En el mismo instante en que todos entran, Susan abre sus ojos, está un poco confundida, mira a su alrededor y no logra entender que hace allí.
Zamira la mira con dolor, jamás hubiese querido que tuviese aquel accidente que la ha dejado paralítica.
—¿Qué hago aquí?— Pregunta con voz débil.
—Tuvimos un accidente cuando íbamos camino a la iglesia— Le responde sin poder dejar de llorar.
Derek se acerca y besa la frente de Susan. No sabe cómo decirle que ya no podrá caminar.
—Cariño estoy aquí contigo, todo estará bien— Son las palabras alentadoras.
—¿Por qué no puedo mover mis piernas? Ni siquiera las siento— Dijo Susan al darse cuenta.
Un silencio inesperado aparece en medio de todos ellos, Susan se da cuenta que algo anda mal.
—Hija, el doctor dijo que no podrás volver a caminar. Has sufrido una lesión de médula espinal irreversible— Le confiesa su madre con mucho dolor.
Susan no lo podía creer, estaba llena de vida y ahora tendría que vivir atada a una sillas de ruedas.
Susan tarda unos minutos en entender su situación, no podía comprender cómo era posible que ya no podría caminar.
—No puede ser, eso tiene que ser una broma— Vociferaba con desconsuelo.
—No lo es, lamentablemente el doctor dijo que no podrás volver a caminar, pero no te preocupes, buscaremos otras opiniones e iremos a cualquier país que te ayude— Le promete Derek con gran preocupación y a la vez mucha esperanza.
De repente, Susan ve como Zamira no puede dejar de llorar. Sus ojos se centran ella llena de ira y dolor.
— Tu eres la culpable Zamira, tu provocaste este accidente, si no fuera por ti, yo estaría bien— Le gritaba delante de todos.
—Susan tú sabes bien que no fui la culpable de todo esto— le reclama Zamira.
—Tu provocaste el accidente, tú no querías que yo llegara a la iglesia, no querías que me casara, tu provocaste mi desgracia— Le gritaba en su cara con un gran sufrimiento.
Derek se dirige hacia Zamira, pone sus dos manos sobre sus brazos y la apretada con fuerzas.
—Tu eres la culpable de la desgracia de Susan. No pudiste soportar que yo la amara a ella— Le decía muy enojado mientras la jalonaba.
Susan intentaba abrir la boca para explicarle pero no pudo, Zamira logró zafarse y se marchó corriendo de la habitación.
Bajo la desgracia que padecía, Susan decidió culpar a Zamira de su dolor.
Si tan solo no la hubiese querido llevar a toda Costa a la iglesia, ella estaría bien y con sus piernas perfectas.
—Nunca pensé que Zamira se atreviera a tanto, ella provocó tu accidente con tal de que no nos casemos— Decía Derek en shock.
—Déjenme sola por favor, no quiero ver a nadie— Le decía Susan con puros gritos.
Todos prefirieron salir de la habitación, solo de esta forma la enfermera lograría hacer que Susan se calmara.
Derek estaba desesperado, no sabía cómo mantener la calma. Pero si de algo estaba seguro era que o culpable pagaría por lo sucedido.
Derek se dirige hacia el estacionamiento, enciende su auto y conduce hasta la casa modesta de Susan.
Tan solo media horas después estaba tocando la puerta desesperadamente.
Zamira estaba muy asustada pero aún así, decide abrir la puerta, no podría ocultarse de los señalamientos que hacía Susan.
Zamira abre la puerta llena de mucho temor. Tan pronto lo hizo, Derek la toma por el cuello hasta tumbarla sobre el sofá mientras la asfixia.
—Mereces morir, es lo que querías que le pasara a Susan— Le reclamaba con ira.
Zamira intentaba zafarse, pero la fuerza de Derek era más que suficiente para tenerla dominada.
Casi sin poder respirar, Derek decide soltarla, no era capaz de matar una mosca.
—Yo no quería que que esto pasara, solo quería que llegara a la iglesia— Le decía con la voz ronca.
—Eres una mentirosa, Susan estaba muy clara de lo que decía, tú querías impedir que ella llegara a nuestra boda. No has soportado que yo la haya elegido a ella, pero lamento decirte que nunca me fijé en ti, jamás lo hice porque ella es el amor de mi vida— No dudaba en dejarle claro lo que pensaba.
—Solo diré que nunca quise esto le pasara a mi amiga, Susan es como una hermana para mi. Aunque sabes bien que me enamoré de ti con solo verte, me hice a un lado, jamás interferí en su relación.
—Ja. Esperabas el momento justo para intervenir. Eres una mala mujer, deberías ir a la cárcel por provocar su accidente.
—¿A la cárcel?. No por favor, yo no quise hacerle daño, lo juro, yo la amo como a una hermana— Insistía llena de lágrimas.
Derek se marcha de la casa de Zamira, estaba muy angustiado y atormentado.
Solo Susan podría decidir qué hacer con la que siempre consideraba su mejor amiga.
Al llegar al hospital nuevamente, Derek no pudo entrar a ver a Susan. Ella necesitaba descansar ya que había hecho crisis nervios por lo que le había sucedido.
Derek se marchó a descansar a casa, el si había sido muy complicado. Habían una boda que fue cancelada por un gran accidente.
Llegó a casa y se dejó caer sobre el sofá, se sirve una copa de whisky.
Una lágrima se cuela por la mejilla de Derek, sabe que debe ser fuerte para ayudar a Susan en su dolor.
—Derek siento mucho lo que ha pasado, le intenté explicar a las personas lo que había pasado, todos nos quedamos asombrados—
Dijo su hermano Fabricio.
—Yo no esperaba que el día de mi boda fuera a pasar esta desgracia y todo por culpa de Zamira, ella fue la que provocó el accidente, no quería que llegara a la iglesia— Le confiesa Susan con frustración.