El sol brillaba sobre Aldoria mientras el rey Leónidas contemplaba la vastedad de sus tierras desde lo alto de la fortaleza.
Sintiendo la necesidad de compartir un momento con su hermano, César, Leónidas lo invitó a una emocionante jornada de cacería.
Con tristeza, Leónidas expresó su deseo de pasar tiempo con su hermano, porque cada día se veía más agotado, se resistía a que la muerte le ganará está batalla, pero no había otra opción más que la resignación, quería pasar momentos agradables y recordar los mejores tiempos mientras perseguían a alguna presa a través de los bosques.
Siempre listos para enfrentar cualquier desafío que la naturaleza les presentara.
La invitación resonó con la camaradería que solo los hermanos de sangre comparten y juntos se embarcaron en una jornada que for
