Llevaba más de 2 horas revisando su lista, el concentrarse estaba siendo una tarea difícil, su mente estaba invadida por los ojos de gata de Beatríz Brown, mas el recuerdo de sus gemidos. Estrujó su cara para tratar de borrar esas imágenes, de paso se levantó del cómodo asiento de su salón para servirse en una taza de café mezclado con algo de Brandy, solía ayudarlo cuando tenía la mente confusa o entorpecida. —¡Miauu, Miauu!.— Ni más faltaba el más vivo retrato de la perturbadora fiera que secuestraba a cada instante sus pensamientos, comenzó a restregarse contra el, "su gata Beatriz" no pudo haber elegido mejor nombre aunque a veces se lamentaba, como en ese momento. La hermosa gata no tardo en volver a desaparecer para su alivio, modelando su frondosa cola. Miro su reloj, aún era tem