—No seas exagerado, estoy aquí ¿O no?
—Es un gran paso que hayas salido de Luisiana, y será otro más si vamos a México, aunque sería mejor si fuéramos a Italia, ¿Por qué haces esto?
—Porque espero encontrármela y tener un tema de conversación del que no se puede escapar.
¿Muy acosador de mi parte? Lo siento, pero hace tiempo que no me había interesado tanto en una chica, así que no me importa ser intenso, de verdad quiero volver a verla.
—Y que mejor tema que de su país y la comida.
—Por la cantidad de comida que llevaba, se veía que le cocinaría a su familia y seguramente lo hizo muy bien, se veía muy segura de sí misma.
—¿Crees que haya sido una tradición de su país?
—No lo sé. —me encojo de hombros.
—Si tienes una casa aquí, ¿por qué duermes en un hotel? —dice él cambiando de tema.
—Porque es la casa que compré para vivir con Roxie.
—Deberías olvidarte de ella, no merece que la recuerdes, te fue infiel.
—Lo sé.
—¿Por qué no piensas en la nueva chica?
—Ni que fuera a vivir conmigo para hacer nuevos recuerdos en la casa, eso sería muy raro tanto para ella como para mí.
—Hey, es la única chica que te ha sacado a Roxie desde que terminaron.
—Primero la conoceré, luego veo si viviremos juntos.
—¡No puede ser! ¡Eres Aaron Halder! —dice un hombre colocándose a mi lado.
—Así es —le sonrío.
—Llevaba rato viendo si eras tú, ya que nunca se sabe.
—Tengo amigos que vienen aquí, el lugar es muy recomendado por jugadores.
—Lo sé, pero nunca te imaginé aquí, ya que no bebes.
—Pareces que conoces mucho de mí.
—Soy un gran admirador, ¿Me das un autógrafo? —saca su billetera y luego póster de mí con mi uniforme y pelota de fútbol.
—Claro. —le hago una seña a mi hermano y este me pasa un bolígrafo.
—Estas bebiendo agua, ¿Qué haces aquí?
—Visito a mi hermano, ¿No nos encuentra un parecido? —Le entrego el póster y presentó a mi hermano.
—Sabia que su hermano tenía un bar, pero no imaginé que era este.
—Oh pues no quería robarle la atención a mi hermano, todo esto es a su mérito —comente.
—Tiene razón, gracias por el autógrafo. —me sonríe.
—Fue un placer.
Le devuelvo la sonrisa y se va, de repente la chica que parecía inconsciente comienza a reírse.
—¿Qué sentido tiene venir a un bar y no beber? —levanta su rostro y tiene algunos maníes en la mejilla.
—James… —quedo perplejo.
—No te preocupes, es inofensiva.
—No lo digo por eso, James… ella es la chica del supermercado.
—Creí que dijiste que era segura de sí misma Aaron —me mira como si fuera imposible—, pero debo admitir que es demasiado hermosa.
Me acerco a la chica ignorando a mi hermano, estaba encantado.
—¿Estás bien? —le pregunto preocupado.
—¿Por qué no lo estaría?
—Tienes maní en la mejilla.
—Oh claro, te contaré un secreto… —me dice que me acerqué y yo lo hago para que me susurré al oído—. No me lo vas a creer, peor creo que los maní tienen vida y simplemente estaban escapando de mi boca. —se ríe y niega con la cabeza alejándose de mí.
—Si yo fuera ese maní, estaría arrepentido de no entrar en esa linda boquita. —dije un tanto seductor, aunque no sabía si lo iba a tomar bien.
Ella para de reír y me mira, como si me examinara.
—Eres muy lindo, ¿Te conozco?
—¿Acaso conoces a todas las personas lindas?
—No, pero no olvidaría esa carita. —Toma mi mejilla y la aprieta.
—Yo tampoco pude olvidar tu cara. —Le quito los maníes de su mejilla.
Me sonríe y quedo atontado, es perfecta, pero ésta se le borra cuando ve algo detrás de mí.
—¡Hey tu! ¡¿Te vas a casar?! —grita y me hago a un lado para ver a dónde miraba—. ¡No seas tonta, los hombres todos son infieles, hasta el más perfecto tiene algo que ocultar!
Todos en el bar la miran y la pobre chica del vestido de novia, quién parecía estar en una despedida de soltera, se avergonzó un poco por lo que le grito.
—¿Eres casada? —le pregunto.
—Felizmente divorciada —me muestra su mano sin anillo.
Supongo que fue algo y reciente.
—¿Y por estás en el bar?
—Me fue infiel, lanzó diez años a la basura, ¿Cómo crees que debería sentirme?
Eso debe doler, recuerdo que cuando me enteré de la infidelidad de Roxie, no quería socializar con nadie como por un mes, seguramente lo de ella es reciente o lleva tiempo y la comprendo, lo que construiste por años, se pierde en un segundo.
—Deberías llevarla a casa —me aconseja mi hermano.
—¿Qué? No, debí ayudar a esa chica antes de que cometa el peor error de su vida.
Se levanta de la silla y antes de que pueda seguir su paso, la tomo de la cintura.
—Suéltame —hace esfuerzo para soltarse.
—Necesitaré tu auto, espero que lo tengas atrás donde siempre.
—Eso sonó raro, pero sí.
—Un fan me encontró aquí y por lo pronto pueden venir paparazzi.
—¿Irás al hotel?
—La llevaré a su casa.
—De acuerdo, conduce con cuidado… —me da las llaves y tomó el bolso de ella.
Cargo a la chica en mi hombro y salgo por donde James bota la basura, quería ser discreto y esta chica hacia cualquier esfuerzo por zafarse de mí.
—Mira, no sé quién seas, pero no te diré a donde vivo, aún me queda mucho porque vivir.
La bajo cuando estamos afuera.
—Soy el chico que le recomendaste en el supermercado comer comida mexicana.
No sé porque le digo estas cosas, seguramente mañana ni se acordará, solo sé que quiero cuidarla y dejarla en su casa. Ella se queda mirándome, tal vez se esté acordando, de repente me hace a un lado para vomitar en el suelo, yo lo primero que hago llevarme el bolso al hombro, recogerle el cabello y sobar su espalda.
—Esto es bueno, saca todo el alcohol de tu sistema.
—Lo necesitaba para olvidar —se justifica ella.
—No parece ser la mejor solución.