Tomás me recibió en el aparta estudio con un gran abrazo de esos que te hacían sentir tranquilidad después de un día apestoso, decidí contarle todo lo que había sucedido incluyendo lo de mi madre. Aunque, no debería llamarla así, solo que no lo iba a aceptar o decir enfrente de ella.
Decidimos abrir los dos en conjunto el dichoso regalo que me había regalado, tenía un empaque colorido con diferentes flores y olía muy rico. Fuimos abriendo poco a poco hasta que quedó totalmente visible resultando ser un vestido. Era un vestido muy hermoso ya que era corto de color n***o con puntos blancos parecido a los que usaba cuando era pequeña.
Actualmente, no usaba vestidos en lo posible dentro de mi forma de vestir. Sin embargo, decidí aceptarlo y usarlo de vez en cuando como un regalo especial, aunque confieso que hubiera querido que se hubiera quedado hace trece años y no aparecer hasta ahora en mi vida. Lo guarde en el armario observando por última vez antes de cerrar el cajón.
Pasaron varios días desde el regalo donde iba al instituto y tenía que sobrevivir con la presencia de Sara y Anderson. Había hecho una amiga nueva, se llamaba Kathe que era recién llegada a la ciudad debido a un intercambio. La chica era medio alta, con cabello color mono, ojos grises y con una forma de ser muy única, era traviesa e inteligente a la vez.
Al principio, pensé que se iba a ir con el grupo de Sara al ser las más populares del instituto, pero me sorprendió como prefirió estar con la anti social. Fue lindo, poder creer que puedo tener más amistades aparte de la de Tomas intentando confiar en la gente. Me gustaba la idea de poder tener una mejor amiga ¿que se sentiría tener a alguien de confianza de tu mismo sexo? para hablar de temas que no se pueden tocar o son incómodos con un hombre.
Decidimos ir en compañía de Tomas hacia una muralla que se encontraba al sur de la ciudad, en parte para que ellos compartieran juntos y por otro lado para que Kathe fuera conociendo la ciudad. Tenía entendido que su padre era dueño de un club nocturno, donde tuvo que venirse por fuerzas mayores de trabajo arrastrándose a la familia completa así estuviera terminando el último año del instituto, vivió en Francia. Recuerdo el primer día que hablamos.
*Flash Black*
— un plaisir de te connaître — Menciono Kathe colocándose de pie al frente mío en el salón de clases, mientras yo estaba sentada en mi asiento correspondiente.
— ¿Que? no entendí un carajo — Confesé mientras se sonrojaba mis mejillas de mi expresión — Lo siento, creo que no fui decente — Susurré para mí misma, aunque alcanzó a escucharme.
— Tu es une gentille fille — Susurro antes de reírse como un elefante _ Perdón, mucho gusto me llamo Kathe y vengo de Francia, ¿tú eres? — Se presentó finalmente en español.
— Lucero Cruz, un gusto francesa — Dije en chiste lo cual recibí una sonrisa sincera por parte de ella.
*Fin del Flash Black*
Cuando llegamos a la muralla sentí una gran paz dentro de mí misma; ya que este lugar transmite todo lo bueno que se pudiera imaginar. Además, me encanta el tema del grafiti y los dibujos. Llegamos y saludamos a los chicos que se encontraban allí, tomando latas e iniciando a dibujar o escribir lo que se sentía en el corazón. Por mi parte, dibuje un corazón partido por una flecha negra con espinas y en medio de color blanco estaba la frase ¿Existe la felicidad? Realmente me preguntaba eso todos los días, debido a todo lo que había vivido y sufrido durante mi vida, pero aprendí que las personas son fuertes o débiles no hay otro camino en esta vida.
Cuando terminé me sentí bastante satisfecha, decidí voltear a que había dibujado Kathe y me cagué de la risa literal porque tenía un intento de persona al lado de un árbol, pero se notaba que era la primera vez que usaba pinturas y las latas. Después, voltee a ver el dibujo de Tomas donde quede sorprendida porque tenía un dibujo bastante raro basado en un dragón y en medio de él decía “te amo Lucero” me sentí identificada, porque sentí que era para mi ¿se me estaba declarando? no creo, nosotros somos amigos y dijimos que nunca íbamos a mezclar nuestros sentimientos solo porque pasara momentos de sexo entre nosotros.
— Yo también te amo — Dije con una sonrisa pícara mientras me acercaba poco a poco.
— ¿Enserio? — Pregunto sorprendido y note como iniciaron a brillar esos hermosos ojos que tenía, temía que hubiera causado un problema.
— Claro, te amo como mi mejor amigo, mi hermano, la única familia que tengo — Susurré mientras lo abrazaba intentando evitar esa mirada de él.
— Oh sí, claro — Correspondió al abrazo, pero sentí que había perdido el brillo en sus ojos, aunque no lo estuviera viendo fijamente. ¿había cometido algún error?
— ¿Te me estabas declarando? — Pregunte directamente al separar nuestro abrazo, no quería que hubiera confusiones entre nosotros dos.
— No, ¿estás loca? quien quisiera tenerte como novia — Susurro burlonamente mientras le pegue un puño en el brazo derecho — Eres como una hermana para mí — Dijo antes de brindarme una sonrisa paternal.
Seguimos en la muralla un rato los tres; ya que Kathe se nos acercó y le presente a las personas que conocía de allí. Después, dejamos a Kathe en su casa no sin antes recibir un “J'adore les vers” que significaba los adoro, gusanos. Íbamos de camino a nuestro hogar, cuando decidimos parar primero en el parque comunitario que quedaba cerca para respirar y comer un helado, si es que estaba abierto todavía porque era bastante tarde.
No logramos comer helado así que decidimos salir al siguiente día al parque de nuevo por nuestra revancha, él amaba el helado de chocolate y en mi caso amaba el de frutos rojos. Cuando fuimos al otro día a por el helado, decidimos sentarnos sobre nuestra banca especial. ¿por qué es especial? porque hace unos años habías marcado con piedras nuestros nombres ahí. Nos encontrábamos felices comiendo, hasta que mi semblante cambio al dirigir mi mirada hacia el columpio porque se encontraba una niña pequeña de ojos cafés, con cabello mono pero lo que llamó mi atención fue su niñero; ya que era un joven alto, cabello n***o y ojos color miel idéntico a Andrés, mi niñero violador.
Sentí miedo por esa niña que tal vez estaba viviendo lo que yo viví una vez, no sabía cómo reaccionar o estaba imaginando las cosas y confundiendo a las personas. Pero esa confusión se aclaró cuando el joven decidió voltearse y pude verlo directamente de frente, definitivamente era mi niñero cuando tenía 8 años donde solo recordé los momentos desagradables al lado de él y como se aprovechaba de mi inocencia para tocarme. No sé si fue impresión mía, pero sentí que Andrés se estaba acercando a nosotros así que decidí mover a Tomas del brazo para irnos rápidamente hacia la moto y al apartamento, no quería estar acá.
— Me encanta verte como una niña chiquita — Susurro sonriéndome, antes de que lo moviera.
— ¿Qué pasó? Casi me haces botar mi helado — Preguntó señalándome su helado casi terminado.
— Muévete, ya te cuento — Dije antes de colocarme de pie de nuestro asiento.
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— ¿Si viste ese chico de cabello café que cuidaba a la niña pequeña del columpio? — Pregunte con nervios observando lado a lado, mientras mi helado se derretía ya que se me había perdido el apetito.
— ¿Si, que pasa con él?... ¿Te gustó y te dio miedo? — Dijo sarcásticamente mientras me brindaba una sonrisa burlona.
— Fue mi niñero — Respondí seriamente, mientras solté mi helado y cayó al piso ¡que desperdicio!
— ¿Y? — Pregunto encogiendo los hombros; ya que no había entendido a la primera a lo que me refería. Hasta que pasaron unos minutos mientras lo miraba fijamente.
— ¿El que te violó? — Pregunto sorprendido, dejando caer su helado también.
— Ey, casi me untas — Susurré con una sonrisa la cual se desvaneció al recordar la pregunta — Si, ese mismo — Confesé con lágrimas que estaban empezando a caer de mis ojos.
— ¡Lo voy a matar! — Respondió con rabia en sus ojos, mientras apretaba el puño de su brazo derecho.
Intentó dirigirse de nuevo al parque para enfrentar a Andrés, lo cual evita a toda costa mientras intentaba relajarlo, pero era imposible, así que tuve que tomar medidas drásticas. Lo bese, decidí besarlo enfrente de todos para que se relajara, se quedara quieto y se concentrará solo en nosotros dos… donde ese beso fue espectacular, sentía una conexión muy fuerte con él la cual no podía dejar que se arruinara por nada del mundo. Logré calmarlo, decidimos montar en la moto e irnos hacia el aparta estudio donde cada uno entró sin decir ni una sola palabra más dirigiéndose hacia su habitación para dormir o al menos eso intentaba hasta el otro día.
Al día siguiente, me desperté, me arreglé y me vestí tipo rapera ya que era mi música favorita. Tomas me dejó en el instituto donde tuve Artes en compañía de Kathe, ella amaba esa clase, aunque no supiera dibujar. A la vez, nos encontramos a Juan un chico que conocí hace poco gracias a Kathe que era de estatura bajita, cabello rojizo y ojos azules. Nos sorprendimos al entrar al salón de clases debido a que estaba decorado de forma romántica con frases y flores, pero me sorprendí más cuando vi a Juan acercarse a mí directamente con un ramo de flores.
— Sé que llevamos poco de amistad, pero quería decirte que me gustas mucho... ¿Quieres ser mi novia? — Pregunto arrodillado con un ramo de flores, mientras todo el mundo se quedaba mirándonos. Sentía pena y quería irme del lugar, nunca me había gustado ser el centro de atención.
— Dale — Dije sin pensarlo mientras le brindaba una sonrisa, ojalá no me estuviera arrepintiendo de la decisión tomada.
Todo el mundo empezó a aplaudir y Juan se acercó a besarme donde le correspondía, me di cuenta que nos habían tomado fotos lo cual no me gustaba, porque no quería que llegara a oídos de Tomas antes de hablar con él, porque teníamos un pacto entre los dos.
POV’S Tomas:
Siendo sincero por Lucero tenía más sentimientos que una simple amistad, ella era el amor de mi vida solo que tenía miedo que por mis sentimientos se dañara nuestra amistad o que decidiera alejarse de mí. Por eso mismo, decidí desaprovechar la oportunidad que tenía en la muralla para declararme, porque ella había logrado sospechar con mi dibujo ¿porque un dragón? porque ella simbolizaba eso para mí, ella había sido como un dragón que con su calor viene a iluminar mi vida entera, encender el fuego de este corazón y darle un sentido especial a mi vida.