién se trata.
—Señor Wright…—digo su nombre sin girarme a verlo— Por favor, suéltame, tengo que irme…
—Kenna…— me habla informalmente y yo me giro con el ceño fruncido, pues aquí se encuentra Amy y verá raro que él me trate así— Por favor, no olvides lo que platicamos hoy…
—¿Qué estas haciendo?
—No lo olvides— me interrumpe con una voz casi suplicante y siento su mano temblar.
Este hombre.
Lo miro directamente a los ojos y puedo ver que luce un poco asustado, como si estuviese a punto de perder algo muy importante. Por algún motivo no me gusta verlo así, pero…
Dirijo mi mirada hacia Amy quien nos observa tranquilamente, como si no estuviese pasando nada raro. No sé si su falta de reacción deba preocuparme.
Suspiro y vuelvo mi mirada hacia Aslan.
—Está bien, prometo que no lo olvidaré— le prometo y puedo ver como se alivia— Ahora déjame ir, si no voy él vendrá a buscarme y eso sería mucho peor.
Veo como aprieta sus finos labios hasta convertirlos en una perfecta línea y su mandíbula la veo tan tensa que creo escuchar sus dientes rechinar. Por un momento pienso que no me soltará, pero después de un momento lo hace y yo no dudo en empezar a caminar rápidamente, como si estuviese huyendo de él. La verdad, sólo estoy aprovechando que mi cuerpo ha reaccionado, porque sino…
Quisiera quedarme a su lado.
Cada vez mis pensamientos son más confusos.