Sororidad mis ovarios, ella es la que tenía que pensar en ellos, se metió en mi relación y él imbécil de Blake se dejó llevar. Muy bien, ahora que lo tiene bien claro, ¿Cómo jodo a Blake antes del divorcio?
—Bebé, ¿Estás aquí? —toca la puerta.
Me seco las lágrimas, que a pesar que mi voz sonaba con rudeza, nadie iba a verme destrozada.
—Si, ¿Trajiste la comida?
—Si bebé, y quiero decirte que me tengo que ir.
—¿Tan pronto?
—Si…
Seguro la otra le envío un mensaje para darme a demostrar que Blake es suyo, no me importa querida, el que se lo queda pierde, porque un hombre de verdad es leal y cuando se quede con él, lo más probable es que le haga lo mismo que me hizo a mi, porque si no me valoro como tanto dice que me ama, no creo que lo haga con al que me engañó y de ser así, no me importa, solo importo yo.
—Ok.
Salgo del baño cuando estoy lista y comienzo a vestirme rápidamente que ni me puse bragas o sostén, no lo necesitaba igual, si seguía a su lado iba a arruinar todo de tanta ira que tengo.
—¿Qué haces?
—Me voy a casa.
—¿Estás molesta?
—No.
—¿Eso es una trampa? Porque dices que no, pero suenas molestas.
—Piensa y haz lo que quieras Blake.
—Oh oh, si te molesta que me vaya.
—¿Cómo quieres que esté Blake? —lo miré seria—. ¿Cuál fue el tema del que hablamos?
—Preciosa, pero te pedí resolverlo.
—¿No y que lo resolverías después de celebrar nuestro aniversario?
—Tendremos el fin de semana en Cancún para eso.
—¿Vas a seguir cambiando nuestras fechas de celebración?
—¿Qué te pasa Kath? Hace un momento estabas de acuerdo.
—Hace un momento no tenías pensado dejarme para ir a trabajar Blake.
—Pero Kath…
—Ya decidiste Blake, ve a casarte con tu trabajo.
Termino de arreglarme, y camino a la salida, escucho sus pasos siguiéndome.
—Kath, ¿De verdad vas a dejarme?
—¿Y creíste que estaba bromeando?
—No, pero bebé… estabas de acuerdo, seguramente estás molesta por otra cosa y se te acumuló la ira con esto.
—Ve a trabajar Blake, eso es más importante que tener una familia conmigo.
Llamo el ascensor y este se abre enseguida, me adentro y Blake coloca la mano para que se detenga.
—Podemos resolverlo Kath, solo será hoy y el resto de nuestras vidas será diferente, lo prometo.
—Quita la mano Blake, necesito bajar.
—Por favor Kath —suplica.
—Hablaremos mejor cuando vengas, ¿No tienes que irte ya? —dije sin mirarlo.
Lo escuche suspirar y permite que el ascensor se cierre, presiono el botón de planta baja y me destrozó nuevamente, comienzo a llorar, tengo tanto dolor.
Diez años a la basura así como así, lo que se construyó por tanto tiempo y en unos segundos nos volvemos extraños, veo el anillo en mi mano y me lo quito, ambos de hecho, los guardo, no quiero verlo, eso solo refleja un falso amor. Cuando llega a planta baja, se abre el ascensor y había personas frente a mí que seguramente iban a entrar.
Agache mi rostro, no quería que nadie me mirará, sin embargo, no dejaba de llorar, no sé cómo me aguante cuando tenía a Blake en frente.
—¿Nos podría calificar señorita? —dijo el botones y lo ignoré.
Le pido al valet mi auto y este lo busca enseguida.
—¿Estás bien? —escucho a alguien detrás de mí, pero no conozco a nadie aquí, por lo que seguramente no es conmigo.
Cuando llega mi auto y me entregan las llaves, me subo en él, ¿Me voy a mi apartamento? Por supuesto que no y menos voy a dormir en la cama donde él se estuvo chingando a la vieja esa, es un sin vergüenza falta de respeto, ¿Cómo pudo hacerme esto?
¿Qué haré? Iré a un bar, a beber, sola, porque mis amiga las dejé en Miami para apoyar a mi pinché esposo en su estúpido sueño.
Me estacionó cerca del bar y cierro el auto, aquí era donde iba Blake muy seguido, no debería frecuentar a los lugares a donde va, pero es que no tengo mucha vida social, solo salía con él y solo me conocía este.
Solo salgo para trabajar o para estar con mi esposo, de ahí en adelante tengo otra vida como la tienen él.
—Deme su mejor tequila —le pido al cantinero—. Uno que me haga olvidar hasta mi nombre.
—Enseguida. —da media sonrisa.
Encuentra la botella y me sirve en un shot, yo no bebía mucho, pero haría lo que sea en este momento para olvidarme de todo, no podía hacer otras cosas, porque me recordaría a él, a ese estúpido hijo de la chingada, bueno, mi ex suegra es buena, pero su hijo es una cagada.
Mientras bebía sin parar, que el joven me terminó dejando la botella, comenzaban a llegar llamadas y mensajes de Blake, preguntándome donde estoy porque fue al apartamento por algo de ropa y no me encontró.
¿Para que quiere ropa ese pendejo? Seguramente la supuesta ropa que se le rompía o se le dañaba, realmente la dejaba en casa de la otra y así de a poquito ya estaba mudando con ella, a menos que si se le dañaba y era porque ella se lo rompía en la cama.
POV’Aaron
—¿Estás bien? —le pregunté a la chica que había salido del ascensor.
La reconocía, era la misma del supermercado y parecía que estuvo llorando, cuando salió del ascensor, la seguí para saber cómo estaba, pero simplemente me ignoro, no sabía que se hospedaba en este mismo hotel.
Mmm no lo creo, o si no la hubiese visto desde que llegué, tal vez trabajaba aquí y la despidieron, como sea, le preguntaré a la señora Cliff, aunque ni me sé su nombre.
Me giro en el momento que ya no veo su auto y entro nuevamente al edificio aunque choco con alguien.
—Lo siento —me disculpo con educación.
—No, yo lo siento, no tuve una buena mañana… —levanta su mirada del teléfono—. Espera un momento… ¿Eres Aaron Halder? Uno de los mejores jugadores de Luisiana.
—Y tu supongo que era un gran fan. —le sonrió.
—Mi esposa y yo nunca nos perdemos tus partidos… por cierto, soy Blake Grant, agente deportivo —ofrece su mano.
—Es un placer —se la estrecho.
—El placer es mío de verdad, mi esposa no me lo va a creer.
—¿Es muy fan?
—Dice que eras muy guapo y no voy a discutirlo —alza sus manos en defensa—, pero yo llevo ventaja amigo, está casada conmigo, así que eso no me preocupa —me hace reír—, ¿Y que te ha traído por acá?
—Visito a mi hermano, se mudó a los ángeles.
—¿Y no te gustaría estar más cerca de él?