—Es mi hermano. —Oh… pues dile que lamento si hice un show en su bar, no recuerdo ni como llegué a casa. —¿En serio? —me sorprendo. —Si, quisiera decir que lo recuerdo para no caer en vergüenza, ¿Pero a quien quiero engañar? Ya caí en vergüenza desde que me enteré que mi esposo me engañaba. —¿Qué? No puedo creerlo y ella sigue bebiendo. —Así es, recurrí a la bebida, quería borrar hasta mi nombre del dolor que sentía. —Lo lamento mucho —ahora me siento aún peor. Tuvimos sexo con ella ebria y ni siquiera se acuerda de nada, la juzgué mal, entonces todo lo que me dijo aquel día era cierto, solo que no me dijo que su engaño era tan reciente porque están casados. —Ni siquiera sé porque te lo digo, ni que me hiciera sentir mejor. —Tal vez necesitabas liberarte un poco —supong