La carta.

1004 Words
La mañana siguiente, Derek se levantó muy temprano. Fue hasta el hospital, tenía la esperanza de que Susan estuviese más tranquila. Se dirige hacia la habitación, al abrir la puerta ve que la cama está tendida y que Susan no está allí. Pero hay algo que llamó su atención, un sobre n***o sobre la cama. Derek se apresura a abrirlo. Hay unas palabras escritas con su puño y letra. “Querido Derek, no puedo quedarme a tu lado después de lo que me ha sucedido, no puedo caminar y no te hundiré en este dolor, no lo mereces. No me busques, te prometo que en algún momento volveré. Te hago una petición especial; has que Zamira pague por todo lo que nos hizo, no es justo que ella camine y yo no. Te amo Derek, te prometo que volveré, por ahora solo quiero que me vengues, que esto no se quede así”. Finaliza la carta. Derek estaba furioso, intentó llamar a los padres de Susan pero no contestaron. Derek se sintió devastado, estaba en un absurdo momento para él. Derek se regresa a su mansión, está decepcionado por la situación. Se envuelve en el alcohol. No sabe cómo podría sacar adelante esa situación, pero recuerda muy claro aquellas últimas palabras; ‘Venganza’. Estaba decidido a cumplir con aquel pedido. Estaba muy enamorado y en nombre del amor se cometen muchas locuras. Después de aproximadamente dos meses del accidente, Derek decide presentarse ante Zamira. Estaba muy dolido por el abandono de Susan, peor en cierto punto podía entenderla. Derek estaba muy claro de lo que quería, y si no tenía a Susan, al menos le haría pagar a Zamira por su abandono. Después e tocar una y otra vez la puerta, finalmente abre la puerta. Sofía, una de las mejores amiga de Zamira abre la puerta, no puede evitar su sorpresa al ver a Derek parado frente a ella. Sin ser invitado decide entrar, su rostro de seriedad hacía que Sofía se sintiera nerviosa. —¿Cómo puedo ayudarle Derek?— Pregunta tragando en seco. Derek solo asienta a mirarla y no responde. Sin embargo, mira hacia la pequeña escalera y empieza a subirla. Abre la puerta de la primera habitación peor no ve a nadie, en el segundo cuarto, hace lo mismo. En ese mismo momento, Zamira sale del baño en ropa interior. Salta un poco por el susto, no esperaba ver q Derek frente a ella. Intenta tomar lo más rápido posible algo que la cubra, pero Derek ni siquiera se había interesado en mirarle más nada que la cara. —Tu Zamira vas a casarte conmigo, desde mañana te juro que vivirás un infierno— Fueron las palabras alarmante de Derek. Zamira no sabía que decir, estaba anonadada, Derek estaba gente a ella dos meses después y todo para decirle que pasará un infierno. —¡Te has vuelto loco! No pienso casarme contigo, y menos sabiendo que lo haces por una venganza— Le reprocha con dureza. —Ja. Ni te hagas la muy digna, era lo que querías, casarte conmigo, por algo no querías que Susan llegara a la iglesia. Como eso era lo que querías, déjame decirte querida, que te vas a casar conmigo, deberías de estar feliz— Le decía burlándose de ella. —Jamás me casaré contigo a pesar de mis sentimientos. No me usaras para tu venganza. Derek comienza a caminar unos pasos hasta llegar a Zamira, no contento con eso, decide acorralarla contra la pared. —¿Vas a decirme que no eres culpable y que no mereces esa venganza?— Le pregunta con una mirada llena de odio. —Yo tuve culpa pero no es como piensas, yo no quería que mi mejor amiga quedara paralítica para toda su vida— intenta abrirse con el. —Ja. Siempre planeaste todo, buscaste la primera oportunidad y lo ejecutaste, no sabes cómo te odio Zamira— Le deja en claro. Zamira estaba muy nerviosa por lo que Derek tenía pensado hacer con ella. —No voy a casarme contigo, jamás lo haré, no seré tu ratón de experimento— Le deja en claro mientras lo empujaba con mucha fuerza. Derek sonríe, una sonrisa llena de malicias, sabe que él tenía a Zamira en sus manos y pronto se lo haría saber. —Si no llegas mañana a mi oficina a las 10 de la mañana, los agentes policiales vendrán por ti, y te juro que te refundiré toda tu vida en la cárcel— Fueron sus palabras más decisivas. Derek no permitió que Zamira le respondiera, simplemente se marcha de la habitación. Tan rápido como él se va, Sofía entra, ella también se mostraba muy aterrada. —¿Qué ha pasado?— Le pregunta desesperada. —Ha dicho que si no me presento mañana a las 10 de la mañana en su oficina, los oficiales de la policía vendrán por mí y me refundirá el resto de mi vida en la cárcel— le contaba con lágrimas de confusión. —No es posible que haya venido a eso, es un maldito, tienes que decirle que Susan es la culpable de todo. Ella lo quería casarse y tú querías que no le hiciera daño. —El no va a creerme, las palabras de Susan valen más para él que las mías, así que decir eso, sería solamente alimentar su ira. —¿Qué harás?. Zamira se viste mientras piensa en aquella pregunta. ¿Qué hará?. Puede optar por no ir, pero también sabe que Derek es capaz de lo que sea, y un hombre bajo los efectos del desamor puede ser el misterio más grande de la historia. La mañana siguiente. Zamira no había podido pegar un ojo en toda la noche, estaba muy confundida, pero si de algo estaba clara, es que no deseaba par el resto de su vida en la cárcel. Zamira toma su bolso y se marcha sin darle más larga al asunto, definitivamente tenía que resolver o al menos intentarlo.
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