********Sorpresa conyugal. Sería un día como cualquier otro, iba a estar en la celda dibujando o escuchando música, hoy era mi día libre en la cocina. No esperaba ni en mi imaginación que alguien se acercara a visitarme. Y así pasarían cada uno de mis días encerrada en este lugar. Pero la sorpresa cuando me dijeron que tenía una visita no fue pequeña. De todas formas el único que podría visitarme era alguien enviado por Diego Fernando para asegurarse de que no hablará. Le atendería rápido y estaría lista para jugar un partido de voleibol con las compañeras de celda a las once de la mañana. El equipo que perdiera no tendría postre para el almuerzo. Habían muchas que nunca habían recibido una visita y yo ya me consideraba de su grupo. Los primeros días fue difícil, la mayoría de vieja