Heisel
Despierto por el sonido de unos pasos, espero que la persona que venga me traiga comida porque desde una noche antes de venir no pruebo bocado. La muerta rechina y da paso a una mujer no muy bajita, con cabello blanco, un poco re gordita y con una sonrisa de oreja a oreja.
- Hola princesa, lamento demorar, el joven Ethan no me dejo venir hasta hoy, seguro tienes mucha hambre - dijo extendiéndome una bandeja con comida casera.
- Muchas gracias, umm...- dije esperando que me diga si nombre.
- Oh, lo olvidaba, soy Esmeralda pero tú mi niña puedes decirme nana, sabes tengo una nieta de tu edad, su nombre es Cristal y algún día te la presentaré - dijo alegre
- Con mucho gusto conoceré a Cristal, nana. - dije con una sonrisa mientras comía, esta mujer me hace sentir segura, como si hablara con mi abuela.
- Deseas que me quede contigo hasta que termines o me retiro? - dijo mirándome con dulzura
- Por favor quedaré nana, ya estuve mucho tiempo sola aquí y me da miedo - mencioné triste
Ella me muros con tristeza y preocupación, para luego dar un fuerte suspiro.
- Algún día el entenderá que está haciendo mal y espero que ese día llegue pronto- dijo nada mirándome
Termine de comer y nana se quedó un rato más hablando conmigo, nos reímos mucho hasta que se tuvo que ir, prometió venir mañana para seguir conversando y dijo que me traería un reloj, un libro y una manta, ya que no me puede traer cosas grandes como una cama.
Me alegro saber que en este castillo hay personas buenas, que les importan los demás y no todos son como el Rey. Hablando de él, no lo he visto desde que me trajo y me gustaría no volver a verlo aunque sé que es prácticamente imposible ya que es mi mate y tiene que estar cerca mío para ser más fuerte de lo que es.
Así pasó una semana hablando con nana, viendo la hora, leyendo y separando mi comida, se preguntarán, por qué separas comida? Pues bueno al día siguiente de la primera vez que vi a nana, me dijo que el Rey le había ordenado que solo me dé una comida al día y debo separar mi comida para no tener mucha hambre según recomendaciones de nana, el Rey había mandado un tamaño de porción para mí y era muy escasa (dos cucharadas de arroz, dos de guiso y un huevo de codorniz, también dijo que podían darme pan) ya que no especificó una noche nana me trajo una bolsa completa de pan para que yo lo administre.
En esta semana no he visto al Rey en ninguna oportunidad, pero se que eso no seguirá así ya que necesita estar fuerte, apenas termine de pensar eso escucho pasos, rápidamente veo la hora y me doy cuenta que ya pasó la hora en la que nana viene a llevarse los platos, así que escondo detrás del retrete la bolsa de panes, los libros y el reloj, rápidamente vuelvo a la esquina de siempre y espero a que abran la puerta, la puerta es abierta y se hace presente una figura robusta, fuerte y muy alta, el Rey Alpha.
Ethan
Entro a su habitación ya que mi lobo y yo estamos desesperados por verla porque a pesar de todo es nuestra mate, la veo en un rincón, cierro la puerta con seguro y me acerco peligrosamente a ella, mi lobo gruñe por la cercanía y su olor se hace presente.
- Té gusto la ración de comida? - pregunto burlándome ya que mande a que le den una ración de comida ridículamente escasa para un humano.
- Si, muchas gracias Rey - dijo en el mismo tono, lo cual me hizo gruñir, se está burlando
- Pues como te gusto, ya no comerás hasta que yo lo diga, estoy para hacerte miserable, no para satisfacer tus gustos - sonreí cuando su cara se desencajó y me miró incrédula.
- Pues hágalo, Mi Rey, da igual, déjeme morir, usted se hará débil y matarán a toda su manada junto con usted - dijo con soberbia, no me contuve y mi puño se estrelló en su cara, haciendo que al mismo tiempo golpeara su cabeza contra la pared
Nunca en toda mi existencia alguien se había atrevido a hablarme de esa manera, quería molerla a golpes, pero traté de no hacerlo, me dirigía al baño a lavarme la cara, esta niña me hace perder la compostura, suspiro y me siento en el suelo, pongo mi cabeza entre mis rodillas para calmarme y calmar a mi lobo que quiere hacerle muchas cosas que ella no soportará por el simple hecho de ser humana. Saco mi cabeza de entre mis rodillas ya un poco más calmado y veo detrás del retrete algo asomándose, voy y veo una gran bolsa de pan, un libro de mi biblioteca y un reloj.
- Dame el control y le enseñaré a no volver a usar cosas sin nuestro permiso, haré que obedezca de una vez por todas- rugió mucho lobo
- No puedes matarla Damián, la necesitamos para ser fuertes- dijo con mucho enojo
- No lo haré, solo le daré una lección que Jamás olvidara- dijo con un tono sombrío
Sin yo decir nada más Damián tomo el control total del cuerpo y yo solo me quede como una voz en la cabeza de Damián, viendo todo n***o.
Qué le pasará a Heisel?
Bueno bebes este es un capítulo largo, gracias por leer. Cuídense mucho y muchos besitos ?