Capítulo 3

2047 Words
Narrador Omnisciente: ¿De quién se trataba? Esa mirada profunda analizaba con gran fijeza la pequeña figura de la mujer de cabellos rizados que sólo quería ocultarse de la mirada de todos. Ella traía un antifaz así como todos los invitados de aquella reunión, pero, para aquel que la miraba, era muy llamativa y, de alguna manera, entretenida su manera de actuar. Esa persona que observaba con interés a Kenna Philips, era un hombre alto y robusto, con apariencia intimidante y sería que sólo se mantenía a la lejanía observando todo desde su lugar. Él estaba tan concentrado mirando a la mujer de cabellos rizados que no se dio cuenta que alguien se había acercado a él y se había posicionado a su lado con discreción. —¿Y?— pregunto la recién llegada que no era otra que la señora Wright, quien se había distanciado de la multitud para ir a ver a aquel hombre que parecía poco interesado en la reunión— ¿Qué te parece…Hijo? Así es. Aquel hombre no era otro que Aston Wright, el hombre al cual Kenna temía tanto y para el cual la habían comprado a ella. Aston Wright era un hombre callado con un temperamento tosco e impulsivo. Su silueta era alta y varonil, cubierta por un sencillo esmoquin n***o y blanco, mientras llevaba una máscara negra que cubría gran parte de su rostro para que nadie pudiese reconocerlo. Él odiaba los eventos sociales a los cuales sus padres eran fanáticos a asistir y organizar, pero aquella noche sintió curiosidad por ver a la mujer que sus padres le habían comprado para convertirse en su esposa. “Parece ingenua” Pensó el hombre sin apartar siquiera un segundo la mirada de Kenna, quien era ignorante de que había alguien que la miraba tan intensamente. Cuando Aston se enteró que sus padres tenían la intención de comprar una novia para él, de inmediato se enfureció muchísimo ya que sus padres querían casarlo con la hija de una familia tan insoportable como lo era la familia Phillips para él. Aston era el hijo mayor con 30 años de edad, no se había casado ya que no estaba dentro de sus intereses tener que soportar a una mujer por el resto de su vida y es por ello que sus padres tomaron cartas en el asunto y tomaron una decisión tan precipitada. Él sabía muy bien como veía el resto de la sociedad a su familia y en especial sabía del gran odio y rencor que había entre los Phillips y los Wright. —La chica del vestido dorado es la mujer que hemos comprado para ti— volvió a hablar la mujer de ojos color miel al no tener una respuesta de su hijo que parecía cautivado mirando a Kenna— ¿Qué me dices? ¿Te gusta? Aston estaba decido a rechazar bajo todos los medios las exigencias de sus padres y, sobretodo, quería cancelar aquella boda arreglada diciéndole a sus padres que no malgastaran tanto dinero en algo tan insignificante. Eso era lo que iba a hacer, esas eran las palabras que debían salir de sus labios, pero, por algún, motivo, salieron otras palabras que él no siquiera había pensado en decir. —Me gusta— dijo con su voz ronca y varonil, mirando fijamente a su prometida. Elize se sintió satisfecha ante la contestación de su hijo mayor y también clavó su mirada en Kenna. Para Elize, Kenna sólo era una chiquilla insignificante que le serviría de entretenimiento para su hijo Aston y también serviría para su propia venganza personal contra los Phillips que tanto habían disfrutado con humillar a los Wright por haber venido de lo más bajo de la sociedad. Ella sabía que para los Phillips no habría mayor humillación que casar a una de sus hijas con uno de los hijos de la familia que tanto odiaban y es por ello que ella había comprado a Kenna para cumplir su venganza. —Me alegro que te guste, hijo— expresó Elize con una sonrisa algo malvada en su rostro— Esa es la mujer…Que hemos comprado para ti. Las agujas del destino se estaban moviendo enloquecidas aquella noche. POV’S Kenna: Estoy cansada. Suspiro de cansancio, mientras camino hacia algún lugar apartado. Creo haber escuchado sobre un lugar al aire libre que se encuentra en un costado del primer piso en el cual se lleva a cabo la celebración. Quiero ir ahí para quitarme esta amarga sensación que inunda mi cuerpo. Creo que también estoy mareada. Me abrazo a mi misma, mientras continuo caminando, este maldito vestido es tan descotado que no me protege para nada del frío. La razón por la cual estoy mareada quizás se deba a la cantidad de copas que consumí esta noche. No soy muy amante a las bebidas alcohólicas, pero, debido a las circunstancias que estoy viviendo, quise ver si era cierto que el alcohol hacía olvidar el dolor. Es falso eso y sólo me ha dejado más sensible que antes. Llegó un momento en el que pensé que todo podría ser una pesadilla y que yo pronto despertaría, pero, cuando conocí a los señores Wright, me di cuenta que todo era terriblemente real. Mis padres me han vendido. Aprieto mis labios, mientras siento el picor en mis ojos anunciando las lágrimas que en ellos se aglomeran. Quizás, si fuese como Kenia no pasaría esto, a Kenia jamás la venderían así, estoy segura que no serían capaces de hacerlo ya que Kenia es considerada “el tesoro de la familia Phillips” En cambio yo… Sólo seré un “producto” el cual mis padres venderán para salvarse de la ruina. No querían que pensara en esto como un negocio, pero tiene toda la pinta de serlo. Me siento como un trozo de carne. Mientras más avanzo el ruido de la reunión se hace cada vez más lejano y, aunque hay algunas luces, debo decir que este pasillo es un poco más oscuro que el lugar donde se lleva a cabo el evento, aunque eso no quiere decir que sea menos ostentoso. Por algo este hotel es considerado el más lujoso e importante de todo Seattle, si todo brilla en tonos dorados como si todo hubiese sido bañado en oro puro, pero esas riquezas a mí no me interesan. Nací como una Phillips, eso significaba siempre estar rodeada de lujos y esplendor. Joyas, ropa, zapatos, de todo lo he tenido de todo por montones, de todo menos el amor de mis padres que sólo ha sido exclusivamente para mi hermana. ¿Por qué tiene que ser así? Me pregunto mientras llego a una hermosa puerta de cristal que me permite ver el exterior, pero mi mente sigue perdida en amargos pensamientos ¿Así tiene que ser? ¿Toda mi vida tengo que estar atrapada en una jaula de cristal? Teniendo alas, volaría lejos, teniendo la fuerza, correría hasta donde me lleven mis pasos, teniendo valor…No permitiría que me vendieran. Elevo mi mano y toco con delicadeza la puerta de cristal y el frío tacto me hace estremecer, pero de inmediato la puerta se abre dejándome salir. Una ventisca de brisa fresca con olor a noche me recibe y cierro mis ojos aspirando ese aroma tan tranquilizador ¿Así se siente la libertad? Tan plena, quisiera poder… Irme lejos. Camino un poco hacia afuera, pero no me alejo mucho de la puerta de cristal, elevo mi mirada y veo el cielo tan oscuro, ni siquiera pueden verse mucho las estrellas debido a las luces del lugar. Mis padres tiene algunas propiedades, pero mi favorita es la casa de campo que un amigo le regaló a mi padre en Forbes Hills. Ese es un pueblo pequeño, hay pocas casas y están muy dispersas, pero, al ser un regalo, mi padre no pudo negarse a aceptarlo, a pesar de que no le gustó para nada porque es una casa sencilla casi en medio de la nada. Cada año vamos una semana hacia allí. Para mi familia es la peor semana del año, pues para ellos son importantes las apariencias y es por ello que no pueden mostrar desagrado hacia ese regalo, pero ellos sólo pueden aguantar una semana en ese lugar, en cambio yo… Quisiera vivir allí para siempre. Al ser en un pueblo pequeño, todo es más tranquilo a diferencia de la bulliciosa ciudad, las estrellas en ese lugar lucen como joyas y, aunque es una casa pequeña, es preciosa y cómoda. La semana que pasó allí es como un verdadero sueño a pesar de las constantes quejas de todos. Ese lugar se respira aire libre, aquí… Siento que no puedo respirar. Abrazo mi cuerpo para mantener un poco el calor, pues la noche es algo fría y este inútil vestido sólo sirve para ser bonito. No puedo creer que mi madre me haya obligado a usar este vestido sólo para exhibirme como una buena mercancía para… Los Wright. Tiemblo de pies a cabeza y no creo que sea por el frío, sino por recordar la manera en la que me miraron; me miraron como si me estuviesen evaluando. La semana que viene tendré que irme a vivir a la mansión Wright dónde “aprenderé” a ser una buena esposa para un hombre que jamás he visto o con el que siquiera he cruzado una sola palabra. No sé que pasará con mi vida a partir de ahora, sólo sé que… La señora Wright es aterradora. Muerdo con fuerza mi labio temiendo romperlo, pero es verdaderamente aterradora esa señora. La manera en la que me miraba de arriba abajo como si viese un trozo de carne el cual quiere comprar; se ve que es una señora estricta y perfeccionista y, aunque mostró amabilidad, sé que esa amabilidad fue totalmente fingida. “La virtud y la pureza de la novia para nosotros es primordial. No queremos sorpresas desagradables en un futuro.” Mi cuerpo entero se tensa y se llena de repulsión al recordar eso que dijo con tanta frialdad. Claro que le entendí, sé lo que quiso decir y es aterrador para mí pensar en ello. Ella quiere que la novia que compró para su hijo sea…Virgen. Miro al cielo y respiro profundamente para aquietar las enormes ganas que tengo de llorar. Nunca me interesé en las relaciones amorosas y, aunque hubieron algunos que se acercaron a mí, nunca les hice caso y es por ello que no siquiera he conocido a alguien que me guste lo suficiente para darle mi primera vez ¿Y ahora tengo que darle el gusto al miserable que me compró? No quiero. No quiero darle mi preciada virginidad a alguien así, no quiero darle el gusto de saber que será el primer hombre en mi vida. Mis padres obviamente me ofrecieron de la mejor manera y estarán muy satisfechos al saber que cumplo con sus “requisitos” pero no quiero eso. Tengo tanto miedo, nunca en mi vida había tenido tanto miedo como lo tengo ahora. No sé que me espera, no sé que oscuro rumbo tomará mi vida. No quiero casarme, no quiero estar con un hombre que no elegí. Para toda mujer su primera vez es como un sueño y se la imagina de mil maneras algunas románticas y otras un poco más ardientes, pero, en mi caso ¿No tengo oportunidad de elegir? Si hubiese sabido que esto iba a pasar le habría entregado mi virginidad a cualquier que me hubiese gustado y así presentarme ante los Wright como una “mercancía defectuosa” y así no darle por completo el gusto a ese hombre de tomar todo de mí. ¿Habrá ahora alguna escapatoria? —Vaya…No sabía que había una linda señorita aquí… En ese momento escucho una voz claramente masculina a mis espaldas haciendo que me tense por completo de pies a cabeza. Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta que alguien venía. Me giro a verlo con el corazón en la garganta y veo que es un hombre bastante alto, parece un cocotero y, al levantar mi cabeza para ver su rostro, descubro que tiene una linda sonrisa adornando su rostro, pero una clara pregunta circula por mi mente: ¿Quién es él?
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