Elena se deslizó sigilosamente por la habitación del conde, su corazón latía con nerviosismo.
Entre las sombras, exploró con cautela entre las pertenencias personales de Sebastián, con la esperanza de encontrar algún documento revelador.
Entre susurros apagados, revisó meticulosamente cada cajón y carpeta en busca de pistas que pudieran revelar algún secreto oculto del conde.
El tenue resplandor de una vela iluminó su rostro concentrado mientras descubría entre los papeles una carta sellada con un emblema desconocido.
Con manos temblorosas, Elena abrió el sobre y comenzó a leer, descubriendo información que sugería una red de intrigas que envolvía al conde en asuntos mucho más oscuros de lo que ella había imaginado.
La tensión en el aire se volvió palpable mientras Elena asimilaba
