Juegos del destino

Capítulo 4

Me muevo a través del lugar sin abrir mis ojos, las suaves y olorosas sabanas limpias del lugar hacen que mis ganas de abrir los ojos desaparezcan. Y es que tantos trabajos de medio tiempo agotan de una manera descomunal.

Sumando a eso, la búsqueda de un nuevo empleo acorde a mi profesión me están matando mental y físicamente, por lo que en estos momentos mi cuerpo cansado se abstiene de siquiera abrir los ojos, mucho menos de levantarme de donde me encuentro.

Además, la cama en la que me encuentro es muy placentera, la almohada que esta sobre mi cabeza en la perfección hecha almohada. Lo que hace que mis ganas de levantarme se reduzcan a -100. A lo lejos se escucha el suave sonido de campanas de viento que hacen que el olor a flores que desprende la cama y el dulce sonido de las campanas me relajen más y más.

No sé si todo esto es producto del sueño o, que en realidad estás despierta, claro está, con los ojos cerrados, en un lugar que no conocemos –dice Sunny– pero esto es lo mejor para relajarnos un poco.

Jamás pensé sentir tanto placer en una cama sin necesidad de estar haciendo cosas calientes - murmura Dess acostada con sus dos manos debajo de la cabeza -.

Nunca pensé estar tan de acuerdo contigo como ahora - afirma Ali acostada igual que Dess - esto si es placer.

¡Ja! - bufa Dess - ¡Esto es un milagro, Ali no está furiosa!

¿Para qué estar furiosa si estoy en la gloria? - pregunta una relajada Ali -.

Retwitt a tu comentario - responde Sunny -.

No sé cuál es la respuesta correcta a mi situación, solo sé que al igual que mis emociones, me siento genial.

Por lo que si alguien me saca de este lugar de ensueño, lo mato.

¡Un momento! - habla Lily– ¿En dónde estamos? ¿No hay estado a la casa y nos secuestraron?

¡Estamos muerta! - grita histérica Miedo - ¡Estamos muertas!

Vamos es imposible - responde Sunny - no estaríamos así de relajadas.

Poco a poco mis emociones comienzan a discutir entre ellas por la situación, lo cual me hace fruncir el ceño por la confusión en la que me encuentro.

–Señor, creo que ya va a despertar– escucho la voz de un hombre a lo lejos que no reconozco. Mientras escucho pasos que aunque se escuchan lejos poco a poco se escuchan menos.

Confundida tanteo con mi mano si hay algo cerca de mí, pero solo logro palmear la cama. El cansancio o miedo ante la situación no me deja abrir los ojos.

En poco tiempo se escuchan varios pasos acercándose y después alguien dice:

- Está pendiente de ella. Si algo le pasa tu cabeza volara, ella es importante para nuestro jefe– poco después se escuchan pasos alejarse.

Mis ojos se abren de par en par, ante el peligro inminente del que tontamente me había olvidado.

La luz que entra a la habitación a través de la ventana hace que inmediatamente cierre los ojos. Al poco tiempo intento que mis ojos se acostumbre un poco a la luz, logrando así ver en donde me encuentro.

Solo sé decir que por más que la veo, no puedo deducir en donde estoy y mucho menos porque estoy aquí.

Lo que veo es muy diferente de lo que pensaba.

Como lo pensaba, estaba acostada en una cama espectacular para mí. No estoy atada o maltratada en ningún lugar, según mi revisión rápida.

En la habitación no se ve ningún instrumento de tortura o algo parecido. A decir vendad no hay nada ni nadie que anticipe mi destino.

A decir verdad parece una habitación de huéspedes, muy moderna y acogedora aunque no está personalizada. El color blanco en toda la habitación la hace ver muy elegante, limpia y tranquilizadora.

Me levanto de la cama para observar mejor donde me encuentro, observando un hermoso jardín de rosas blancas –al parecer al o la dueña le encanta el color blanco–. Miro más allá y veo grandes muros que seguramente rodean la casa.

El lugar es muy raro y nuevo para mí. No veo a nadie caminando por el lugar.

Lo cual no sé si sentirme aliviada o ansiosa.

No sé dónde estoy, ni porque estoy aquí ya juzgar por la gran habitación blanca en la que me encuentro y lo inmensidad de terreno que veo a través de la ventana.

La persona que me secuestro es muy adinerada.

Intento mirar más allá del muro, intentando buscar algo o alguien que me pueda ayudar a salir de esta situación tan extraña pero no se ve nada.

Tengo miedo - dice Fear mientras se come sus uñas -.

Fear - dice Ali - lamento si no lo sabias ¡pero eres la representación emocional del puto miedo! SIEMPRE TIENES MIEDO - grita una furiosa Ali .

Sunny solo ve la situación con burla y Lily simplemente las ignora, para ella la situación actual era más importante que las peleas de Fear y Ali. Las cuales son normales entre ellas.

Zoe, busca algo en la habitación que te ayude a salir de allí. No sabemos dónde estamos, como tampoco porque estamos allí y no se tu pero yo no he pensado quedarme a averiguarlo. Así que vamos a buscar una manera para salir de este lugar.

Dejen el drama - responde una alegre Sunny - no es para tanto.

Lily rueda los ojos para después decir–: Sunny estamos secuestradas, tenemos que salir de aquí antes de que algo malo pase.

 A mí no me parece un secuestro. A menos que a las personas secuestradas las traten tan bien - responde Sunny - mira bien –dice y lo hago– la habitación es perfecta. La cama es la gloria, las sabanas, cortinas y hasta el mismo tapete que estas pisando es perfecto –responde– sí, todo es tan blanco que urge de una remodelación que requiera bastante rojo pasión, pero a decir verdad lo impecable, moderna y acogedora habitación en la que nos encontramos, niega la hipótesis de un secuestro y lo saben. Y la verdad es que si no confías en mi intuición revisa el armario.

¿Por qué el armario? - pregunta Dess entrando a la conversación e ignorando la discusión de Ali con Fear, que lógicamente está ganando Ali.

Solo has lo que te digo Zoe –responde Sunny ignorando la pregunta anterior–.

Sigo las ordenes de Sunny confundida, miro la habitación y no encuentro el armario, solo encuentro tres puertas más. Curiosa y un poco miedosa por lo que puedo encontrar me abstengo de abrirla. Sin embargo, después de tanto pensarlo decido guiarme por la curiosidad. Tomo el pomo de la puerta quien es del mismo color de todo en la habitación; blanco. Abro poco a poco mientras Sunny coloca música de misterio, lo cual hace la situación un poco dramática.

Respiro profundo antes de abrir la puerta intentando armarme de valor. Miro que hay dentro de ella y lo primero que veo es un estudio, en el que se encuentra sobre el escritorio un computador portátil blanco, observo un poco más y veo muchos estantes repletos de libros.

Al parecer a nuestro secuestrador le encanta que sus secuestradas lean y utilicen el computador –se burla Sunny, haciendo que Lily ruede sus ojos–.

Toma el computador y pide ayuda antes de que sea demasiado tarde –dice Lily – recuerda la situación en la que estamos –me regaña pero antes de que me acerque al escritorio una voz a mis espaldas me habla. Y no sé qué me da más miedo, que apareció alguien cuando podía pedir ayuda o lo que dice.

- ¿Te gusta? - una voz grave se escucha–.

¿Qué secuestrador pregunta a su víctima si le gusta el lugar en donde esta? - bufa Sunny– eso definitivamente descarta la idea del secuestro.

- Tranquila, lo que menos quiero es hacerte daño, así que no me temas.

- E-es-t-ta bi-en –digo nerviosa.

- No tengas miedo. Sé que te traje aquí sin tu consentimiento, pero fue porque necesita hablar contigo.

No me digas que no tenga miedo si nos trajiste en contra de nuestra voluntad a quien sabe qué cosa - grita Fear alterada–.

No voltees a verlo. Si le ves el rostro nos matara –dice Dess–. No es bueno ver la cara de tu secuestrador.

Que no es un secuestro –afirma Sunny–.

¿Entonces que mierda es? –Grita Ali furiosa–.

¿Se pueden callar de una vez o tenemos que escuchar sus pendejadas todo el día? - dice Lily– ahora concentremosno. Se clara, pregúntale que quiere de ti.

- ¿Te encuentras bien? - dice mientras escucho sus pasos acercarse desde mis espaldas.

- No se acerque –digo e inmediatamente él para su andar.

- No te preocupes, no quiero hacerte daño, solo quiero…

-… Hablar, lo sé ya me lo dijo –lo interrumpo– pero puede hablarme from away.

- All Right. Te entiendo. Pero si no puedo acercarme a ti, por lo menos mírame, no me gusta hablar sin que me miren a los ojos.

¿Y si nos hace algo por ello? –Dice una temerosa Fear–.

- Prometo que no te are nada malo. Solo mírame, no me gusta hablar con la espalda de alguien, además es mala educación –dice mientras camina nuevamente hacia mí–.

- Un momento –digo moviendo un poco mi cuerpo, extendiendo mi mano izquierda hacia atrás con mi palma de la mano levantada en señal de que pare su andar, el cual él obedece.

Sé valiente Zoe, ¡Tú puedes! Me digo a mi misma.

Poco a poco volteo para observar a la persona que me tiene aquí retenida dejándome impactada.

Me encuentro con un hombre de unos cuarenta y tantos años. Sin embargo, su edad no le quita lo bien que se ve –físicamente–.

Me moje - dice una lujuriosa Dess–   ¡A eso me refería con que me gustan mayores! - dice emocionada a lo que ninguna se molesta en discutir.

El hombre que se encuentra frente a mí, bien podría ser modelo. 1,90 más o menos de metros de puro músculo, cabello liso rojizo, barba del mismo color con algunas canas notorias. Mandíbula fuerte y pómulos prominentes, labios rosados y carnosos con una sonrisa ladina que seguramente ha infartado a más de una.

Por ejemplo a mí –dice una emocionada Dess–.

Su impecable traje de negocios, su presencia y todo de él me hace relacionarlo con un hombre de negocios. La cuestión es ¿Por qué o para que necesita hablar conmigo?

Reacciono a la situación. Busco mi vos y pregunto lo que me está atormentando desde hace mucho: - ¿Quién eres? Y ¿Qué quieres hablar conmigo?

El hombre sonríe nuevamente y responde: - directo al punto, me gusta –dice y hace una pausa que se me hace eterna– Mi nombre es Charles Cardwell - dice acercándose a mí. Lo cual no impido– y lo que quería decirte es… gracias –dice y yo me confundo por lo que me dice– gracias por salvar a mi esposa ya mí de ese trágico accidente que seguramente acabaría con nuestras vidas. Gracias mi niña –dice esto último abrazándome y yo estoy en shock–.

Les dije que no era un  segundo –comenta una sonriente Sunny–.

¿Yo lo salve? ¿Cuándo? ¿Cómo?

No sé, pero pronto lo averiguare.