-Gracias, vamos - se levanta y la toma de la mano, cosa que la toma por sorpresa pues aún no se acostumbra a aquellas demostraciones de afecto o cercanías, siente que todo es un sueño y teme ser despertada - duerme conmigo - susurra cerca a su oído, la joven se estremece. -Carlos, no puedo - responde nerviosa viéndolo fruncir el ceño ligeramente - todas mis cosas y las de mi hijo están en mi recamara - explica - además no me voy a ningún lado, todos los días nos veremos - él la mira fijamente sin comprender sus respuestas tras las declaraciones de amor que se hicieron - te prometo que no me iré pero simplemente… -Pero yo quiero dormir contigo, estar contigo - la corta y responde ansioso - no me hagas esperar hasta el matrimonio para poder disfrutar de tu compañía - acaricia su mano