Narra Matheo Casi había muerto en mis brazos. Si esa hoja hubiera perforado un órgano, o si mis hombres no hubieran llevado un kit de sangre ella habría muerto en ese barco. Dejé de caminar inquieto por la habitación y me quedé por un momento en el centro de la misma. Mis nervios se sentían agotados. Quería matar a alguien, pero lo que tenía que hacer era calmarme. Me senté a su lado y observé las ligeras pecas en su nariz. La habían cosido y vendado y ahora le habían puesto una vía intravenosa en el brazo. Había cables conectados desde su pecho a la máquina que monitoreaba los latidos de su corazón.Al principio, el médico expresó la opinión de que "ese nivel de atención es bastante innecesario", pero di un paso adelante hacia su espacio personal y en voz baja le dije que si algo le pa