Capítulo 7

1315 Words
—Es en serio Blake, sé que no tienes un trabajo normal, pero quiero los fines de semanas para nosotros y que por lo menos llegues a dormir cada noche de cada día de la semana, en el día trabajas y llegas más tardar para la cena —reclamo y él suspira. —Me tienes tan loco que perderé este caso para a la vez ganar, porque no hay nada más delicioso que estar contigo mi preciosa. —deja la champagne a un lado y me toma de la cintura. —Detente ahí. —Lo separo un poco—. Todo estará perdonado cuando cumplas. —De acuerdo amor, pero dame este día para nosotros, ¿Si? Por lo de ayer, sé que nada será especial porque eres tan estrictas con esas fechas que si no lo hacemos ese día, entonces no es especial. —¿Es que para que tiene una fecha si no lo vamos a celebrar? —me encono de brazos. —Me encantas mujer. —Toma mi rostro y me planta besos en toda mi cara. —Blake, déjame… —No hasta convencerte… —susurra contra mis labios. Los junta con delicadeza y sigo su ritmo lento, dejó caer mi cartera al suelo para aferrar mis dedos a su cabello. Sabía cómo convencerme, el sexo era mi debilidad, bueno, la de ambas, porque cuando él se enojaba conmigo y lo hablábamos, el sexo era parte de nuestra reconciliación. —¿Puedo? —pregunta bajando un poco la mano. —Adelante —dije entre nuestros besos, quienes se volvieron salvajes. Blake me cargó mientras nos besábamos y caminó llevándome a alguna habitación. Me lanza en la cama y luego me mira con ese deseo que me domina. Maldigo mental por también mirarlo de la misma forma, ya que así logré ver a su herramienta reaccionando. —Cuando se trata de ti, nada me lo baja… —dijo muy seductor mordiéndose el labio. Yo le lanzó una sonrisa traviesa y tocó su paquete para detallarlo, eres el 10/10 Blake, mi boca estaba aguada de tan solo ver la marca en el pantalón de Blake. La temperatura recorría mi cuerpo, sintiendo la necesidad de descubrirlo ya, pero también quería esperarme, porque me excitaba cuando le pedía permiso Muevo mi cabeza hacia arriba y miro a mi esposo, quién tenia una mirada muy profunda de deseo, no dijo nada, pero sabía que estaba deseando que lo hiciera. Coloca su mano en mi mejilla y lleva su pulgar a mis labios, para acariciarlos un poco, levemente abro mi boca para sacar mi lengua y remojar su pulgar con ella. En ningún momento lo dejé de mirar, así que cuando de le humedecí la punta de su dedo, fue como si lo hiciera acabar, me encanta cuando gime en suspira o los gestos que hace, me pone muy perra en la cama. Lleva sus manos a mi cabeza y la sostiene, llevo mis manos a su cinturón y lo desabrocho, luego el botón y bajo el cierre, como el pantalón aún le colgaba en las caderas, lo tome junto con bóxer y tiré de ellos hacia abajo para liberar a mi querido amigo. Grande y grueso, la puntita le brillaba volviéndolo más delicioso, si yo no lo encantara, no estaría así. Beso la punta y mojo un poco con mi lengua, Blake toma su tronco y lo mueve para masturbarse al frente de mí, pero luego dejo que yo lo hiciera, con mi lengua, me acerqué a la corona y lamí como gatita, su líquido salado estaba rico. Poco después me lo metí a la boca saboreándolo y disfrutándolo, teniéndolo adentro de mi boca, hago un vaivén de mamadas que sabía que Blake le encantaba. Él me hala del cabello y eso significa que le gusta, conozco a mi esposo, sé lo que le gusta. Ya era demasiado y Blake me sacó de él de golpe, se quitó la camisa, me levantó y me quito la ropa. Vuelve a sentarme en la cama y acaricia mis pechos sobre el sostén, pero luego lo quita por molesto, mi vulva ya estaba hinchada y sentía las pequeñas punzadas que está me daba queriendo más. —Blake… —gimo y mete un seno a su boca. —Me causas tanto placer preciosa. Sube sus lamidas por mi cuello hasta mi oreja y muerde mi lóbulo, me hace una seña para que me eché un poco hacia atrás para quedar al centro de la cama, luego él me abre las piernas e inhala el olor de lejos. Eso me hizo reír un poco, pero no por burlarme o ser mala, es que siempre lo hacía de una manera de que le encantaba, como si fuera su olor favorito, eso me hacía sentir muy deseada, en sí, mi risa fue de nervios, de los que él me causa. Arranca mis bragas y las tira al suelo, se acerca a zona depilada separó los labios externos con sus pulgares, su lengua tibia toca mi piel y eso me hace elevar un poco las caderas pidiendo más. —No te desesperes preciosa. —besa mi clítoris. Chupa y succiona mi clítoris sintiéndose el favorito por la atención que siempre le daba Blake, mientras su boca estaba trabajando en mi timbre, un dedo travieso entra a mi cueva lenta y con algo de tortura. Gemí y metió dos dedos más, teniendo tres dedos en mí, arquee mi espalda, Blake, tenía una lengua mágica. Sus dedos bombean más rápido al igual que su lengua en las succiones, haciéndome gemir descontroladamente. Mis sonidos le provocaban tanto que dejo mi vulva al descubierto sintiendo aquel frío por la separación del calor de su boca. Me volteo con fuerza y levanto mis caderas, siento como se sube a la cama y luego se introduce en mí. Aunque pasen los años, su m*****o no podría acostumbrarse a mi cueva, se siente tan apretado como siempre, pero es exquisito, durante el sexo, se acostumbraba al tamaño, pero al principio se sentía muy apretado. *** —¿Qué pasó con el viaje a Cancún? —pregunté mientras acariciaba su pecho desnudo. Ambos estábamos en la cama de aquella suite, parte de mi cuerpo posaba sobre él, nos encantaba estar así. —Iremos igual, y te tengo una sorpresa. —¿Ah sí? ¿Y cual es? —lo miro con una sonrisa. —Sé que no vemos mucho a nuestros amigos desde que nos mudamos a los ángeles por mi trabajo, pero los he invitado al viaje de Cancún, cada quien tendrá su habitación y podremos hacer ambas cosas, celebrar nuestro aniversario y pasarla con nuestros amigos, será divertido. —Además que también se lo merecen, son nuestros padrinos de boda, tienen que celebrar el aniversario con nosotros. —¿Te gusta entonces? —Me encanta, sería un nuevo comienzo de cómo celebrar nuestro aniversario, así nos acostumbramos que celebrar en familia. —Él me mira sorprendido. —¡Bebé! Es cierto, ya estás en fechas de que el aparato se venza, ¿Vamos a tener hijos? —Aun no, pero podríamos plantearlos, ¿qué dices? —lo miro con una sonrisa. —¡Por supuesto! Qué bueno que lo eché adentro… —besa mi frente. —Y también debes cumplir con lo que te dije o si no, no habrá sexo. —muerdo ligeramente su barbilla. —Puedo soportar días sin sexo. —Arqueo una ceja ofendida y niego—. ¿semanas? —vuelvo a negar—. ¿Meses? —negué—. Así será más difícil tener un bebé. —No voy a criar un bebé sola, necesita una figura paterna y he visto que muchos llegan a tener problemas por su ausencia Blake. —Estas paranoica. —Rueda sus ojos y se ríe Tomo su mentón para que me miré a los ojos, me pongo muy seria.
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