Capítulo 7

2402 Words
POV de Julian Cuando recibí un enlace mental de Bo, el anciano que era dueño del café, no sabía que lo que estaba a punto de enfrentar cambiaría mi vida. Mi Beta Luca y yo nos dirigimos al café para ver qué pasaba con esta chica. No era normal que otro lobo entrara en territorio ajeno y él dijo que ella no olía como una solitaria, así que algo extraño pasaba. Cuando entré y vi a esta chica sentada allí mirándome triste y derrotada, me rompió el corazón un poco. No me había importado otra hembra así desde que mi pareja destinada murió. Ahora me encontraba acostado en su cama sosteniéndola. Ella nos contó la historia de cómo murió su pareja y lo que su padre le hizo, mientras la vi escapar del lugar en el que estábamos reunidos. No pude evitarlo, tenía que consolarla. Finalmente se calmó lo suficiente y estoy bastante seguro de que se quedó dormida. Su respiración se había estabilizado. —Zion, ¿por qué nos sentimos así? ¿No es una pareja de segunda oportunidad, verdad? —me enlacé mentalmente con mi lobo. —No, hombre, no lo es, pero estoy de acuerdo en que sentimos algo por ella. Creo que es porque ambos hemos perdido lo mismo. Corté la comunicación con él y cerré los ojos. Estaba cansado, nunca dormía lo suficiente y quería estar allí para ella en caso de que despertara y necesitará algo. No sé cuánto tiempo dormí, pero me sentía genial. Esa fue la mejor noche de sueño que había tenido en mucho tiempo. Alexa todavía estaba acostada sobre mí como anoche. Necesitaba levantarme de la cama pero no quería despertarla. La levanté suavemente. Empecé a salir de la cama cuando su mano se lanzó y agarró mi brazo. —¿Adónde vas? —Iba a dejarte dormir, además tengo que ir a trabajar. Ella se dio vuelta para mirarme. ¡Diosas! Era hermosa, con su cabello rubio, sus grandes ojos azules, sus labios rojos y su cuerpo. Podía sentirlo presionado contra mí mientras dormía. Definitivamente hacía ejercicio y tenía músculos. Se sentó y me atrajo hacia ella, empezando a besarme el cuello. —Alexa, ¿qué estás haciendo? —Estoy tratando de hacerte volver a la cama y ver si podemos quitarnos la ropa. —No creo que sea una buena idea. —Mira, es solo sexo, una liberación. Algo que podría hacer en este momento y por lo que sentí, tú también. No busco nada más que eso. Ella volvió a rodar sus labios por mi cuello y a pasar sus manos por mi pecho hasta llegar a mis abdominales. Se detuvo allí, trazando el contorno de mis músculos con sus dedos antes de continuar y frotar mi m*****o erecto por encima de mis pantalones. Sabía que esto era una mala idea, pero maldita sea, ella me tenía más duro de lo que nunca había estado. Me empujó hacia la cama, me bajó los pantalones y no perdió tiempo agarrando mi m*****o y acariciándolo unas cuantas veces antes de envolver sus labios alrededor de él. Tuve que detenerla antes de que esto fuera más lejos, no tenía protección conmigo. La levanté y la miré a los ojos. —Alexa, quiero esto, de verdad, pero tenemos que esperar. No tengo protección y lo siento, pero no dejo que esto pase con nadie sin protección. Ella se levantó de la cama y caminó hacia donde estaba su bolso y rebuscó en él durante un momento. Sacó algo y se dio la vuelta con una gran sonrisa en su rostro y sostuvo un condón. —Mira, estoy preparada y confía en mí, esto va a pasar —dijo. Me lanzó el condón y se quitó la ropa. Me quedé ahí sentado observando cómo me hacía un pequeño striptease. Se quitó la camiseta lentamente y liberó sus pechos. Se veían increíbles. No podía esperar a poner mi boca en sus pezones y chuparlos. Luego se deslizó los pantalones y se los quitó. Llevaba una tanga de encaje blanco que bajó lentamente. Joder, estaba completamente depilada. Mantenía su sexo afeitado y limpio y me gustaba. Se acercó lentamente a mí, tomó el condón de mi mano y lo abrió y lo deslizó sobre mi duro miembr0. Nadie había hecho eso nunca. Las chicas con las que he estado siempre han sido diferentes, querían ser mi Luna elegida, pero esta chica solo quería sexo y era excitante como el infierno. Se arrastró sobre la cama y se sentó a horcajadas sobre mí, frotando su sexo sobre mi miembr0 haciéndome gemir. Nos juntamos cada vez más y alineó mi m*****o con su entrada y lo deslizó lentamente dentro de ella. Emitió un gemido suave cuando llegué al fondo. Comenzó a mover sus caderas hacia adelante y hacia atrás. Podía oler su excitación cada vez más fuerte y sabía que su sexo se estaba humedeciendo cada vez que se deslizaba sobre mi miembro.Tome entre mis dedos sus pezones, rozandolos entre mi pulgar y mi índice. —¡Oh, Julian! Se siente tan bien. Sabía que mi lobo estaba surgiendo y disfrutaba demasiado de esto. No lo había hecho desde nuestra pareja, así que era extraño. Lo empujé hacia abajo y tuve que tomar el control de esto. Necesitaba embestirla con fuerza. Agarré sus caderas y la levanté y separé de mí. Estaba acostada boca arriba mirándome, esperando a que fuera hacia ella, pero la quería por detrás. Hice un gesto con la mano y ella se dio la vuelta y levantó las caderas, dándome una vista perfecta de su firme trasero. Le di una pequeña palmada y me animé, me adentré en ella con fuerza. Comencé a empujarme dentro y fuera de ella lo más fuerte que podía. Podía escuchar su jadeo debajo de mí. De repente sentí que su mano subía y comenzaba a acariciar su v****a. Esto me excitó aún más. —Es mejor que te apresures porque no me va a tomar mucho más tiempo —le dije. Ella simplemente gimió más fuerte y continuó acariciándose. Podía sentir cómo sus paredes comenzaban a contraerse alrededor de mi pene mientras soltaba un gemido fuerte al llegar al orgasmo. No me llevó mucho tiempo seguirle. Ambos nos quedamos en la cama recuperando el aliento, cuando ella finalmente habló: —Gracias, estuvo genial. Necesito ducharme, ¿tienes un gimnasio? Necesito hacer ejercicio y si tienes una clase de entrenamiento, me encantaría unirme. ¿Quién es esta chica? La mayoría quería más después del sexo, querían más de mi tiempo o pensaban que podrían ser mi "Luna", pero esta chica quería ir al gimnasio. —Sí, tenemos un gimnasio y también clases de entrenamiento. Luca enseña una clase avanzada de guerreros si crees que puedes manejarlo. —Estoy bastante segura de que puedo manejarlo. ¿A qué hora es? —Dentro de dos horas. —Perfecto, déjame ducharme muy rápido y luego puedes mostrarme el gimnasio y dónde se encuentran. Puedo hacer algo de cardio antes de la clase. —No sé si es una buena idea. Luca te hará trabajar duro". —Confía en mí, estaré bien, y esto es lo que necesito. Ella corrió hacia la ducha y yo me vestí y esperé por ella. —Zion, hombre, ¿ella es real? ¿esto es real? Creo que podría enamorarme fácilmente de esta chica. —Estoy de acuerdo, sería una compañera elegida perfecta. —Ella es fuerte y no se muestra interesada en lo que tenemos, o es muy buena ocultándolo. —No creo que realmente lo quiera. Pero creo que podríamos tener el corazón roto —dijo Zion. Corté nuestra conexión porque no me gustaba hacia dónde iba esto. Me quedé allí esperándola otros diez minutos y cuando salió, estaba vestida con leggings y un sujetador deportivo con el pelo trenzado. Se veía sexy como el infierno. Podría tirarla de nuevo a la cama y empezar de nuevo, pero ahora no era el momento. —Vamos, te mostraré el campo de entrenamiento y luego el gimnasio para que puedas empezar. —Gracias, realmente necesito liberar algo de frustración. Salimos de su habitación y fuimos a la puerta trasera. La llevé al campo de entrenamiento y le expliqué cuándo debía estar allí. Nos dirigimos de regreso a la casa de la manada cuando nos encontramos con Christina. Ella le lanzó una mirada sucia a Alexa y se acercó a mí como siempre hace. —Alpha Julian, ¿a dónde vas? —Solo estaba mostrándole a Alexa el campo de entrenamiento y luego el gimnasio. —Oh, ¿podemos encontrarnos más tarde? Quiero mostrarte algo —dijo y me miró con detenimiento. Quería mostrarse a sí misma. Estaba buscando meterse en la cama conmigo. No sería la primera vez, pero Alexa ya se había encargado de eso. —No estoy seguro, Christina. Tengo mucho papeleo que hacer hoy. Ella solo miró a Alexa de nuevo y se fue, pisoteando con rabia todo el camino. —Házmelo saber si ella te causa problemas. —No creo que ella sea un problema para mí. Puedo cuidarme solo —le advertí. Finalmente llegamos al gimnasio y sus ojos literalmente brillaron de felicidad al verlo. Teníamos una buena organización. Quería asegurarme de que todos en mi manada fueran fuertes, así que teníamos lo mejor de todo. —Gracias, este gimnasio es increíble. —Lo sé, y eres bienvenida a él cuando quieras. Me dejó parado allí y fue a una cinta de correr para subirse. Me di la vuelta y la dejé hacer su entrenamiento. Necesitaba informar a mi manada sobre ella, para que no tuviera problemas. No sé si ella está interesada en unirse a nuestra manada, pero puede hacerlo si quiere. De cualquier manera, necesitan saber que es bienvenida aquí. Llegué a mi oficina y envié un enlace mental a Luca para que viniera aquí y encendí mi computadora. Tenía otro correo electrónico de su padre buscándola. Ofreció una recompensa de diez mil dólares por ella. Habrá gente que saldrá de la nada buscándola. Ella va a necesitar protección. Y yo puedo proporcionársela. Luca entró a mi oficina y se dejó caer en la silla frente a mi escritorio. —¿Qué pasa? Tengo entrenamiento pronto. —Y esa es la razón por la que te pedí que vinieras. Alexa se va a unir a ti en el entrenamiento. —No creo que eso sea buena idea. Esa es nuestra clase más avanzada. —Traté de decirle eso, pero ella está segura de que puede con eso. Solo vigila y déjala trabajar con la persona más débil allí y advertirles que sean suaves con ella. —OK, ¿algo más? Tengo que preparar las cosas. —Sí, recibí este correo electrónico esta mañana —Le dije mientras giraba mi computadora y le mostraba el correo electrónico que su padre envió hoy por la mañana. —¡¿Qué demonios?! Esto cambia las cosas. Ella estará en peligro. Todo el mundo la buscará ahora. Necesitamos saber a quién la vendieron. —Sé que podemos hablar con ella después del entrenamiento. La protegeremos, pero necesitamos saber contra qué estamos peleando. También quiero presentarla a la manada. Le ofreceré un lugar en la manada si quiere o si solo quiere quedarse como invitada. No me importa —le expliqué a Luca. —De acuerdo, házme saber lo que necesitas de mí, ahora realmente necesito ir a preparar las cosas para el entrenamiento hoy. Solo asentí con la cabeza y él salió de mi oficina. Imprimí el correo electrónico de su padre y lo puse a un lado, revisé el resto de mis correos electrónicos y empecé la documentación que tenía para el día. No estaba seguro de cuánto tiempo había estado trabajando cuando recibí una conexión mental de Luca —Oye hombre, necesito que vengas al entrenamiento. —Estoy trabajando, ¿para qué me necesitas allí abajo? —Confía en mí, quieres ver esto. Gruñí y me levanté de mi escritorio y fui hacia el campo de entrenamiento. Pude ver que se había formado un gran círculo alrededor de dos personas peleando. A medida que me acercaba, encontré a Luca parado allí con una gran sonrisa en su rostro. Me giré para ver qué estaba pasando y encontré a Alexa en el círculo peleando contra Leo, nuestro mejor guerrero, que solo había sido derrotado por mí y por Luca y ahora también por Alexa. Lo estaba derrotando claramente. No estaba libre de heridas, pero era rápida y fuerte, la chica sabía cómo aprovechar eso a su favor. Peleó contra él durante otros diez minutos antes de que lograra derribarlo del todo. Estaba impresionado, nunca había visto a una mujer que lograra hacer eso. Tenía la polla dura otra vez en mis pantalones. Tenía que estar acomodándola constantemente. —De acuerdo, todo, dispérsense. Vayan a ducharse —Luca gritó. Alexa intentó ayudar a Leo a levantarse, pero él apartó su mano y se levantó por sí mismo y pasó junto a ella chocando su hombro con el de ella. Ella simplemente rió en silencio. —Alexa, dijiste que estarías bien, pero no me dijiste que pudieras pelear así. —Ah, ¿no mencioné que fui aceptada en la Academia de Élite? —Dijo mientras su sonrisa sarcástica se hacía más grande. —Julian, te dije que ella es especial. No solo es increíblemente fuerte y una luchadora increíble, sino que también es inteligente  —Zion apareció y me conectó mentalmente. —Lo veo, amigo. —Hazla nuestra pareja, creo que la amo, y quiero conocer a su lobo. —No puedo simplemente hacerla nuestra pareja, no estamos destinados, es un proceso diferente, pero no me opondría a ver si le gustaría tener una cita o dos con nosotros. Bufó y se fue hacia atrás de mi mente porque no le daría su voluntad. —Alexa, necesitamos hablar —llame su atención—. Tu papá envió otro correo electrónico, está desesperado por encontrarte. —No me sorprende, él me vendió, y estoy seguro de que no firmarán la alianza a menos que me tenga a mí, después de todo mi padre necesita el dinero. —Eso es algo más de lo que necesitamos hablar, quiero saber a quién te vendió y también tu futuro aquí en mi manada. Ella simplemente sacudió la cabeza y nos siguió a Luca y a mí a mi oficina.
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