Después de hablar con Daga, no quería volver a casa. Me dio demasiada información, y esta información volvió a llevarme al pasado, lo que trataba de no sacar de mi memoria durante últimos cinco años. Me vengué de todos los que me arrojaron a la desesperada oscuridad del dolor y el odio. Pero estaba claro que este era mi destino, volver constantemente a mi tierra y sumergirme de cabeza en los recuerdos.
No quería pensar en Tina, simplemente saqué este pensamiento de mi cabeza. Quizás porque pensar en cómo casi me acosté con mi propia hija era tan repugnante, peor aún, me daba asco yo mismo. Aunque ahora entendí esa extraña reacción mía hacia ella, cuando estaba desnuda y gritaba que la violara. ¡Infierno! ¿Cómo puedo mirarla a los ojos ahora?
Conduciendo por la ciudad, yo mismo no entendí
