La cena se pasa un poco tensa pues la morena no cede del todo a las intenciones de él y sigue un poco distante, Carlos no puede entender el cambio de ella pues es tan drástico paso de ser un dulce de mujer a ser un poco más fría y distante, lamenta no poder hacer que la Mónica alegre y cercana vuelva a él, entre tanto Maria y Catalina intentan hacerles reír con sus ocurrencias en la mesa pero no funciona, la morena solo piensa en Lorenzo y no porque sea algo agradable de recordar sino porque sabe que en algún momento Carlos querrá tener intimidad y ella no sabe si será capaz de darle placer, logra sentirse sucia con todo lo ocurrido, no es una niña gracias a los malos tratos de su agresor sabe que es lo que buscan los hombres y las necesidades que estos tienen, solo reza para que Carlos no