Cap. 5

1534 Words
Decidí apenas finalice clases ir donde Tomas para explicarle sobre la situación, pero creo que fue tarde, porque había llegado y me había ignorado totalmente. Suponía lo peor, pero lo mejor era hablar directamente con él así que decidí acercarme y preguntarle que tenía con nervios, porque ya bastaba con todo el bullyng que vivía en el colegio, con la repentina aparición de mi dichosa madre, con la ausencia de mi abuela desde que decidí irme de su hogar como para sumar una razón más para detestar esta vida que tenía, sentía que desde que mi padre se había ido, me había abandonado totalmente. — ¿Por qué aceptaste ser novia de él, si no lo conoces? — preguntó mirándome por fin, después de ignorarme.  — Porque merezco ser querida Tomas, no cambiarán las cosas entre los dos si eso es lo que te preocupa — Respondí dejando mi maleta a un lado — Además, ¿quién te conto? — No me interesa eso Lucero, ¡es que tú no entiendes! — Grito exaltado golpeando la mesa — no importa quién me contó, importa es que es verdad. — ¿Qué no entiendo, según tú? — Pregunté segura mirándolo a los ojos sentándome en el sofá.   — Nada, olvídalo mejor — Respondió mirando hacia su plato y sin dirigirme la palabra, me sentí mal así que decidí irme hacia mi habitación porque sabía que necesitaba su tiempo. Pasaron unas semanas más y ya Tomas estaba menos distante conmigo hasta que llegó el viernes para salir con Juan. — Quiero llevarte a mi casa a conocer a mis padres — Me dijo sonriéndome dentro del carro. — ¿A tus padres?... No es muy apresurado — Pregunte con nervios ¿Les caería bien? — Claro que no... ¿Cuándo conoceré a los tuyos? — preguntó mirando hacia el frente. — Mi padre murió hace años y mi madre no está conmigo (intentamos hacer las paces las dos, pero la verdad me costaba mucho así que decidió darme mi tiempo hasta que me sintiera segura) — Respondí con la sonrisa caída, mientras entraba al carro.  — Lo siento... — Respondió sinceramente, dirigiéndose hacia su puesto del carro.  — Tranquilo — Respondí acabando la conversación.  Llegamos a la casa de Juan era una casa bastante grande, sus paredes eran blancas blanca y con puertas y ventanas cafés al llegar me abrió la puerta y me invitó a pasar. Estuvimos un tiempo sentados viendo tele mientras esperábamos a los padres, pero no aparecían así que cuando observé por la ventana que era de noche, decidí irme.  — Me iré, tus padres no llegaron — Respondí mientras me colocaba de pie, colocando mi maleta en mi espalda.  — No te vayas, quédate conmigo — Respondió rogándome ¿que planeaba? ¿por qué tanta intensidad en que conociera a sus padres? — Mejor otro día los conozco, adiós... — Respondí dándole un beso de despedida en sus labios, el cual me esquivó. — No puedes irte, he aguantado mucho tiempo — Comentó colocándose de pie, mientras me agarraba de los brazos de forma suave.  — ¿A qué te refieres? — Pregunté dudosa a lo que fuera a responder, intentando soltarme de su agarre.  — Quiero sexo contigo... — Respondió seriamente mirándome a los ojos; mientras cada vez hacía mayor fuerza en su agarre ocasionando que emitiera un grito de dolor porque me estaba lastimando.  — No — Respondí seriamente, aunque por dentro estaba asustada tenía miedo de lo peor.   — ¿No? — Preguntó con rabia, mientras me apretaba cada vez más duro.  — No, suéltame me estas lastimando — Respondí sinceramente mirándolo a los ojos, mientras ahogaba un grito de dolor.   — Pues tú decides — Pregunto retándome, mientras me soltaba tirándome sobre el sofá.  — ¿Decidir qué? — Pregunte sin entender, buscando alrededor algún objeto que pudiera servirme para defenderme.   — ¿Me lo das por las buenas o por las malas? — Respondía mientras se me acercaba poco a poco, donde logré darle una cachetada, pero empeoro la situación porque me arrincono en el sofá mientras me besaba bruscamente, tocándome en mis muslos desnudos debido a que llevaba falda. Intenté separarme de su agarre, pero era imposible, tenía mucha más fuerza causando miedo porque no quería volver a vivir una situación de violación. Así que, no sé de dónde saque fuerzas, pero logre separarlo tirándolo a un lado mientras me colocaba de pie, cogí el jarrón de cerámica que se encontraba en la mesita de la sala y se la tire por encima de la cabeza, ocasionando que cayera como un bulto al suelo. ¿Lo habría matado? tenía mucho miedo, así que solo le grité que era una bestia, no podía ser un asqueroso como los demás. Solo quería intentarlo, pero sentí como reacciono mientras se tocaba su frente mientras sangraba ¿me iba o llamaba a una ambulancia? reaccione a tiempo para irme, porque casi logra cogerme nuevamente de mi tobillo, ocasionando que me cayera, pero logre patearlo y salir corriendo de su casa. Si se moría, sería culpa de él por asqueroso, corrí y corrí y no sabía a donde ir porque Tomas estaba molesto conmigo, así que decidí irme hacia un bar donde podía desahogar mis penas sin importar nada ni nadie, porque a la final todos los que estábamos en ese lugar nos encontrábamos en la misma situación o peor.  Al entrar me senté en la barra y pedí una botella de whisky. Me sentía realmente ofendida ¿porque tenían que verme como un objeto? Cuando termine más de la mitad de la botella me sentía bastante mal todavía cociente, pero mareada así que le pague al mesero y me fui para mi casa aprovechando que no quedaba tan lejos de la del asqueroso de Juan, solo debía volver a pasar por el parque donde había visto a mi niñero de infancia por última vez.  Cuando iba a la mitad del parque en medio de esta noche oscura, fría y tenebrosa sentía los efectos del alcohol hacer efecto en mi ocasionando unas ganas de vomitar que no pude resistir; así que me acerque a una banca y termine vomitando ahí para descansar un momento y seguir mi camino. Pero, sentí una sombra en frente mío la cual voltee a ver, pero estaba borrosa solo sentí como coloco un pañuelo con una sustancia en mi nariz, donde intente moverme, pero al momento de inhalarlo perdí el conocimiento quedando a toda su disposición.  Al siguiente día, me desperté con dolor de cabeza, no entendía dónde estaba; ya que esta no era mi habitación ni la de Tomas. Así que quise colocarme de pie para irme, pero no pude hacerlo porque estaba mi mano izquierda encadenada en la cama y no tenía ropa, me encontraba en ropa interior ¿acaso habían abusado de mí? sentí miedo, tenía muchas ganas de llorar y no entendía dónde estaba ¡ayúdeme! solo grité en medio de mi desesperación.  POV’S Tomas: Juan decidió llevarse a Lucero en su carro a lo cual ella aceptó, me dio mucha rabia él no la quería de verdad; porque yo sabía que él solo había hecho una apuesta por ella y yo de bobo no le había todavía contado nada. No lo había hecho porque ella me cuestionaría al decirme que solo inventaba por celos, porque creía que yo sentía celos de que me había cambiado por otro cuando no era así.  Decidí irme en la moto hacia donde los murales inspirarme, estuve allá un buen rato hasta la noche. Después, me fui hacia el apartamento para decirle a Lucero toda la verdad sobre la apuesta así me mandara a la mierda, pero para mi sorpresa no estaba, la espere y la espere, pero no llegaba termine dormido en la sala de tanto esperarla. Al llegar al otro día fui a su habitación y no la vi... ¿qué rayos se había hecho? En ese momento pensé en la apuesta y pensé que se había cumplido hasta que llegué al instituto y vi a Juan, estaba todo rojo de los cachetes. Me acerque a preguntarle por Lucero — No sé nada de esa perra — Respondió con asco, mientras se frotaba la mejilla.   — ¿Qué hiciste con ella? — Pregunté con rabia, temía lo peor para ella siendo tan inocente y linda. — ¿Acaso no te dio lo que quieres y por eso estás así? — Pregunté burlonamente mientras los demás nos rodeaban para saber del chisme.   — ¿Tú qué sabes? — Respondió serio mientras cruzaba sus brazos con superioridad. — Todo, lo de la apuesta los 150 dólares— Respondí victorioso, ocasionando que abriera la boca de la impresión, aunque no estudiara aquí igual tenía mis contactos para enterarme de todo, más si se trataba de Lucero.  — No sé nada de esa Perra. Después de descubrir mis intenciones se fue de mi casa y de ahí no supe nada de ella — Respondió yéndose con sus amigos, dejándome plantado sin saber que hacer porque sentí sinceridad en sus palabras; entonces surgió la duda si no estaba con él ni conmigo, ¿dónde carajos estaban?
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