CAPÍTULO 52: El peor hijo del mundo

1761 Words

Manuel  Subimos al auto, uno que no sé de dónde sacó mi padre pero que nos lleva directamente al hotel donde yo y ella estábamos hospedados. Durante el camino, él no me dice nada, ni siquiera una palabra o un regaño, solo el silencio gobierna entre los dos y una cosa que he entendido con mi padre es que entre más silencio, más severo y hoy el silencio es sepulcral.  Tan sólo llegamos al lugar, subimos a la habitación y tan solo se cierra la puerta cierro los ojos esperando por el grito, el golpe sobre la mesa, el reclamo, pero no hay, mi padre abre su regaño con una frase que me pega en el alma.  ―Pudiste haber sido quien quisieras Manuel, todo lo que tu quisieras, arquitecto, bailarín, maestro, experto en artes marciales, me lo hubieras pedido y te hubiese dicho que sí y acabaste escap

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