•Capítulo 05•

1800 Words
Tenia que encontrarme con él... suspiré para cerrar los ojos de una forma frustrada, no podían hacerme eso, era imposible. —¡¿En que carajos pensabas Mac?¡— gritó mas que enojada la mujer sin cuidar su vocabulario delante de aquellos hombres. —¡¿quieres saber la verdad?¡— contradije con el mismo tono, no merecía nada de esto; había sido educada y paciente. —Empecemos de cero, todo va a estar bien— esta vez habló Fernando sentado a mi lado, giré los ojos al oírle; era igual que aquella mujer. —si— suspiró la bruja. —tienes razón— habló mas calmada dejando caer su cuerpo en un sillón, todos parecían agitados con mi fallido escape.. —que— pronuncie confundida, yo no seguiría aquella locura, ¿en qué estaban pensado?... no estábamos en el siglo XVI. —Gracias Damián— tenía que ser una broma, por primera vez giré en busca del hombre, bastardo. —No... de nada Madison— contestó el estúpido con una sonrisa, era un mal educado, no quería tener nada con alguien como aquel sujeto, era un inmaduro. —Todo estará listo para el domingo... será algo sencillo, pero emotivo— explicó la bruja sin mirarme; evitando por completo mis miradas a matar a su dirección. —¡No me voy a casar!— grité al levantarme del sillón para tomar mi maleta y subir al segundo piso. Al llegar a la habitación, me dejé caer en aquella cama, tomé mi móvil más que estresada era increíble la manera en la que mis fotografías transpiraban alegría lo contrario a lo que sentía. Observe cada foto de aquel perfil, tenía todo... menos estabilidad y al final de la noche me había acostumbrado a ser inestable, sumergida aquel móvil me dejé llevar perdiendo la noción del tiempo leyendo cada comentario; eres bella, linda, hermosa, hermosa sonrisa. Cada comentario era ridículo en cualquier sentido... El sonido de la puerta me hizo girar de golpe, abrí la boca al encontrarme con aquel hombre en vez de la mujer, llamada mi madre. —¿que carajos haces aquí?— pregunté parándome de la cama para caminar a él. —Te vas a casar conmigo... Quieras o no cariño, por que lo necesito—amenazo serio para después regalarme una sonrisa hipócrita, ¿cuantos años tenia?... veinte tres, por que se comportaba como un niño. —En tus sueños corazón— respondí al colocarme frente a él; no era feo, pero si estúpido y eso lo hacia parecer un moco. Amaba a los hombres maduros, aquellos eran más que serio brindándote más experiencia... Aquel hombre era lo opuesto, pues al verlo lo colocaba en la categoría de niños mimados, aquellos que solo tenían autos y chicas estúpidas. —¿donde quieres ir de luna de miel pastelito?— preguntó tomándome de la cintura, alterada me aleje de él de golpe. —¿Que parte no entiendes?, No me voy a casar y menos contigo— murmuré amenazante. —¿Quieres apostar?— preguntó para tomar mi hombro y colocarme frente a él de nuevo. —Nadie puede obligarte a casarte— reproche con una sonrisa, no podían hacerlo. —Conozco a las mujeres como tú... son personas estúpidas— La palma de mi mano no tardo en estar estampaba en su mejilla, una guerra de miradas nació entre los dos, me había llamado estúpida... era un gran personaje. —Te vas a casar conmigo— soltó para salir de mi habitación, negué para regresar a mi móvil. [...] Deje el móvil en paz para salir de aquella habitación, la noche estaba siendo helada en aquel lugar, bajé las escaleras como nunca en mi vida. Al llegar su estudio, abrí la puerta sin pensarlo mucho. —Mac— murmuró Madison, ¿estaba esperándome?. —No me voy a casar con él madre— al pronunciar aquella palabra los ojos de la mujer se abrieron a más no poder. —hija... perdón— suplico mientras se acercaba para abrazarme sumisa. —¿eso significa que me no caso con...?—- pregunté insegura, no me quiero casarme con ese bastardo. —Lo advierto, no me voy a casar— seguí segura. —Hablemos— me interrumpió, accedí sin nada que pensar. —¿Qué es lo que más deseas?...— preguntó. —No, ¿quieres que viva infeliz toda mi vida?— pregunte más que sorprendida. —¿Cuanto tiempo llevas planeando esto?— harta pregunte. —Yo... Mac— balbuceó —Seis meses— —Ya veo— pare. —quieres venderme— —No... lo hago por tu futuro, por tu bienestar— espetó. —No te lo he pedido— aseguré, estaba condenada... sabía que aquella mujer no iba a ceder tan fácilmente, quería aquello para mi vida y futuro. —quiero seguir estudiando en Italia... eso pido a cambio— hablé sería mirando cada expresión de su rostro. —yo... Mac... me parece perfecto— chillo feliz mientras me sonreía, indignada me alejé de ella. —Solo será por un corto tiempo... un año, cariño— —Será el peor de mi vida— negó, con un suspiro m levante de aquel lugar para regresar a aquella habitación infantil, estaba más que deprimida. [...] Cinco de la mañana, mi cuerpo se congelaría en cualquier momento de eso estaba segura, sentada en una banca del aeropuerto miraba a cada persona, esperaba a Angel con Mauro a mi lado, vaya vida. El café que tenía en manos se encontraba más que caliente,pero no ayudaba en mucho, ya que el frío de Ashton era impresionante. La maleta de Angel me hizo levantarme bruscamente, venía hacía mi más que contento... mi sonrisa desaprecio al ver aquel sujeto a su lado; Calvin. —Angel— pronuncié mientras lo abrazaba ignorando la situación. —¡Mac!— gritó en medio del abrazo, vaya en verdad me extrañaba. —Calvin— espeté al dejar en paz al chico u concéntrame en su acompañante. —Creo que merezco una explicación— advirtió serio, tenía razón o tal vez no. —No lo se— escupí para abrazarlo dejando el problema atrás. —él es Mauro mi chofer... Mauro ellos son mis amigos Calvin y Angel— estos se extendieron la mano formalmente para después ir a la camioneta. Esta tan feliz, estaba con mi verdadera... familia, aunque era extraño, ellos eran mi familia, habían crecido junto a mí, sus situaciones no eran nada diferentes a la mía. [...] Al llegar a casa sonríe para abrirles la puerta más que feliz, me gustaba la idea de compartir con ellos aquella residencia aunque sea por un día o dos. Miré a la mujer más que presentable con asistentes a su lado ignorando a todos en el lugar. —Madison ellos son mis amigos, Angel y Calvin— los presente, Madison solo le regalo una sonrisa y "es un gustó conocerlos" para después irse... bruja!!! —Les voy a enseñar sus habitaciones—confesé más que emocionada al igual que ellos, él lugar era una pasada, no nos culpen, estábamos acostumbrados a... habitación vacías en Italia. —Espero que sea lindo el mío— accedí al chico para tomar las escaleras junto con ellos, en todo momento estos me dicen lo espectacular que era el lugar. —Aún no lo entiendo— murmuró el hombre más alto, negué con una sonrisa... no había nada que entender, solo había sucedido. —Es mejor que no lo hagas— advertí. —Esta es tu habitación Angel— avisé para mirar al chico abrirla de golpe, sin más que hacer este se arrojó a la gran cama. —j***r que buen colchón, angy descansara así que largo...— ordenó, no discutí solo cerré la puerta de golpe, el chico era único y el mejor de todos en el internado italiano. —podemos hablar— pronunció Calvin, sería estúpido no enfrentarlo. . —¿Es necesario?— pregunté mientras lo miraba seria, este accedió del mismo modo. —vamos al jardín— pedí mientras tomaba su mano y tiraba de él. Nadie se atrevió a decir absolutamente nada en el transcurso, no me sentía culpable... nunca estuviste en nada, nunca hubo nada más que química y lujuria. —No entiendo esta porquería... tú, no quieres nada formal conmigo, pero regresas a este lugar y te casas— reprochó mientras nos sentamos en una banca, tomé una gran bocanada de aire para responderle; tenía razón. Lo mire fijamente, Dios por que era tan perfecto... sus labios, cejas, ojos, pestañas. Lo iba a extrañar después de todo. —Es... es diferente— susurré mirándolo, el chico me regaló una sonrisa irónica, parecía herido. —¿En qué sentido?— preguntó sin perder el tiempo mientras miraba mis labios... teníamos una fuerte atracción s****l de eso ambos estábamos conscientes. —No siento nada por él, apenas lo conozco...— confesé, llevaba tan solo una semana en el lugar, sabía que lo hacía por acuerdos. —Lo siento— susurré mientras me tiraba encima de él, este no lo dudo y siguió con el beso que yo había iniciado. Me coloqué mejor en sus piernas mientras todo fluía como siempre lo hemos ello, en segundos todo desapareció por completo. —Dime que me quieres— susurró sobre mis labios, le sonríe para peinar su cabello con movimientos lentos. —Claro que te quiero Calvin eres un gran amigo— respondí, en segundos al hombre con un semblante serio me bajo de sus piernas. —Amigo— repitió dejándome sola en aquella banca. —lo sabía— soltó dejándome sola en aquella puerta, j***r. Suspiré para analizar aquella situación, él era atractivo y yo una incontrolable mujer, además estaba necesitaba de amor... [...] Abrí su habitación, se encontraba boca arriba mirando el techo más que callado, pensando y juzgándome por completo. —Podemos ser fuego juntos, somos mejores que el resto— espetó al percibir mi presencia, era tan exquisito su vocabulario. —Calvin lo siento... yo tengo tanto en mente, no quiero ilusionarte por que mañana me casare con alguien que no conozco y parece ser un estúpido— expliqué mientras me acostaba a su lado, como en Italia, éramos un equipo dinámico, éramos perfectos. —bueno... en eso caso, gracias por ser sincera— murmuró esta vez mirándome con una sonrisa. —Que seas feliz— —te prometo que después de todo esto regresare a Italia... y tu y yo seremos algo— prometí mientras lo abrazaba, al abrir los ojos estand en sus brazos fuertes que tanto me gustaban. —Eso me agrada— habló para después regalar un beso en mi frente, era tierno. —quiero darte una despedida amor— propuso mientras subía encima de mí.
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