Después de que la subasta llegara a su fin y todos los compradores se retiraran con sus adquisiciones, Sir Luciano se acercó a la pareja de príncipes.
Con una sonrisa amable, se presentó como un fiel admirador del rey Leónidas y el reino de Aldoria.
Su presencia imponente y su voz resonante captaron la atención de los príncipes, quienes escucharon con interés mientras Sir Luciano elogiaba la grandeza de Aldoria y la sabiduría del monarca.
Su conversación, impregnada de cortesía y respeto, dejó una impresión duradera en la pareja de príncipes, quienes se sintieron honrados por la atención del distinguido caballero.
Sir Luciano motivado a demostrar su caballerosidad le acercó un pequeño cofre a Eleonora quien se abstenía de recibirlo:
—Sir Luciano, ¿qué es esto que me ofreces?
—Mi qu
