Un poco más de mi historia (Señor Roberts) Sheila estuvo todo el tiempo apoyando cada una de mis ideas por más irreales que parecieran. Me enamoré de esa mujer con locura, se graduó de maestra y trabajaba en una pequeña escuela un poco alejada de la ciudad. Así que el primer regalo que le hice fue un automóvil. Su familia ya estaba preocupada porque teníamos mucho tiempo saliendo y aún no nos comprometíamos formalmente. No era por gusto, sino porque ella decía que no estaba segura de dar aquel paso. Siempre hubo respeto y comprensión para ella. Mi enamoramiento permitía todas las condiciones que ella impusiera. El día que le regalé el auto y se lo llevé hasta su casa no quería aceptarlo, fue por su padre que la instó a hacerlo —¡Después de todo, ustedes son adultos y saben lo que hac