Fantasías

1569 Words
Domingo 5.15am Número desconocido: pequeña diablilla… Así la recibió el día, porque fue lo primero que hizo al tomar consciencia después del sueño nocturno. Leer en su celular la notificación con ese corto mensaje, tan solo un par de palabras, que encerraban más de lo que ella misma intuía. ¿Qué debía responder a eso? Y como no se le ocurrió una réplica, pasó el día de descanso con las actividades ya establecidas. Aun cuando estaba inquieta y ansiosa, intentaba no prestarle atención a su celular, que cuando vibraba por los mensajes que le enviaban, ya fuera Nancy o cualquier otro amigo, no podía dejar de sentir esa desesperación por no recibir otro mensaje, de otro remitente que le diera una idea del paso a seguir. El aparto que era objeto de sus contradictorios sentimientos, estaba atrapado en el bolsillo de su pantalón, por un par de horas lo había olvidado, porque la había dejado en paz desde la mitad de la tarde, permitiéndole disfrutar de los juegos con Daniel. Justo a la hora de la cena, vibró en su muslo. Su corazón comenzó a latir con ansiedad de nuevo, con la pregunta latente en su cerebro: ¿era el desconocido? Terminó lo más rápido que pudo de comer, y se excusó para abandonar el comedor antes que todos, porque según estaba cansada. Subió con agilidad las escaleras, cambió su ropa, lavó sus dientes, apagó las luces y se metió en la cama. Presionó un botón para que la pantalla fuera iluminada, corroborando que era el tan ansiado remitente. Y de nuevo, una notificación de dos palabras. 7.30pm Número desconocido: estás lista? No lo sabía, se hizo la misma pregunta: ¿estaba lista? Con exactitud, ¿lista para qué? 8.02pm Aranza: Sí 8.15pm Número desconocido: Yo primero. Fantaseó con deslizar mi dedo en tu labio inferior Descubrir si es tan suave como luce. A diferencia de él, ella no estaba segura de quién era la persona que le estaba escribiendo; aunque sospechaba que era Benji, no quería que quedara esclarecida su identidad. Repasó los sucesos del viernes con rapidez, era un juego. Un juego en el que las reglas las irían estableciendo conforme fueran avanzando. Un juego en el que no sabía si existiría un ganador, y si fuera el caso, tenía que ser ella. 8.17pm Aranza: Puedo deslizarlo por ti y describirte lo que siento. 8.17pm Número desconocido: Harías cualquier cosa con la que fantaseó? 8.18pm Aranza: Puedo intentarlo 8.18pm Número desconocido: oh pequeña. Intentémoslo. Humedece tus labios, y pasa tu dedo medio por el de abajo, lento. Cómo se siente? Obedeció. Siguió las simples instrucciones y le respondió a su pregunta con la verdad. Omitiendo el cosquillo que le recorrió el cuerpo, una extraña e intensa sensación entre las piernas, que le exigían algo de lo que no tenía conocimiento. 8.20pm Aranza: Húmedo Se desliza con facilidad. Sí, se siente suave 8.20pm Número desconocido: te has tocado el cuerpo alguna vez? Lo pensó por un momento. Solo estaba desnuda cuando se bañaba, y siempre dedicaba un breve momento para pasar sus manos por su cuerpo, para explorarse. 8.21pm Aranza: Sí 8.21pm Número desconocido: Hazlo en éste momento, por favor Frunció el ceño, porque no le pareció que la acción fuera a terminar en algo sobresaliente, especialmente porque lo experimentaba a diario. Humedeció sus labios de nuevo, pasó el dedo por su labio inferior, provocando que su cuerpo respondiera como lo había hecho con anterioridad, y terminó por obedecer al extraño. Cada uno de sus dedos se colocó sobre su piel, rozándose, formando un camino que comenzó en la comisura de sus labios, siguiendo por su cuello expuesto, por uno de sus pechos cubiertos por la tela, con lentitud. Cerró su mano en un puño exactamente sobre su estómago, con estupor ante las inesperadas sensaciones. 8.26pm Número desconocido: pequeña, no te olvides de mí. Dime, ¿qué hiciste? La vibración del celular la sacó de sus pensamientos. 8.26pm Aranza: toqué mis pechos 8.27pm Número desconocido: pequeña necesito más descripción. Estás desnuda, cierto? 8.27pm Aranza: Sí Mintió, dio un salto para ponerse de pie, se asomó por el pasillo y aun escuchaba voces en el comedor. Tomó la decisión rápido, entrecerró la puerta de nuevo y corrió hacia el baño, donde se desprendió de toda su ropa con rapidez. 8.27pm Número desconocido: solo lo acariciaste? Lo apretaste? Tu pezón está duro? Qué sentiste? 8.29pm Número desconocido: pequeña atiéndeme Se dio cuenta que el agua era una distracción para la sensibilidad de su cuerpo, tocarse de manera consciente, enfocada, la hizo experimentar una sensación nueva en su cuerpo, placentera. Deslizó con suavidad la yema de sus dedos por sus pequeños senos, desde el nacimiento de ellos, haciendo una espiral, para terminar en el pezón, que se encontraba erguido. Expulsó el aire de sus pulmones en un jadeo. 8.30pm Aranza: los rocé con mis dedos y sí, mi pezón está duro. Se sintió bien 8.31pm Número desconocido: pequeña tócate tú coñito. Estás húmeda? Titubeó por un momento, porque todas las sensaciones terminaban con intensidad ahí; pero, terminó por hacerlo. Lo estaba, un líquido un tanto viscoso estaba saliendo de su cuerpo. 8.32pm Aranza: lo estoy 8.32pm Número desconocido: eso es una buena señal. Te estás tocando correctamente. Tienes un espejo a la mano? 8.33pm Aranza: Sí 8.33pm Número desconocido: colócalo entre tus piernas, qué ves? 8.33pm Aranza: pues mi coñito Dio una pequeña risa sarcástica. 8.34pm Número desconocido: me vas a hacer suplicarte, cierto? Por favor dime, es rosado? Pasó salvia, que le pareció haber tragado bolo alimenticio mal masticado. La pregunta la puso nerviosa. Sintió que Benji iba un paso adelante, y por lo que llevaba de la conversación, fue lógico para ella que él ya había tenido sexo. Tomó una gran bocanada de aire y respondió. 8.34pm Aranza: Sí 8.34pm Número desconocido: ya te creció el vello ahí? 8.35pm Aranza: Un poco 8.35pm Número desconocido: pequeña, me fascinaría tocar tú botoncito Ese que te hará gemir de placer Aranza puso sus dedos sobre ella, buscando en su intimidad a lo que el intento de casanova estaba haciendo referencia, y lo encontró: el clítoris. Ese que había visto tantas veces en imágenes, cuando estudiaba la anotomía, después de lo que vivió con Matt. 8.36pm Número desconocido: pero por el momento tendrás que hacerlo tú. Pequeña, aun sigues húmeda? 8.36pm Aranza: Sí 8.37pm Número desconocido: tócate pequeña, pon atención a tu cuerpo. Dime, cómo se siente? -¿Te encuentras bien Aranza? –La voz de Soraya, que escuchó al mismo tiempo que el ligero golpeteó sobre la puerta, la hizo saltar del susto. -Sí mamá –Soltó el celular, para vestirse con rapidez y salir a la brevedad. -Vine para darte las buenas noches, pero tardaste demasiado en el baño, creí que te sentías mal –Le explicó con una expresión de preocupación. -Lo siento… -Las palabras ya no le salieron. -¿Estás segura que estás bien? –La volvió a interrogar, porque la notaba extraña, ni siquiera ella misma podía determinar lo que significaba la expresión en el rostro de su hija, o su actitud. -Sí, estoy bien –Intentó relajarse, para convencerla. Soraya entrecerró los ojos, dio una breve mirada escrutadora en la habitación, pero no notó nada fuera de lo normal; que no fuera la actitud de Aranza. -Está bien –Se acercó a ella, la besó sobre el cabello –Anda, métete a la cama –Solo pudo obedecerla. Vio cómo pasó la sábana sobre ella, se dirigió al baño para apagar la luz, porque con las prisas ella no lo hizo –Hasta mañana – -Hasta mañana mamá –Apagó la luz de su habitación y entrecerró la puerta. Dio un suspiro de alivio -¡Demonios! –Apenas si fue audible su manifestación verbal de molestia. Había dejado el celular en el baño y ahora tendría que buscarlo en medio de la obscuridad y a tientas. Se levantó con cautela, caminó hacia el baño prácticamente a ciegas, y después de perder casi un minuto, con el movimientos disparatado de brazos, palpó la puerta. Se metió al baño y cerró la puerta con mucha lentitud, para evitar que se escuchara cualquier sonido; encendió la luz, y ubicó su celular con rapidez. Con la misma velocidad lo agarró, apagó la luz, y se dispuso a regresar a su cama usando la misma cautela con la que había llegado. Se pasó la sábana por completo, presionó el botón que iluminaba la pantalla, la que le avisaba de dos notificaciones, pero antes de dirigirse a la aplicación, bajó la intensidad de la luz del aparato. Y fue hasta entonces que lo leyó. 8.43pm Número desconocido: Espero por ti pequeña, escríbeme. 8.48pm Número desconocido: No me dejes así. Me tienes tan duro imaginándote Prácticamente acababa de enviar el último mensaje. Deslizó su mano por entre la ropa y su piel, para descubrir que seguía húmeda. Pero el extraño le había encargado una tarea. Como lo hacía cuando se bañaba, comenzó a explorarse, sus dedos se movían en diferentes direcciones e intensidades sobre su clítoris, y lo que buscó con tanto ahínco, llegó: placer. 9.00pm Aranza: Me perdí en el momento. Se sintió excesivamente bien. Tanto que más líquido salió, hasta mojar mis bragas. Mi mamá me interrumpió, ya no puedo escribir Lo siento. Apagó el celular, sumergiéndose en la satisfacción que había alcanzado, no solo física, también mental.
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