PVO Siriana.
Los días pasaron inevitablemente y mi agonía en esta casa se hizo eterna hasta el día de mi boda.Con el pretexto de que me había torcido el tobillo me dejaron quedarme en la casa principal, en la de los reyes de Albania, mis “ padres", aunque ahora sabía que no lo eran.
_Siriana por Dios, ¿Aún no te has puesto el vestido de novia? Vamos a llegar tarde. Ven, yo te ayudo.
_No, no quiero.-Le hablé con mis manos.
_¿Cómo que no quieres? Siriana deja de jugar, vas a casarte en unas horas con el amor de tu vida, tu príncipe azul. Todo el mundo está esperando tu boda.
Sí claro, todo el mundo se refería a la clase social alta de mi país y nuestra familia. Los ciudadanos desconocían como y quién era.
_¿Siri?
_No me voy a casar con Antón. No puedo hacerlo Kelly.
Respondí con una mirada seria mientras mis dedos temblaban.
_¿Bromeas verdad?.-Me toma de los brazos.-Siriana. Antón Resveri es el hombre que amas, que morías por ser su esposa. ¿Porque ahora no quieres casarte?
La respuesta era ella, cuan hipócrita podría llegar a ser Kelly.
_¿Y ya están listas? La limusina está esperando.
El rey, nuestro padre, entra y toda mi fuerza y valentía se va.
_¿Kelly?¿Siriana?¿Que pasa?
Kelly no dice nada, y yo otra vez siento que estoy entre la espalda y la pared. Aunque diga que Kelly se acuesta con mi novio, el rey no va a creerme.
_Tengo miedo a casarme, eso es todo.
Expreso la idea más cobarde y absurda.
_Eso pasan todas las novias, es normal. Yo y tu madre pasamos por lo mismo y míranos ahora. Somos felices con dos hermosas hijas.
_Ay papá.-Me mira.-Ya ves Siri, no hay nada que temer. Igual yo te seguiré los pasos. En unos meses me casaré con el príncipe Terry y también seré feliz.
Solo suspiré a sus palabras. No tenía salida, debía casarme. Quien querría a una mujer fea, soñadora, sin elegancia y para colmo, muda. Mis padres me botarían a la primera.
Después de casi 15 minutos, con un maquillaje rápido y un vestido que alguna vez soñé ser feliz, iba ahora al infierno, al que alguna vez creí sería el cielo junto a Anton.
_Siri, tranquila, has esperado por esto desde hace mucho, hoy porfin serás la Sra de Resveri y la futura duquesa.
Eso era a lo único que podía aspirar, por mi condición está de más decir.
Llegamos a la iglesia, dónde nos esperaba unas damas, todas conocidas de Kelly y Anton al frente. Elegante, apuesto, con ese terno era mi Dios, mi príncipe, pero ahora que sabía la verdad, lo veía como el demonio.
Debo admitir que caminar por ese pasillo de la mano del rey, fue un martirio y más con los flashes por todos lados, preguntándose, quien era la princesa escondida por todos estos años y que ahora salía a la luz.
_Cuida a mi hija Anton.
_Descuide su majestad, haré feliz a Siriana, es el amor de mi vida.
Solo apreté mi mano para contener mi ira y miré a sus ojos.
_Estas preciosa Siri. Hoy por fin seremos marido y mujer.
Solo asentí con mi rostro y volteamos a ver al sacerdote, de lo contrario, hubiese corrido hacia la salida.
_Srta Siriana Grimaldi, ¿Acepta a Anton Resveri como su esposo? para amarlo y ..
Esa sola pregunta definiría mi destino, si aceptaba, mi destino estaría en sus manos pero si me negaba...¿Que pasaría si me negara? Quizás mis padres me botarían por la humillación que les haría pasar, además de perder una cuantiosa suma de dinero.
_¿Siri? Responde.
Cerré mis ojos y deseé con todo mi corazón que alguien me salvara, que me sacara de aquí, pero no. No vendría.
3 años después.
_¡Siriana!¿Estas bien?¿Deseas retírate acaso?
_¿Que? Oh no, por supuesto que no. Solo recordaba los tiempos en los que era una niña estúpida y soñadora, dónde me imaginaba un mundo maravilloso, dónde yo era la princesa y Anton Resveri, mi príncipe.
_Yo ahora soy tu príncipe Siri, sabes que puedes contar conmigo sin condiciones.
_Lo sé, ahora lo sé.
_¿Lista entonces para volver a verlos a la cara de nuevo después de 3 años?
_ Mentiría si te dijera que no, aunque tengo mucha curiosidad por ver sus rostros al verme de nuevo.
_No creo que te reconozcan, ya que después de la cicatriz que te hicieron en el rostro y con la operación, pareces otra.
_Supongo que más bella.
_Con o sin cicatriz, yo te veo bella amor.
Solo sonreí a sus palabras, mientras él sujetó mi brazo e hicimos nuestra entrada triunfal a la fiesta del rey del Reino Unido, aunque mas era yo a quien miraban. No sabía si era mi vestido sugerente o mi acompañante lo que llamó la atención de la prensa, pero mi mirada solo estaba sobre aquellos que arruinaron mi vida hace 3 años.
Kelly, Anton y mis padres.
Hoy volvía más fuerte, más poderosa y segura de mi misma. Ya no era la muda que exiliaron hace años. Hoy era, Siriana D'Brunne y la futura esposa de..
_¿Srta Siriana Grimaldi?.-La voz del sacerdote retumbó en mi cabeza y volví tres años atrás, donde mi destino cambió, mi matrimonio con Anton.
_Acepto.-Afirmé con mis manos y sentencié mi destino con eso. Después Anton también aceptó y puso en mi dedo el anillo y yo a él.
_Los declaro marido y mujer, ya puede besar a la novia.
Anton se acercó a mis labios y yo solo me mantuve inmóvil, él fue mi primer beso y pensaba que yo también lo era, pero no.
Después de eso, me llevó a la mansión donde desperté y ví la realidad. Fue en esta cama que Kelly y él se habían acostado.
_Siri, has estado callada en la fiesta, incluso de regreso también, no has dicho ni una sola palabra.¿Que ocurre?.-Toma mis manos.-Este es nuestro día, y prometo hacerte feliz, ya verás que nuestra primera vez será maravilloso.
Sus palabras sonaban tan sinceras pero ahora sabía que no lo era.
_Quiero tomar un poco de licor para celebrar nuestra unión.
_Claro amor, puedes irte a cambiar mientras sirvo el champagne.
Solo asentí y me puse la ropa que me habían dejado. Un vestido largo y unos sencillos zapatos.
_¿Que? Sí, ya llegamos, voy a darle algo para que se duerma y salgo para allá.
Anton conversaba con alguien, supongo que debía ser con Kelly. Lo veo colgar y de inmediato, sirve dos copas, en una de ellas pone un polvo, eso debe ser el somnífero con el que quiere dormirme para irse con ella.
Apreté mis manos para controlarme y no romperle la copa en su cabeza, pero no, no podía hacer eso. Aún no.
_¿Siri? Oh vaya, me asustaste, no sabía que estabas detrás mío.-Toma una de las copas.-Ten, brindemos por nuestra eterna unión.
_Sí, por nuestra eterna unión.
Dirigí la copa a mi boca y pretendí tomarlo. No iba a quedarme dormida mientras él se iba quien sabe a dónde a revolcarse con su amante.
_Te amo Siri.-¿A mí o al dinero que te dieron mis supuestos padres?.-Ya verás que todo será mejor para ambos.
Se acerca e intenta besarme pero lo rechazo.
_Espera quiero ir a los servicios, estoy impresentable y además tengo un poco de sueño, a ver si se me quita el sueño con un poco de agua.
_Claro, tómate tu tiempo Siri.
Entré al baño y quise romper en llanto. Cuánto daño podía causar sus palabras, su comportamiento, ¡Dios, ayúdame!
_¿Siri amor estás bien?
Aguanté el llanto y esperé paciente. No respondí. Creo que pasaron unos 15 minutos y salí, debía fingir que no me sentía bien, no iba a permitir que me tocara para después irse con Kelly.
_Siri me preocupaste, no respondías.
_Tengo sueño Anton, no sé lo que me pasa.
_¿Estás bien?.-Me sostiene.
_No lo sé, otra vez tengo sueño repentino, quizás deba ver al doctor.
_No, ahora no. Es nuestra noche Siri, aunque si no te sientes bien, descansa, después te haré mía y será la mejor noche de todas, te lo juro.
Solo asentí y me acostó en la cama, no podía con tanta mentira encima. Cerré mis ojos y me hice la dormida.
_Duerme Siri, duerme hasta mañana.
Decía mientras acariciaba mis cabellos, como siempre lo había hecho, y yo era tan feliz antes de saber sus verdaderas intenciones.
_Bien, creo que ya se durmió.-Lo escucho decir y se aparta. Veo que saca algo de los cajones, lo guarda en su bolsillo, se acomoda el cabello, se pone su reloj y con su saco, me da una última mirada antes de salir de la casa.
Fue ahí que me quebré y dejé salir todo mi sufrimiento. Quería gritar, preguntar porque me hacía esto, pero no podía, mi defecto era lo peor para mí, me odiaba por haber nacido así.
Después de llorar casi todo día, tomé algo de fuerzas y fuí al cajón, ahí había una caja con preservativos, debí suponerlo.
Solo suspiré y me miré al espejo.¿Que me falta para ser como Kelly?¿Que? ¿Es por mi defecto de ser muda? Sí, quizás sea eso.
_No soy fea, soy bonita, y soy mejor que Kelly, lo sé.
Fuí al ropero y encontré una sexy ropa interior negra con la que se suponía debía seducir a mi ahora esposo en este día según Kelly; y a un lado, varios vestidos entre ellos un dorado que llamó mi atención, porque sé que nunca me lo pondría. Era muy escotado y corto.
Anton se va a desmayar cuando te vea Siri, vas a ser su esposa y debes satisfacerlo.
¡Hipócrita!
Todo me valió y me puse la ropa negra sexy con el vestido dorado. Arreglé mis cabellos y me maquillé de una manera que una princesa jamás lo haría.
Bien, ve y diviértete con mi hermana Anton, yo haré lo mismo, veamos quien disfruta mejor su noche de bodas.
Salí de la mansión a duras penas y tomé un taxi.
_Lléveme a un bar, pero que sea un poco apartado, no en la ciudad -Escribí en mi pequeño cuaderno.
_No se preocupe, la ciudad está de fiesta. La hija menor de los reyes se ha casado y las calles están cerradas, imposible pasar. ¿Acaso también va a celebrar?
Si supiera que ella era yo.
Atraje mi cuaderno y le escribí.
_“Por supuesto, hoy es noche de celebración ".-Él solo río.
_Bien Srta, conozco un buen lugar donde ahogar las penas y celebrar por todo lo alto, y hoy hay cerveza gratis.
Al parecer, si que toda la ciudad estaba de fiesta. Durante todo el camino, las personas parecían celebrar, después el taxista diría que el gobierno había decretado feriado por toda la semana, por el casamiento de la princesa desconocida.
_¿E-es aquí?.-Pregunté algo tímida con mi pequeño cuaderno.
_Asi es, este lugar da unos tragos muy potentes y una comida que ya no ya.
A decir verdad, nunca había salido de la mansión principal más que una u otra ocasión especial, pero nunca sola.
Solo agradecí y entré. Había mucha gente, muchas parejas y yo estaba...sola. Caminé hacia una mesa que estaba vacía, con algo de miedo debo admitir, era mi primera vez en un lugar así.
_¡Oye cuidado!¡¿Acaso no miras por dónde vas?!.-Escucho que alguien me grita. ¿Y ahora que hago?.-Oye, ¿Acaso eres sorda?
_¡Terry apúrate!.-Escucha que grita uno de los meseros.
_¡Ya voy!.-Responde el hombre con el que acabo de tropezar sin dejar de mirarme.-Al menos discúlpate¿No?
Apreté mi pequeño bolso y saque mi cuaderno.
_“ Lo siento, estaba distraída ”
Se me queda mirando, quizás sorprendido al ver a una muda enseñando su cuaderno.
_¡Terry!
_Y-ya voy.
Vuelve a responder y se va. Vaya, y yo que solo quería tomar para olvidar al que ahora era mi esposo.
_¿Srta le tomo la orden?.-Una amable mesera se acerca con una lista, solo le señalo lo que creo que suena delicioso porque nunca había probado comida de la calle.-Oh entiendo, ¿Algo más?
Saco mi cuaderno.
_“ Sí, tráigame uno de sus tragos más fuertes”.-Ella también se me queda mirando. ¿Tan rara soy?
_Bien, le traeré uno de nuestros mejores licores, el que más está saliendo. Cortesía de la casa, ¡Estamos de fiesta porque una de nuestras princesas se ha casado hoy! ya vengo.
Creo que la gente normal, disfruta bastante la vida.
Al cabo de un rato, la misma Srta amable, me trae una botella con algo fuerte y varias comidas, parecían bocaditos. Señalo a uno de esos que parecían alas de pollo.
_Son alitas hot wings, nuestra especialidad, le va a gustar Srta, buen provecho.
¡Ay Dios, nunca he comido esto! ¿Y si me hace daño?
_Hola.-Alguien me habla. Levanto mi vista y era el mesero con el que tropecé. Yo solo saludo con mi mano.-Lo lamento. No sabía que eras muda.¿Estás sola?
Afirmé con mi cabeza.
_Es extraño ver a una linda Srta sola por estos lugares y a estas horas.
Mientras lo escucho, me sirvo otra copa, el sabor es algo amargo pero de solo recordar por lo que estaba pasando, todo me importaba un rábano.
_¿Srta?.-Levanto mi vista.-Pareciera que no me escuchara.
Es cierto, es descortés no escuchar.
_“ Lo siento ".-Le respondo con mi cuaderno.
Él solo se ríe al ver mi mensaje y por un momento me quedé embelesada con esa imagen. Tenía unos ojos verdes profundos, un cabello dorado como el sol y una sonrisa que derretiría a cualquiera.
_¿Que pasa?¿Porque se me queda viendo así?.-Niego con mi cabeza y vuelvo a tomar. Dios, ¿Porque me estoy poniendo nerviosa?.-¿Quiere acompañarme a bailar esta pieza?
Preguntó y no se que pasó por mi cabeza que solo asentí. Tomó mi mano y fuimos al centro del bar. La música era calma y algo tranquila, aún así, me apegó a su cuerpo, su mano en mi cintura y su rostro cerca hicieron que mi cuerpo temblara.
_Relájate y dejate llevar.-Negué, pero en verdad no era buena bailando más que música clásica y tradicional.-¿Que pasa?¿No sabes bailar?.-Asentí y él pareció entender. Así que después de unos pisotones y avergonzada, regresamos a mi mesa.
_Eres muy bonita e inocente.-Dice mirándome.-Y algo misteriosa, es la primera vez en mi vida que me cruzo con una mujer y no me sigue y tampoco sabe bailar.
No entendí que quizo decir. Aunque eso de bonita lo dudaba un poco. Él es guapo, tiene el porte y rostro de un principe. Saco mi cuaderno.
_“ Te pisé, aún así ¿Tu crees que soy bonita?"
_Lo eres.-Si tan solo Anton pensara como él.-Oye, será mejor que no bebas tanto, ese licor es muy fuerte y puedes emborracharte rápido.
Hice un puchero a eso, pero creo que tenía razón. Me sentía como volando y la vergüenza se me había ido.
_“ Tú te pareces a un príncipe azul ".-Escribí sin miedo y él me miró serio.
_¿Lo parezco?.-Afirmé con mi cabeza y una sonrisa, creo que ya estaba dejando que el licor me controlara.-Y si te dijera que si lo soy.
Solo solté una risa. Eso era imposible, un mesero no puede ser un príncipe, si tan solo pudiera hablar, le diría lo que pienso.
_¿No crees que lo sea verdad?
Negué casi riéndome.
_No te culpo, con estas ropas hasta me han confundido con que soy un mesero.
Tomo otro trago más. Pero si lo es.Intento levantarme pero mi cabeza giraba por todos lados.
_Espera, déjame ayudarte.-Siento sus manos sostenerme. De cerca, su rostro no tenía ninguna imperfección y era más apuesto aún.-¿Que?¿Quieres que te bese?
Su pregunta no me molestó. Solo había besado algunas veces y Anton era el único al que pensé que sería para toda la vida.
_Creo que deberías descansar, estas algo mareada y no sería correcto dejarla ir en este estado. Sería descortés de mi parte.
Solo me apoyé en su pecho. Olía a notas de madero y cardamomo que rayos, era muy tentador, seductor. Creo que el licor me hacía sentir cosas que nunca había sentido, apesar que si estaba consiente de lo que pasaba.
_Creo que mi estimada Srta debe descansar.-Asentí a su afirmación.-Espere aquí. Oye Rupert, me voy.
_¿Ya te vas? Espera y te p**o algo Terry.
_No quiero tus limosnas, quédatelas. Bien, déjeme ayudarla.
No me quejé, estaba consiente sí, pero algo mareada que no podía caminar sola.
Subí a su camioneta, era amplia y cómoda, me eche como si fuera mi cama.
_¿Y dónde vive? No quiero dejarla tirada por ahí.
¿Volver? Ni loca. Me senté y saque mi cuaderno.
_“Lléveme a un hotel ".-Escribí y él se rió.
_¿A un hotel? Mmm, no conozco este pequeño país, pero algún buen hotel debe tener, quizás si voy al que debía hospedarme desde el inicio, este bien.
Dice y conduce no se adónde. Parece extranjero por la forma en que habla. Me pregunto si será soltero.
_Ya llegamos.
_¿Su majes...
_¡Shhh! No me llames así aquí.
¿De que hablarán? parece como si lo callara.
_Bien Srta.-Extiende su mano y la tomo.-No quiero que nadie me interrumpa, no quiero llamadas ni mucho menos de mi madre.
_P-pero...
_Ya dije.
Me jala con él dejando al botones de lado. No sé porque me siento más nerviosa, no debería.
_Bien, ya llegamos. Aquí vas a poder descansar a gusto.
Entramos a una cómoda habitación, con una amplia cama y algunas frutas en una bandeja. Esto era demasiado bueno para ser cierto.
_Oye mi estimada dama, ¿Puedo hacerte una pregunta?
Levanté mi rostro a duras penas y afirmé.
_¿Eres soltera?.-Mala pregunta.-Solo confírmame como lo has estado haciendo.
Era casada, pero en el fondo seguía siendo soltera. Afirmo que lo soy.
_Entonces creo que puedo continuar, no quiero ser el culpable de un divorcio.
Se acerca tanto a mi rostro, huele a Whisky, no sé que estoy pensando, debo detenerlo antes de que...me bese.
¡Dios! estoy engañando a mi esposo, a Anton. No debería estar besándome con un desconocido pero de solo recordar a Kelly y Anton en la misma cama hacía que mi rabia apareciera.
Se aparta un poco.-¿Que pasa?
Saque mi pequeño cuaderno y volví a expresarme.
_“ No tengo experiencia con hombres, temo decepcionarte"
Soltó una risa que hizo se echara en la cama.¿Pero que es gracioso?
_Espera mujer.-Me mira a los ojos, acercándose de nuevo.-¿Acaso eres virgen?.-Preguntó y la cara se me puso roja.
Había olvidado un pequeño detalle. Las princesas solo se entregan al que será su esposo y después de casados. Esa era un regla obligatoria, pero según Carlota, una de mis sirvientas. Las mujeres de afuera, que viven la vida día a día, tenían sexo con el chico que les gustara, sin necesidad de amar. Y yo que creí que eso era algo impuro y de gente ordinaria.
_Mi lady, creo que su silencio lo debo interpretar que es un sí.
Se acerca de nuevo y besa mis labios, es un olor a menta y licor, pero suficiente para hacer que mi interior hormiguee. Quiero apartarlo pero su mano detrás de mi cuello no me deja. Dios, o lo aparto ahora o cometeré pecado.
Intento detenerlo de nuevo pero sin darme cuenta, su otra mano estaba entre mis piernas ya haciendo contacto.¡Rayos se sentía tan bien! No cabe duda, elegiré el pecado.