Estoy camino al hospital con mi café en la mano, por lo general siempre llego 30 minutos antes de empezar la guardia, me gusta cambiarme tranquila y ver que casos hay para estar preparada. Paso por la puerta y saludo a Tomas el guardia de seguridad, es un tipo regordete de unos 40 años, pelado y con cara de mafioso, algo así como perfecto para el puesto.
Me dirijo a los vestidores para cambiarme, porque por cuestiones de higiene dejamos el material de hospital en el hospital asique vengo vestida con mí mejor ropa, puede sonar tonto, pero paso tantas horas aquí que cuando visto ropa común me encargo que sea decente, uno nunca sabe cuándo encuentra el chico perfecto, asique aquí estoy con mis botas marrones de caña alta, un jean azul oscuro que se amolda perfecto a mi cuerpo y mi campera de cuero. Me cruzo con Charly por el camino que se queda mirándome, le sonrío y me devuelve el gesto para seguir caminando.
- Señorita Sellers – me saludan apenas subo al ascensor.
- Dr. Shields, buenos días
Le sonrío y podría jurar que su mueca fue una sonrisa, pero no estoy segura ¿Alguna vez sonreirá? Las puertas del ascensor se cierran y le doy la espalda, no es como si fuéramos amigos para ir hablando con él, creo que es suficiente con pasar acción de gracias juntos este jueves. Las puertas del ascensor se abren y bajamos, yo me dirijo a la sala a cambiar y él… no sé.
- No jodas – grita Kat cuando me ve – ¡Tuviste sexo! - grita apenas paso la puerta y los demás me miran.
- Shh – como mierda sabía
Tapo su boca y vuelvo mi vista hacia atrás y ahí está mi jefe con el ceño fruncido, sus ojos azules me observan detenidamente, Kat esta pálida con mi mano en su boca. Ninguno habla, solo nos observa, sus ojos se vuelven a detener en mí, parece enojado.
- Doctora Sellers – su tono es frío – Cámbiese y me busca, tenemos que hablar – asiento y se marcha.
- Perdón – la pelinegra parece apenada – No sabía que estaba por acá.
- Sí, bueno… - estoy molesta – Ya fue, tendré que ver que quiere.
- ¿Fue con Jack verdad? – paso el ambo por mi cabeza.
- Si – muerdo mi labio – Tres veces – su boca se abre de forma muy chistosa. - ¿Cómo lo supiste? – inquiero.
- Vaya… - nos cambiamos el pantalón – Es que hoy estas radiante, arreglada y menos tensa, eso es sinónimo de sexo. Y ahora… ¿Qué va a pasar?
- Lo haremos de vez en cuando… cuando lo necesitemos, sin compromiso – explico mientras me pongo mi bata y mi localizador suena – Uff… hora del sermón.
Termino de guardar mi libreta, y celular mientras camino en busca de mi jefe, saludo algunas enfermeras mientras camino por el pasillo, literalmente no sé dónde me dirijo, pero supongo que debe estar por aquí, miro mi teléfono cuando mi brazo es jalado dentro del armario de insumos.
- ¡¡Qué carajos!!
- ¿Siempre eres tan maleducada? – su voz hace que se me ponga la piel de gallina.
- Dr… qué… - balbuceo nerviosa - ¿Por qué me metió acá? – pregunto enojada cuando me recupero.
- ¿Por qué siempre hablan de tú vida s****l Paige?
Sus penetrantes ojos azules me observan, la habitación se hace más chica, ¿Paige?, vuelve a repetir mi nombre con tanta seducción que me está volviendo loca, avanza un paso hacia mí, trago con dificultad mientras su perfume invade mis fosas nasales.
- Yo… - trago con dificultad – No… no sé porque hablan de mi vida privada – contesto con dificultad.
- ¿es verdad? – vuelve a caminar hacia mí y doy un paso hacia atrás – Es verdad lo que dijo la Doctora Miller...
- No creo que le importe a usted eso – trato de dar un paso hacia atrás, pero mi espalda choca con las estanterías.
- En eso te equivocas Paige… - pone sus manos a cada lado de mi cabeza – Si me importa…
Observo sus ojos bajar a mi boca y volver a mirarme, siento como mi garganta se seca, los músculos de mi cuerpo se contraen, muerdo mi labio y suelto aire que tengo guardado. Ray se acerca más, nuestros cuerpos están a centímetros de distancias, sus pupilas están dilatadas y sus fosas nasales se abren y cierran con su respiración alterada.
- Respóndeme por favor… - una corriente recorre mi cuerpo cuando su aliento mentolado toca mi mejilla.
- Doctor Shields esto no está bien – trato de sonar lo más segura posible, aunque me estoy muriendo por besarlo en este momento – Disculpe… pero no está bien es mi jefe – lo corro un poco.
Junta sus cejas y yo todas mis fuerzas para no besarlo y salgo del armario dirigiéndome a la sala para las rondas. Afortunadamente nadie me vio por el camino, lo que es un alivio pues aquí los chismes viajan rapidísimos y aunque me muera por saber a qué saben esos labios no puedo permitirme eso, menos en el trabajo.
- ¡Ey! ¡Paige! – Madison y Kat se acercan - ¿Dónde estabas?
- Buscando al jefe – subo los hombros – No lo encontré
- Doctores – el eco de su voz genera estragos en todo mi sistema – Disculpen la demora… todos tienen que ir ahora mismo a planta baja el jefe nos dar un comunicado.
Sus ojos se vuelven a clavar en mí unos instantes y todos comenzamos a caminar, me acerco a Kat y la tomo del brazo, cuando llegamos a la planta baja todo el hospital está reunido, me encuentro con varias enfermeras amigas y Charly que me sonríe desde la distancia.
Paul Leduc es el director del New Jersey Hospital y el causante de varios suspiros en los pasillos, a sus 45 años sigue siendo un hombre imponente de grandes ojos marrones, alto y un poco rellenito, su pelo castaño es rizado, aunque siempre lo tiene corto.
>> Buenos días… - eleva la voz para que todo el personal lo oiga – Los he reunido a todos hoy para informales sobre los acontecimientos de la próxima semana. Como ya saben cada dos años se hace una gala de beneficencia para el hospital, esto quiere decir que las personas más ricas de la ciudad acudirán al evento y ustedes deberán convencerlos de aportar dinero a sus servicios – Kat sonríe – Como no podemos dejar el hospital sin personal y mucho menos cerrarlo, se les ha enviado un mensaje con las indicaciones del día a un grupo de personas seleccionadas, esto también incluye a los residentes – los murmullos se hacen presente – Esto no quiere decir que si no están invitados no sean importantes, se le ha pedido a los médicos de piso que eligieran los mejores y eso hicieron. Sin más que decirles vuelvan todos a sus funciones – chocas las manos y la multitud empieza a dispersarse.
Nos quedamos parados esperando que el doctor Shields nos de permiso para ir a nuestros servicios cuando me percato que el jefe camina hacia nosotros.
- Ray – se saludan con la mano – Doctora Sellers y Miller ¿pueden acompañarme? – comienza a caminar y lo seguimos.
- Buenos días jefe, si claro – respondo mientras sonrió
- Buenos días jefe – responde Kat algo más nerviosa.
- Verán… los médicos han hablado mucho de ustedes – un nudo se formó en mi vientre – Las tienen como las mejores residentes junto con dos chicos más de tercer año, es por eso que los pondré a los 4 a investigar un caso complicado, quien tenga la respuesta me asistirá en la resección de un tumor cerebral ubicado cerca del área del lenguaje.
Ambas sonreímos, si bien no es de la especialidad que nos gusta, es un procedimiento complejo que requiere al paciente despierto y dura horas. Seguimos caminando cuando dos muchachos nos interceptan y se unen al grupo, ambas sonreímos y ellos nos devuelven la misma sonrisa.
>>Él es Matías tiene 20 años, presenta perdida de pelo, ataques de epilepsia y astas en la boca – el muchacho nos sonríe – Tienen 48 hs para averiguar qué es lo que tiene el paciente. – dicho eso sale de la sala.
- Adelante, soy su conejillo de indias – habla mientras vuelve su vista al teléfono.
- Pediré un análisis de sangre completo para ver como está, también una tomografía – empiezo a escribir antes de que los demás hablen y le paso un papel a la mujer que nos mira.
- Podría ser alguna enfermedad de transmisión s****l – dice el chico rubio que tiene el nombre de Dr. Rivas en el guardapolvo.
- Pero no daría epilepsia ni explicaría la falta de pelo – responde Kat mientras piensa.
- Algún cáncer de piel – ahora es el moreno quien habla.
- Tal vez… - no logro terminar la frase que nuestro paciente empieza a convulsionar.
Los siguientes minutos pasan volando, coloco de costado al chico mientras el doctor Rivas inyecta lamotrigina para frenar las convulsiones. La madre llora, una vez que se estabiliza con Kat lo llevamos al tomógrafo donde le realizan una tomografía de cerebro, pecho y abdomen.
- Dio positivo para sífilis, su conteo de células blancas es bajo – dice el moreno que no recuerdo su nombre – Es sífilis – todos parecen convencidos.
- No, no lo es… - hablo firme y me miran – el corazón esta agrandado, las células del riñón están alteradas, y su parte inmunología sale como positiva – repaso una y otra vez los estudios – Es otra cosa…
- Paige, todo lo demás concuerda con sífilis, le diremos al jefe – habla el moreno, Dr. Itarralde.
- Hagan lo que quieran, pero no es eso y no estoy de acuerdo – comienzan el tratamiento mientras repaso los estudios otra vez.
- Señorita Sellers – la voz del jefe suena en la habitación - ¿Qué hace?
- Investigo el caso señor… - arruga el entrecejo – No estoy de acuerdo con mis compañeros.
- Qué interesante – se toca la barbilla – El doctor Ray tenía razón… - estoy a punto de preguntarle a que se refiere, pero se va.
Ya es de noche y sigo en la habitación de mi paciente, pedí más estudios para corroborar mi corazonada, no me gusta ver tele, pero tengo que admitir que he visto mucho Dr. House para saber que estos síntomas los he escuchado antes. FAN positivo, anemia, perdida de cabello, epilepsia, problemas renales, corazón afectado… vamos Paige lo tienes, sé que lo tienes y entonces la lamparita se me prendió. Estaba por ir a buscar al jefe cuando entra en la sala, abro los ojos sorprendida por su presencia hasta que me doy cuenta que ya es de día.
- Doctora Sellers – me saludo, detrás de él mis compañeros y el doctor Ray – ¿Tiene algo para decir?
- Sí… - todos me miran – Como ya sabe no estaba de acuerdo con mis compañeros y estaba en lo cierto, realice más estudios al paciente, VSG elevada, anemia, FAN positivo, falla en riñón, corazón agrandado, perdida de cabello y ANA positivo – el jefe sonríe – Me tome el atrevimiento de hacer yo misma el análisis con su líquido cefalorraquídeo y dio negativo a sífilis, los que nos da un falso positivo y luego recordé mi serie favorita…
- ¿Qué descubrió? – cruza sus brazos.
- El paciente tiene Lupus eritematoso sistémico jefe – Katy sube un pulgar para mí – Eso explicaría la mayor parte de sus síntomas, el estado de sus riñones y el corazón. Por lo que… si le damos inmunosupresores, antiepilépticos, antipalúdicos y corticosteroides el paciente podrá llevar una vida normal y sin complicaciones.
- Muy bien señorita Sellers, el jueves me asistirá en el quirófano – sonrió ampliamente y Ray me guiña un ojo. – Ahora vaya a dormir un rato – asiento y salgo de la habitación
Kat me susurra un ñoña mientras me dirijo a las habitaciones para dormir un rato, no tengo que preocuparme por el doctor Shields ya que fue el jefe quien me mando a descansar un poco, también tengo en claro que no dormiré mucho tiempo, no aquí, pero es algo.
Observo mi teléfono donde un mensaje Jack resalta, rodeo mis ojos cuando leo su mensaje, “¿Disponible para repetir?”, contesto un estoy de guardia lo dejamos para después y caigo en un profundo sueño.