En el reino de Aldoria, reinaba una paz que parecía haberse instalado en cada rincón. El rey, antes propenso a disputas constantes con Eleonora, ahora se encontraba en un estado de dicha que nunca antes había experimentado. Había logrado poner orden en la vida de la joven caprichosa y ahora disfrutaba de la armonía que reinaba en su castillo gracias a ello. Por su parte la reina Seraphina se encontraba en un estado de aburrimiento sin igual desde que Eleonora había desaparecido de su vida. Acostumbrada a perseguirla y hacerle reclamos desde la mañana hasta la noche, la ausencia de la joven activa dejaba un vacío en su rutina diaria. Seraphina siempre había intentado supervisar a Eleonora para evitar que se metiera en problemas, pero ahora se encontraba perdida, sin saber en qué ocu