La la la la
- Lo escucho muy feliz, licenciado.
- ¿Cuándo es el día que no lo estoy? Ahora vamos al punto ¿Qué hiciste está vez?
- ¿Qué te hace pensar que hice algo?
- Arya, vine con urgencia porque hiciste una de tus locuras.
- Viniste porque te enviaron, así que no me eches la culpa y no fue una locura. Fue un derecho democrático, el cual no se tomaron bien algunos de mis profesores.
- ¿Derecho democrático? — veo a mi tía.
- El director de la universidad dijo que armó una revolución, llevo a los estudiantes a tres días de paro y además lo amenazó.
- Yo no amenace al director, él dijo que me iba a sacar de la universidad esposada por la policía por desorden e instigación y le dije que no podía hacer eso porque era un delito, la universidad es autónoma y no le consta que yo haya empezado la manifestación.
- Arya, ya hemos hablado de este comportamiento, la última vez dijiste que no te ibas a meter en más problemas.
- Hermanito, que culpa tengo de que los problemas me atraigan, además, debo defender mis derechos a una mejor educación ¿O no?
- Astuta, pero sabes que hay diferentes maneras de exigir no armando una manifestación universitaria.
- Lo intenté hacer por las buenas y fui ignorada. Así que pedí apoyo de mis compañeros y ellos accedieron, no tengo la culpa que toda la universidad este inconforme de la ineptitud de la gestión del director.
- ¿Qué quiere el director está vez para no correrla?
- No puede correrme, soy una estudiante con unas notas excelentes.
- Eso es verdad — menciona mi tía.
- ¿Entonces que hago aquí?
- A bueno, porque necesito un abogado para ejercer mis derechos de estudiantes, los cuales están siendo violados por la tiranía de ese director.
- Deja de hablar como político y dime ¿En qué lío estás metida, Arya?
- En ninguno, más bien vas a evitar que haga uno — miró a mi tía y evade mi mirada.
- A ver, pequeño demonio salido del infierno ¿qué está tramando esa mete perversa?
Eso sí tiene mi hermana, es inteligente, astuta, simpática, pero con una lengua y una mente maquiavélica, se parece a cierta odiosa que conocí ayer.
- Resulta que estoy por empezar mis pasantías y quiero acceder a una buena empresa que me ayude a crecer, pero el director de la universidad debido a mi comportamiento como castigo no me quiere dejar postular para un intercambio nacional.
- ¿Eso que tiene que ver?, puedes hacer tus pasantías aquí.
- No quiero, aquí no son tan buenas como en la capital y un pajarito me contó que tienes contactó con una empresa de marketing llamaba Cretartweb.
- ¿Eso que tiene que ver contigo?
- Esa es la empresa en la cual quiero hacer mis pasantías, son los mejores, su dueño dice que es el cerebro del mercado y su reina maneja el marketing como nadie, nadie entra a esa empresa sin su consentimiento y el dueño es sexy.
- ¿Tu punto cuál es? Perdí mi tiempo en venir para acá, y que me importa si el dueño es sexy.
- ¡No!, quiero asistir a esa empresa como pasante y sé que se están postulando los nuevos miembros.
Me dirijo a la puerta y veo a mi hermana correr hacia la ventana.
- ¡Auxilio! ¡Mi hermano me tiene secuestrada, me quiere matar!
- ¡¿Qué demonios haces, loca?!
- Me ayudas o los vecinos creerán que eres un psicópata asesino que quiere matar a su hermana.
- Vas a ir camino al manicomio.
- ¡Auxilio, me quiere encerrar en un manicomio, ayúdenme, soy una chica indefensa y sola!, ¡Sin padres, sin amigos!
- Por Dios, deja el teatro, nadie te va a creer.
- Hijo, ayúdala, esa niña puede ser muy convincente, la otra vez hizo traer a la policía nada más porque no la deje salir a una fiesta.
- Caprichosa.
- La fiesta era de Mateo, el chico más popular de la facultad, e iba a ir Anuel a cantar.
- ¿Quién?
- Anuel, el cantante — ¿Quién demonios será ese?
- Por Dios, no estás en nada. Estos viejos de ahora.
- Yo no estoy viejo, tengo treinta años.
- Eso es estar viejo.
- Mira malcriada, baja de ahí.
- ¿Me vas a ayudar?
- Aún no me dices que quieres.
- Que vayas a la universidad, hables con este amargado viejo dictador, lo amenaces con tus dotes de abogado asesino para que me deje postularme al intercambio nacional y que me ayudes a que la reina del marketing vea mi presentación — se acerca con esa sonrisa de inocente.
- Eres un desastre, armas una revolución y en vez de pedir disculpas, amenazas a tus profesores y a tu hermano.
- Si no me ayudas, le diré a papá que en el examen final hiciste trampa.
- Eso es una mentira.
- Lo sé, pero él no y papá siempre le va a creer a esta carita inocente y dulce, y no debo recordarte lo que piensa de ti — hace puchero y una expresión de inocencia que hasta yo me la creo.
Le pellizco la nariz — ¡Auch! Me duele.
- Niña tramposa, ve que amenazar a tu hermano que además es abogado; un día de estos te mandaré a encerrar en una celda por veinticuatro horas.
- No lo harás porque soy un caos que destrozaría el lugar en menos de un minuto.
- ¿Cómo voy a hacer eso? Es decir, puedo ayudarte con lo del director, pero lo de la empresa, eso es difícil.
- No lo es, al parecer te llevas muy bien con ella.
- ¿Yo? Si no la conozco.
- ¿No? — busca su celular y me muestra una imagen donde estoy bajo la lluvia con mi odiosa agarrada de manos, también en el pasillo detrás de la columna y en el aeropuerto.
- ¿Cómo tienes esas imágenes? ¿Me estás siguiendo?
- A ti no, eso sería aburrido, pero a ella sí. Es mi ídolo y al parecer tienes algo que ver con ella.
- Espera, espera, ¿la conoces? Dime todo lo que sepas de ella — tiene esa sonrisa maquiavélica.
- Vaya, vaya, interesado en la reina.
- Arya, no me hagas molestar.
- Hermanito, en esta vida se deben aprovechar las oportunidades, para llegar al éxito. Quieres saber de ella, entonces consigue que el director me dé permiso para postularme y que ella vea mi presentación.
- Eso sería una ventaja, ¿no quieres ganarte la pasantía por tus propios méritos? Además, no le caigo bien.
- No te estoy pidiendo que ella me acepte, sino que me escuché es muy estricta. Espera ¿Cómo que no le caes bien? ¿Qué le hiciste? ¿No te habrás atrevido a arruinar mi futuro? Te mató. Tía, mi hermano acaba de arruinar mi futuro — hace un drama digno de un Óscar.
- Ya deja el drama, soy tu hermano, no puede matarme por una extraña.
- Te puedo matar por a arruinar mi futuro.
- ¡No la conoces!
- ¿Connor, que le hiciste? Bueno, no es muy difícil que le caigas mal, eres un tonto, gracioso, impertinente, coqueto y despreocupado, ella es todo lo opuesto a eso.
- Sí, que la conoces.
- Mi vida, la conozco mejor de lo que se conoce ella misma, la he estudiado tanto que por algo la adoro. ¿Qué hacías con ella?
- Larga historia. Té voy a ayudar, pero me dirás todo lo que sabes de ella.
- Trato hecho — nos damos la mano en forma de un pacto, le acabo de vender mi alma al diablo por una odiosa.
- ¡Oye! Cuando dices que su jefe es sexy y ella es su reina; no te refieres a que estén juntos ¿O sí?
- Eso es confidencial abogado, tenemos un trato, resuelve mi asunto primero.
- Extorsionista.
- El éxito en la vida es del quién la sabe jugar.
- Esas son mis palabras.
- Para que veas que, si te escucho, no llegues tarde. Medio como hambre, esto de hacer negocios no es fácil.
¿Está niña a quién habrá salido?
Voy a la universidad a hablar con el director sobre lo que pidió mi hermana y después de una larga conversación lo convencí de que por el bien de él y la escuela era mejor tenerla en la capital.
Así que permitió que se postulará para el intercambio nacional, ahora viene lo más difícil, mi odiosa.
- ¿Quién iba a decir que el ídolo de mi hermana iba a ser justo ella?
Llegó al hotel, preparo todo y luego voy a ver a mi verdugo.
- Hermanita.
- Si estás aquí es porque lo conseguiste.
- Dame lo mío primero.
- Mm, ¿y dijiste que te iba a soltar la información así de fácil?
- Mocosa insolente.
- Muéstrame la prueba de que ese viejo déspota me dejara postularme.
- Desconfiada, ni en tu hermano confías.
- Ni en mi sombra, porque hasta ella me traiciona en ocasiones.
Saco un sobre y se lo muestro, pero ante de tomarlo se lo quito — dámelo lo mío.
La sigo a su cuarto y saca una carpeta gruesa, literalmente está obsesionada con ella.
- ¿Debo preocuparme por tu estado mental?
- Prioridades, Connor — me golpea con una regla en la mano — todo lo que quieras saber de la reina, aquí está.
- Mm, ¿puedo confiar en lo que dice aquí?
- Puedes irte por esa puerta y dejar mi papel en el escritorio — pesada.
- Más te vale que sea verdad lo que me digas. A ver, ¿su comida favorita? — empezar por lo básico debido a que hoy cenamos juntos.
- Depende, le gustan mucho los vegetales, las carnes rojas, pero sobre todo le gusta el sushi. Por nada del mundo se le puede ofrecer sopa, hígado o pollo.
- Listo.
- Su bebida favorita y postre...
- Le gusta la Coca-Cola y cualquier cosa dulce —me mira asombrada — ¿Qué? Sé algunas cosas.
- Es una mujer muy seria, organizada, puntual, espontánea a la hora de hablar y tiene un carácter.
- Si, ya todo es lo sé, dime algo nuevo.
- Pero acabamos de empezar.
- Se graduó a la edad de diecisiete en la universidad central de Venezuela, graduada con honores, hizo maestría en España, sus padres murieron en un accidente hace cuatro años, su familia se divide en Europa y latina, no tiene hermanos, vive del trabajo, hasta ahora no se le conoce novio o novia...
- ¿Novia?
- Se han visto caso, su vida personal es un misterio.
- Me tengo que ir.
- No te he dicho nada relevante aún.
- Ya me disté lo que necesitaba por hoy.
- ¡Oye! Mi papel.
- Debo confirmar lo que me dices, luego hablamos.
- ¡Tramposo! — sin embargo, le doy el sobre a mi tía para que se lo entregue en la noche antes de acostarse, hacerla sufrir un poco no está mal.
Salgo corriendo al hotel a buscarla y llegó con dos minutos de retraso y ya la veo en lobby, se ve tan bella y malhumorada cuando me ve.
- Solo fueron dos minutos de retraso.
- Dos, uno, cinco o diez, ya es tarde, ni modo que se puede esperar de alguien que llega tarde a un vuelo de avión.
- Ya vas a pelear conmigo desde temprano.
- Vamos al restaurante para salir de esto de una vez.
- Mm, pero quita esa expresión me dice que no estás a gusto, además se supone que es mi p**o por mis buenos servicios de abogado.
- ¿Cuándo has visto que alguien es feliz pagando por algo?
- Eso es verdad, pero hay cosas que valen la pena pagar y yo soy una de ellas.
- ¿Te consideras una cosa? — no le puedo ganar una — no digas nada mejor, vamos.
- Vamos, pero mi pequeña odiosa, el camino es hacia el otro lado.
- El restaurante queda hacia la derecha.
- Es que no vamos al restaurante del hotel, te voy a llevar a otro lado — no le gusta mucho la idea.
- No creo que...
- Yo soy el que debe cobrar la deuda y tú pagar, por lo tanto, yo decido a dónde vamos, te aseguro que no te vas a arrepentir.
- Con usted capaz termino en urgencias con un traumatismo o una neumonía, es evidente que no le tiene mucho aprecio a la salud.
- Mi sistema inmune es muy bueno, y por lo que veo el suyo también, debe apreciar más las cosas bellas de la vida y dejar el estrés.
La tomo de la mano y la arrastró a la salida dónde hay un hermoso coche.
- Iremos en coche, eso me sorprende, ¿Sí sabe manejar?
- No tengo licencia, pero no debe ser difícil —la observé y sus ojos parecen que se van a salir de su órbita, trato de no reírme.
- Muy chistosito.
- Trato de mantener el humor, ya es suficiente con que uno carezca de él.
Se sube a duras penas al coche y empezamos la aventura de la noche.
- Por cierto, mi odiosita, me presento su servidor está noche, que hará de usted una noche inolvidable, se llama Connor Viera.
- Espero que cuando dice que va a hacer inolvidable no sea porque termine en un hospital o detenida.
- Con tu carácter todo es posible, que bueno que tengas uno de los mejores abogados del país a tu lado.
- Qué modestia.
- Mira quién habla de modestia, ¿Lista para la aventura?
- No tengo de otra.
- No.